100 millones de personas en EEUU se enfermarían con covid-19 en otoño e invierno

Esas proyecciones suponen que la variante ómicron y sus subvariantes seguirán dominando la propagación comunitaria, pero no habrá una cepa del virus radicalmente diferente. La advertencia llega cuando EEUU se aproxima al sombrío hito de 1 millón de fallecidos por covid-19. La Casa Blanca advirtió que Estados Unidos podría registrar 100 millones de contagios de covid-19 durante una nueva ola infecciones en el próximo otoño e invierno, impulsado por las nuevas subvariantes de ómicron. La proyección fue realizada el viernes por un alto funcionario de la administración durante una sesión informativa a medida que la nación se acerca 1 millón de muertes por covid-19. El funcionario describió la ola de otoño e invierno como un escenario basado en una variedad de modelos externos de la pandemia. Durante la sesión enfatizó la necesidad de más fondos del Congreso para preparar a la nación y dijo que esta estimación se basa en una suposición subyacente de que no se tomen recursos adicionales o medidas de mitigación adicionales. Esas proyecciones suponen que ómicron y sus subvariantes seguirán dominando la propagación comunitaria, pero no habrá una cepa del virus radicalmente diferente, aunque reconoció que el curso pronosticado por la pandemia podría verse alterado por muchos factores. Varios expertos ya habían advertido la relajación de las restricciones por covid-19, desde no usar cubrebocas hasta organizar reuniones sociales en espacios cerrados ocasionarían un aumento en el número de infecciones. Por esta razón, coincidieron en que es posible una gran ola este otoño e invierno dada la disminución de la inmunidad de las vacunas y las infecciones, la relajación de las restricciones y el aumento de variantes más capaces de escapar de las protecciones inmunitarias. El promedio nacional de nuevas infecciones durante siete días se duplicó de 29,312 el 30 de marzo a casi 71,00 el viernes, poco más de cinco semanas después. El funcionario de la administración dijo que los últimos pronósticos se están compartiendo con los legisladores en el Capitolio mientras la Casa Blanca busca reiniciar las negociaciones estancadas sobre la asignación de más fondos para la respuesta al coronavirus. Si bien la Casa Blanca había buscado $22,500 millones, los legisladores clave del Senado cerraron un acuerdo bipartidista por $10,000 millones en ayudas covid-19 el mes pasado. Pero una disputa sobre la política de inmigración del Título 42, una regla de la era de la pandemia que permitía que los migrantes fueran devueltos de inmediata a sus países de origen, ha dejado estancada la aprobación de los recursos.

La pandemia de COVID-19 puede entrar en una nueva fase de estabilización

Más de dos millones de habitantes de Londres se han contagiado de COVID-19 en menos de dos años El responsable de la agencia de la ONU para la salud en Europa cree que la expansión de ómicron da esperanzas de terminar la fase de emergencia. El director general de la Organización advierte que es peligroso asumir que será la última variante. La pandemia de COVID-19 en Europa “podría estar entrando en una nueva fase” y la expansión de ómicron por todo el mundo “ofrece una esperanza plausible de estabilización y normalización”, aunque aún no es el momento de bajar la guardia, aseguró el responsable de la Organización Mundial de la Salud en el continente “Aunque la pandemia está lejos de acabar, tengo esperanza de que podemos terminar la fase de emergencia en 2022 y abordar otras amenazas sanitarias que requieren nuestra atención”, añadió Hans Kluge en un comunicado.

 

Menos de dos meses después de que se descubriera por primera vez en Sudáfrica, ómicron representa el 31,8% de los casos en toda la región europea, frente al 15% de la semana anterior. Debido al gran número de infecciones, las hospitalizaciones están aumentando, aunque Kluge destacó que “afortunadamente”, con ómicron “dan lugar con mucha menos frecuencia a ingresos en la UCI”. “Como se preveía, la mayoría de las personas que necesitan cuidados intensivos en toda la región no están vacunadas”, explicó. “Esta pandemia, como todas las anteriores, terminará, pero es demasiado pronto para relajarse”, sostuvo Kluge que considera que con los millones de infecciones que se están produciendo en el mundo, “es casi un hecho que surgirán y volverán nuevas variantes de COVID-19”. Sin embargo, el responsable de la rama europea de la organización cree que, si aparece una nueva variante, no supondría “el regreso a la era de la pandemia, bloqueos de la población o medidas similares”.

Convivir con el virus

Por su parte, el director general de la Organización Mundial de la Salud recordó que es una responsabilidad colectiva terminar con la pandemia. “Hay diferentes escenarios sobre cómo podría desarrollarse la pandemia, y cómo podría terminar la fase aguda, pero es peligroso asumir que ómicron será la última variante, o que estamos en el final”, dijo Tedros Adhanom Gebreyesus durante la apertura del Comité Ejecutivo del organismo. “Por el contrario, globalmente las condiciones son ideales para que surjan más variantes”. “Vamos a vivir con el COVID-19 en el futuro próximo, y necesitamos aprender a gestionarlo con sistemas sostenidos e integrados de lucha contra las enfermedades respiratorias agudas”, destacó. El responsable de la OMS también pidió que no se ignoren las consecuencias del COVID persistente, “que aún no comprendemos del todo”.

