Crece el número de voces que piden un juicio contra Trump en EE. UU.
Líderes demócratas hablan de elevar dos cargos para destituirlo tras el asalto al Capitolio. Miembros del partido demócrata, aún enfurecidos por el violento asalto del Capitolio que protagonizaron esta semana seguidores del presidente Donald Trump, seguían empujando ayer por su remoción del poder pese a que solo le restan menos de dos semanas en la Casa Blanca. Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes, indicó durante el día que su colectividad le piensa elevar cargos de destitución por su rol en la trifulca si el presidente no renuncia voluntariamente o es removido por su gabinete como la prevé la enmienda 25 de la constitución nacional. De acuerdo con fuentes en el Congreso, los artículos serían presentados el lunes y podrían ser aprobados antes de que finalice la semana. Algo que es viable si se tiene en cuenta que los demócratas controlan la Cámara de Representantes. Si sucede, Trump se convertiría en el único presidente de la historia en enfrentar dos juicios con fines de destitución. El primero culminó con su absolución en el Senado en enero del año pasado gracias al respaldo casi unánime del partido republicano. “Depende de él mismo y de su gabinete si quiere convertirse en un ser único al que se le iniciaron dos procesos de destitución”, dijo Pelosi. “Trump es una amenaza y así le restemos solo un día a su gobierno le estaremos haciendo un gran servicio a la población”, afirmó por su parte Daniel Kildee, otro de los demócratas de más alto rango en la Cámara. Para este, además, es importante que la “historia refleje que Trump pagó la más alta de las consecuencias por los crímenes que cometió contra el país”. Pelosi, paralelamente, se comunicó con el jefe de las Fuerzas Armadas para pedir que le retiren al presidente su acceso al arsenal nuclear de EE. UU. e impida que cometa una locura, como atacar a otro país. A pesar de que Trump cambió de tono el jueves en la noche y terminó condenado a los manifestantes luego de prometer una transición pacífica y ordenada del poder, pocos vieron el gesto como un acto de remordimiento, sino para evitar las consecuencias legales y políticas de sus acciones en estos últimos días.Es importante que la historia refleje que Trump pagó la más alta de las consecuencias por los crímenes que cometió contra el país Sobre el papel, la embestida de los demócratas tiene varias dificultades. Principalmente la ausencia de tiempo, pues se trata de un proceso complejo. Especialmente cuando llegue al Senado, que es el órgano que adelante el juicio. Pero detrás de sus intenciones hay varias jugadas mucho más estratégicas que hacen muy viable que lo intenten. A diferencia del juicio de comienzos del año pasado, cuando Trump poseía control absoluto del partido republicano y la suerte de los congresistas estaba amarrada a la del presidente de cara a las elecciones de noviembre, el escenario en esta ocasión es completamente diferente.
Trump pierde el poder en 11 días y, tras los incidentes de este miércoles, su capital político quedó muy diezmado. Además, lo que está de por medio es mucho más serio. Aunque su llamada al presidente de Ucrania para pedirle que investigara a Biden fue un claro abuso de su poder, le fue más fácil a los republicanos alegar que la destitución era un castigo desproporcionado. Pero la toma del Capitolio, descrita por algunos de ellos como un acto de terrorismo doméstico o una insurrección, es un tema de otro calibre. Entre otras, porque se trata del asalto a un símbolo de la democracia de EE. UU. en el que murieron 5 personas, entre ellas un policía. En otras palabras, les será mucho más difícil defender las acciones del presidente y tampoco tendrían muchos incentivos para hacerlo. De hecho, ya varios senadores republicanos han dicho que votarían por su destitución. Y si bien necesitan que se sumen al menos 10, podría crecer la presión para que otros se sumen. El grueso del partido, sin embargo, prefería no hacerlo. Pero antes que defender las acciones de Trump, lo que dicen es que tratar de destituirlo por vías legislativas solo dividiría más al país. Por eso, la estrategia de los demócratas para estas próximas semanas es aprovechar esta coyuntura para que sean los mismos republicanos quienes le pidan la renuncia a Trump. Un escenario muy parecido al del presidente Richard Nixon en 1974, cuando renunció a su cargo una vez quedó claro que existían los votos suficientes para destituirlo y era preferible salir voluntariamente que convertirse en el primer mandatario en la historia en sufrir semejante humillación. Si eso no sucede, los demócratas podrían seguir insistiendo en la destitución aún después del 20 de enero con la idea de bloquear un posible regreso de Trump para las elecciones del 2024, pues el castigo también prevé la muerte política. Pero sería delicado, pues Biden ya se estaría posesionado y su principal mensaje es la reconciliación del país.
antes que defender las acciones de Trump, lo que dicen (los republicanos) es que tratar de destituirlo por vías legislativas solo dividiría más al país Fuentes cercanas al presidente dijeron ayer que Trump no tiene intención alguna de renunciar. Pero está claro que este tema seguirá rondando por varios días más. Por otra parte, Trump anunció que no piensa asistir a la posesión de Biden este 20 de enero.