Trump cancela la Convención Republicana en Florida y ahora afirma que «no es el momento»

Luego de ordenar que los actos multitudinarios de la Convención Republicana se llevaran de Charlottesville, Carolina del Norte, a Jacksonville, Florida, molesto con las limitaciones que imponía el gobierno del primer estado, ahora el presidente acepta lo que siempre han recomendado las autoridades recomiendan: no hacer grandes concentraciones. La Convención Republicana de este año volverá a centrarse en Charlottesville, Carolina del Norte, luego de que el presidente Donald Trump cambiara de opinión y dijera que los eventos en masa que él quería que se realizaran en Jacksonville, Florida, no van a poder llevarse a cabo en atención a la pandemia del coronavirus.
Este jueves, durante una rueda de prensa sobre la marcha de los esfuerzos contra el coronavirus, el presidente terminó reconociendo lo que las autoridades de salud federales y estatales vienen diciendo desde el princicpio de la pandemia y aceptó que «no es el momento» para realizar una gran convención masiva como la que él quería realizar.
“Miré a mi equipo y dije que el momento para este evento no es el correcto, simplemente no es lo correcto con lo que ha pasado recientemente”, dijo Trump, quien esta semana cambió su estrategia de minimizar el covid-19, retom´´o las polémicas rudas de prensa desde la Casa Blanca que suspendió en abril tras una serie de desafortunadas declaraciones y hasta empezó a recomendar el uso de mascarillas, luego de negarse a usarlar al punto de contribuir a la politización de la prenda.
“(Con) el brote en Florida (del coronavirus) para tener una gran convención no es el momento adecuado. Yo tengo que proteger al pueblo estadounidense. Eso es lo que siempre he hecho. Eso es lo que siempre haré”.
Pero fue el presidente Trump quien en junio decidió dividir la Convención Republicana luego de que el gobierno de Carolina del Norte no aceptara rebajar los controles para evitar la expansión del coronavirus y rechazara autorizar grandes concentraciones, como la que aspiraba el presidente para el día que daría su discurso de aceptación de la nominación republicana a la Presidencia.
El regreso a Carolina del Norte
Cuando mudaron eventos para Jacksonville, Trump y los republicanos aseguraron que el empeño del gobernador demócrata de Carolina del Norte, Roy Cooper, de no relajar las normas impuestas en el estado para el control del coronavirus buscaba empañar la imagen festiva de la convención.
Trump incluso acusó a Cooper de postergar el reinicio de actividades en el estado para obtener rédito político asegurando que Carolina de Norte «tiene un gobernador demócrata, así que tenemos que ser cuidadosos con eso, porque están jugando con la política. Están jugando a la política, como sabes, postergando el reinicio de actividades», dijo al diario Washington Examiner.
En cambio en Florida, políticos locales, incluyendo al gobernador Ron DeSantis, se mostraron dispuestos a cumplir con los requerimientos del presidente, quien gusta ufanarse de las grandes masas que asisten a sus eventos electorales.
“Nos emociona celebrar este momento de apogeo en la gran ciudad de Jacksonville”, dijo cuando se anunció la división del evento la presidenta del RNC, Ronna McDaniel, en un comunicado.
¿Por qué tardó tanto Trump en ponerse una mascarilla contra el coronavirus?
De acuerdo con versiones de medios, Trump había dicho que quería trasladar la convención a una ciudad que le permitiera hablar ante un coliseo lleno de gente. El RNC también había indicado que no quería pedir que la gente usara mascarillas durante el discurso de Trump.
En aquellos momentos, Florida no se había convertido en uno de los estados más azotados por la pandemia como lo es actualmente. Incluso, muchos alababan la manera como DeSantis había logrado capear lo más peligroso del coronavirus. Semanas después, y tras lo que algunos consideran ahora una declaración demasiado prematura de victoria por parte del gobierno de Florida, ahora el epicentro de la pandemia está en ese estado y las proyecciones de expertos en salud pública no son optimistas.