Dos años de pandemia

Tedros recordó que el 30 de enero se cumplen dos años desde que la OMS declaró una emergencia de salud pública de interés internacional, el nivel más alto de alarma según el derecho internacional. Desde entonces, se han notificado casi 350 millones de casos y más de 5,5 millones de muertes. De media, la semana pasada se notificaron 100 casos cada tres segundos, y alguien perdió la vida por culpa del COVID-19 cada 12 segundos. Desde que se identificó ómicron por primera vez hace apenas nueve semanas, se han reportado más de 80 millones de casos, más que en todo el año 2020. Hasta ahora, la explosión de contagios no ha disparado las muertes, aunque están aumentando en todo el mundo, especialmente en África, la región con menos acceso a las vacunas. “El 85% de la población de África aún no ha recibido una sola dosis de vacuna”, denunció Tedros. “¿Cómo puede ser esto aceptable para cualquiera de nosotros? Sencillamente, no podemos poner fin a la fase de emergencia de la pandemia a menos que salvemos esta brecha”, sostuvo. El responsable de la agencia mundial de salud insistió en que las vacunas por sí mismas no lograrán terminar con la pandemia. “Pero no hay salida si no logramos nuestro objetivo común de vacunar al 70% de la población de todos los países a mediados de este año”, concluyó. A pesar del descenso en nuevas infecciones esta semana, la pandemia sigue siendo un reto para los trabajadores de la salud

La OPS advierte que el reciente incremento de los casos de COVID-19 ha sobrecargado los sistemas de salud. Los países deben aumentar urgentemente el personal y priorizar su vacunación Si bien los casos de COVID-19 se redujeron esta semana en un tercio en las Américas, los trabajadores de la salud siguen enfrentando situaciones difíciles debido a que los sistemas no están preparados para apoyarlos, afirmó hoy la directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa F. Etienne, durante una sesión informativa para los medios. «Cuando los casos aumentan exponencialmente, como ha ocurrido en las últimas semanas, la carga recae sobre todo en las personas que impulsan nuestros sistemas de salud», dijo la doctora Etienne. «Para ellos, esta ola de ómicron no tiene nada de suave», remarcó. Con las nuevas infecciones alcanzando los 4,8 millones (un descenso del 31% con respecto a la semana pasada), pero con 33.000 nuevas muertes, la directora de la OPS sostuvo que la región sigue siendo presa de la última ola de COVID-19 e instó a los países a aprovechar las lecciones aprendidas hasta ahora, dado que los centros de salud y los hospitales vuelven llenarse. «Años de falta de inversión en nuestros servicios de salud, sistemas de información anticuados y las malas condiciones laborales hicieron que el trabajo de nuestros trabajadores de la salud fuera un desafío», indicó Etienne, destacando que estas desventajas se vieron exacerbadas por la COVID-19. Un estudio de la OPS presentado esta semana muestra que, en el transcurso de la pandemia, los médicos, las enfermeras y otros trabajadores de primera línea vieron más pacientes, trabajaron más horas y sufrieron tasas mayores de infección por COVID-19. En algunos países, como Ecuador y Bolivia, más del 10% del personal sanitario se contagió de COVID-19, y muchos otros no tuvieron acceso a suficientes equipos de protección personal (EPP). Esto ha dado lugar a «elevadas tasas de síntomas depresivos, pensamientos suicidas y angustia psicológica», lamentó. Garantizar el acceso al EPP y dar prioridad a la vacunación de los trabajadores de salud es fundamental para abordar estos problemas y permitirles realizar su trabajo de forma segura. «Ahora más que nunca, debemos asegurarnos de que los trabajadores de salud estén protegidos con las vacunas COVID-19 que salvan vidas y reciban prioridad para los refuerzos, cuando estén disponibles», subrayó. La directora de la OPS citó políticas como bonificaciones y seguros de vida, así como la realización de pruebas periódicas y la transición del personal embarazado y de edad avanzada al trabajo de telemedicina, como estrategias que los países pueden aplicar para proteger a los trabajadores. «Invertir en nuestro personal sanitario no debe ser algo que los países solo hagan durante una emergencia», dijo, y añadió que una inversión en los trabajadores de salud es «una inversión en todos». Volviendo a la situación de la COVID-19 en la región, la directora de la OPS manifestó que una tendencia se destaca: «los países con mayor cobertura de vacunación están viendo menos ingresos y muertes en las unidades de cuidados intensivos». También informó que, en América del Norte, las nuevas infecciones y las muertes disminuyeron en los tres países. Los casos también están disminuyendo en América Central y del Sur, pero las muertes siguen aumentando en estas áreas. Las hospitalizaciones también se están incrementando en la mayoría de los países del Cono Sur. En el Caribe, con la excepción de San Vicente y las Granadinas y Dominica, los casos han empezado a disminuir. Sin embargo, las muertes siguen aumentando, detalló Etienne.