Cadena perpetua a monja y sacerdote que asesinaron a religiosa

Según las investigaciones la víctima encontró a los religiosos en una situación comprometedora. Después de 28 años de investigaciones, las autoridades indias resolvieron el caso de la muerte de la hermana Abhaya, de 19 años, cuyo cuerpo fue encontrado en un pozo del convento Pio X de la orden católica Knanaya en Kottayam, un pueblo al sur de India. El hallazgo que se dio en 1992 fue catalogado por la policía local de la época como un suicidio, pero al año siguiente, en 1993, la historia dio un giro inesperado cuando gracias a la presión de la familia de la religiosa y algunos activistas el caso pasó a manos de la Oficina Central de Investigaciones de ese país (CBI). La CBI determinó que la religiosa había sido asesinada, pero fue hasta 2009 que esta oficina incriminó al sacerdote Thomas Kotoor y a la hermana Sephy.

El crimen

De acuerdo con medios indios las investigaciones encontraron que, en la madrugada del 27 de marzo de 1992,  la hermana Abhaya despertó y se dirigió hasta la cocina del convento en busca de un vaso de agua. Fue en ese momento cuando encontró al padre Kotoor y a la hermana Sephy en una posición comprometedora.  Al parecer, al darse cuenta de la presencia de la mujer, ambos religiosos la atacaron con el palo de un hacha y luego, para evitar sospechas, tiraron el cuerpo al pozo del convento. Todo esto porque ambos temían que Abhaya comentara con alguien lo que había visto.
‘Industan Times’ asegura que el informe de las autoridades precisó que la hermana fue testigo de alguna actividad de tipo sexual que, además, involucraba a otro sacerdote: José Poothrikkayil, quien fue condenado y absuelto por falta de pruebas, en 2008.

La condena

Finalmente, el pasado 22 de diciembre, los acusados fueron declarados culpables y condenados a cadena perpetua.  Los religiosos fueron acusados de asesinato y destrucción de pruebas, pero al sacerdote también le imputaron cargos de allanamiento de morada al haber entrado al convento sin autorización. Además, fueron multados con 500 rupias (cerca de 23’858.361 pesos colombianos) por los delitos cometidos, pero el padre Kotoor tendrá que pagar 100 rupias adicionales (4’771.672 en moneda colombiana). El sacerdote aseguró que es inocente, mientras que la hermana Sephy prefirió guardar silencio.  “Soy inocente. Todo sucederá según el plan de Dios. No hay nada que temer”, declaró el religioso ante el tribunal. Por su parte el activista Jomon Puthenpuracka,  quien se apropió del caso para condenar a los culpables, celebró la decisión.  «El caso de la hermana Abhaya finalmente recibió justicia. Descansará en paz», dijo Puthenpuracka según la ‘BBC’. La decisión del tribunal se da a conocer cuatro años después del fallecimiento de los padres de la hermana Abhaya, quienes pasaron sus últimos días buscando justicia para la memoria de su hija.