EEUU y China escalan su guerra comercial con aranceles recíprocos de 25% por valor de $16,000 millones

Las aduanas de EEUU empezaron oficialmente a las 00:00 en la costa este a cobrar impuestos a un total de 279 productos chinos; un minuto más tarde Pekín ha respondido con una medida similar contra productos estadounidenses. Estados Unidos y China escalaron este jueves su guerra comercial al implementar aranceles punitivos recíprocos de un 25% sobre bienes de cada país por valor de 16.000 millones de dólares.

Las aduanas de EEUU empezaron oficialmente a cobrar estos gravámenes a las 00:00 en la costa este a un total de 279 productos chinos, incluyendo ciertos tipos de aceites lubricantes, tubos de plástico flexibles y motores de aires acondicionados, entre otros. Un minuto más tarde, China anunció de inmediato «represalias necesarias» a esta nueva batería de aranceles que elevó a 50,000 millones de dólares los bienes chinos gravados por Washington. Esta tanda se suma a los gravámenes que entraron en vigor el pasado 6 de julio a importaciones chinas valoradas en 34,000 millones de dólares. El presidente Donald Trump justifica las medidas contra Pekín al que acusa de robo de propiedad intelectual y favorecerse del desequilibrio en la balanza comercial. Pero de momento, la imposición de aranceles no ha conseguido el principal objetivo de reducir del abultado déficit comercial con China. El Gobierno estadounidense ha calculado que en la primera mitad del año el desequilibrio en el intercambio comercial bilateral a favor de Pekín aumentó un 8.3 %, después de que en todo 2017 alcanzase el récord de 375,000 millones de dólares. Los gravámenes entraron en vigor en medio de dos días de conversaciones en Washington entre funcionarios de nivel medio de ambos lados, las primeras negociaciones formales desde que el secretario de Comercio de Estados Unidos se reunió en junio con el asesor económico chino, Liu He, en Pekín. Washington llevará a cabo audiencias esta semana sobre una lista propuesta de importaciones chinas por un valor de 200,000 millones de dólares que podrían enfrentar aranceles adicionales. La Oficina del Representante de Comercio Exterior (USTR), encargada de imponer estas sanciones comerciales, está actualmente analizando la propuesta de Trump de duplicar con creces esta última ronda de aranceles y hará pública su decisión en las próximas semanas. La decisión de Trump de rechazar el Trans Pacific Partnership (TPP) ha representado un paso atrás en la integración comercial mundial, que daría a EE UU acceso comercial a Australia, Brunei, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam y todo el Océano Pacífico. El TPP hubiera conseguido que EE UU fuera un 0,5% mayor en 2030, es decir, un PIB adicional de 131.000 millones de dólares. El presidente de Japón Shinzo Abe ha estado siempre a favor de dicho tratado para conseguir una reforma interna de su economía y especialmente, de su agricultura. China ha aprovechado esta decisión de Trump para revitalizar y acelerar a fondo su nueva Regional Comprehensive Economic Partnership (RCEP) que incluye a ASEAN, la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, además de seis países: Japón, Corea del Sur, Australia, Nueva Zelanda e India. Es decir, EE UU está permitiendo que China tome una posición todavía más dominante en Asia. La economía China perdería un 0,1% de su PIB con el TPP, pero con RCEP aumentaría su PIB en 1,4% (250.000 millones). RCEP incluiría otras actividades como el comercio electrónico y los suministros. Japón y Australia quieren que el RCEP sea todavía más profundo que lo que propone China. El RCEP supone la primera vez que Asia toma ventaja sobre la UE y EE UU, con un acuerdo tan importante para el comercio internacional. Asimismo, China ha creado el Asian Infraestructure Investment Bank (AIIB) con un fin diferente del Banco Mundial o del Banco Asiático de Desarrollo ya que intenta no reducir la pobreza, sino mejorar las infraestructuras para el desarrollo. Para conseguirlo, el AIIB está autorizado para prestar 2,5 veces su capital de 100.000 millones de dólares, que supone crear otro Banco Mundial en capital y desembolsos. Tiene ya 47 países miembros. El mayor problema del AIIB, es que ha financiado la construcción de centrales térmicas de carbón, por 40.400 millones entre 2000 y 2016, en India, Indonesia, Vietnam, Ucrania y Pakistán. Pero, tras el acuerdo de París sobre cambio climático, del que Trump se ha descolgado, China lo ha ratificado en noviembre de 2016, y ahora no podrá financiar ninguna central de carbón. EE UU, a través de Wilbur Ross, ha mostrado que no va a adherirse ni al RCEP, ni al AIIB. Existen, serias discrepancias, entre EE UU y China por Corea del Norte, porque EE UU está preocupado porque sus lanzamientos de misiles puedan caer sobre Corea del Sur o Japón, sus dos aliados. Su secretario de Estado Tillerson ha hecho advertencias muy serias a Corea del Norte por dichos misiles de largo alcance. Asimismo, China ha aplicado a Corea del Sur medidas muy duras, por haber comprado un escudo anti-misiles a EE UU para defenderse de Corea del Norte. Además, China ha prohibido a sus ciudadanos que tomen vacaciones en Corea del Sur, donde acudían masivamente, y ha reducido las compras de sus automóviles. Pero China en la ONU acaba de aprobar duras sanciones a Corea del Norte. Asimismo, China ha aplicado medidas similares a Japón, reduciendo la importación de sus automóviles; a Filipinas, no aceptando sus plátanos y a Taiwan, rechazando su turismo, mostrando quién manda realmente en Asia

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