El Salvador firma acuerdo con EEUU para combatir la migración irregular, pero no será ‘tercer país seguro’
Kevin McAleenan, secretario interino de Seguridad Nacional, suscribió en San Salvador un convenio de cooperación con el presidente Nayib Bukele para contrarrestar a las pandillas y aumentar la seguridad fronteriza. El funcionario estadounidense destacó que, en tres meses, la llegada de inmigrantes salvadoreños a EEUU se redujo de 16,000 a
El secretario interino de Seguridad Nacional estadounidense Kevin McAleenan aseguró el miércoles que El Salvador no se convertirá en ‘tercer país seguro’ tras la firma de un acuerdo para fortalecer la cooperación entre ambos países en seguridad y migración, dos temas que preocupan al gobierno del presidente Donald Trump.
“Puedo confirmarle que este no es un acuerdo de tercer país seguro”, afirmó McAleenan en conferencia de prensa en la Casa Presidencial tras sostener una prolongada reunión con el presidente Nayib Bukele, la canciller Alexandra Hill Tinoco y el ministro de Justicia y Seguridad Pública, Rogelio Rivas, para analizar la colaboración en materia de seguridad regional.
«Esta es una carta de intención de colaborar de manera amplia en la aplicación de la ley y contrarrestar a las pandillas, aumentar la seguridad fronteriza, compartir información y vitalidad económica, así como apoyar la propia iniciativa de los salvadoreños para desarrollar la capacidad de asilo y protección», agregó el funcionario estadounidense.
El concepto de ‘tercer país seguro’ se refiere a que una nación puede rechazar conceder asilo a una persona y canalizarla a un tercer país que se considere tenga condiciones adecuadas de seguridad para el individuo.
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Bukele aprovechó para señalar que las medidas inmediatas que van a aplicar para combatir la migración irregular son las mismas que han estado implementando desde que asumió el poder el 1 de junio, “pero lo vamos a empoderar todavía más”.
McAleenan explicó las cuatro áreas en las que ambos gobiernos trabajarán conjuntamente: apoyo a los cuerpos de seguridad y de vigilancia fronteriza salvadoreños para reducir la violencia de las pandillas y el tráfico de personas; apoyo en seguridad interna para mejorar la capacidad policial y programas de protección para reducir la actividad criminal de traficantes de personas; mejorar la capacidad de asilo para proteger a la población más vulnerable; promover las visas de trabajo para salvadoreños en EEUU y disminuir las barreras para la inversión.
Bukele subrayó que la parte medular del convenio es el combate al tráfico de personas, contrabando, tráfico de órganos, secuestros, con la ayuda estadounidense. Explicó que entre lo pactado está la implementación de las patrullas fronterizas, que aseguró “las hemos estado haciendo desde hace varias semanas y han tenido bastante éxito porque hemos arrestado traficantes de personas, contrabandistas y pandilleros que quieren cruzar la frontera”.
EEUU y El Salvador acordaron también compartir con otros países información biométrica para facilitar las capturas de prófugos o personas con pasaportes falsos.
A su llegada al país McAleenan se reunió en privado con el personal diplomático estadounidense y del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) que apoyan los esfuerzos contra la delincuencia en El Salvador.
En la conferencia de prensa, McAleenan felicitó a Bukele por sus iniciativas para mejorar la seguridad y la situación económica del país y aseguró que “han hecho un gran esfuerzo”.
“Puedo confirmar las cifras de los ciudadanos salvadoreños que llegan a la frontera sur (de Estados Unidos). En mayo más de 16,000 y ahora estamos en agosto con 6,000, así que estamos esperando un 60% de reducción en los tres meses que el presidente Bukele tomó posesión. Es un progreso significativo en términos de la migración forzada desde El Salvador”, manifestó.
Bukele ha logrado en sus primeros 81 días de gestión bajar el promedio diario de homicidios de 8.8 a 5.7. El nuevo gobierno tomó posesión el primero de junio, mes que cerró con 231 homicidios (un promedio de 7.7 diarios). La reducción continúo al siguiente mes, en julio, cuando la cifra bajó a 155 casos (un promedio de 5 crímenes diarios), uno de los meses con menos homicidios durante la última década.
Septiembre de 2013 fue uno de los meses con menos homicidios en El Salvador durante la última década. Las estadísticas oficiales reportan que ese mes sucedieron 143 homicidios, es decir, un promedio de 4.3 crímenes al día.
Que la migración sea una opción y no una obligación
Defensores de los derechos de los migrantes han criticado las reuniones entre los funcionarios estadounidenses y salvadoreños “porque como sociedad civil desconocemos las agendas que están desarrollando”, dijo a The Associated Press César Ríos, director ejecutivo del Instituto Salvadoreño del Migrante (INSAMI).
“Lo que se observa en el entorno parece ser muy coincidente con estas visitas. Tenemos Guatemala con un documento ya firmado, México con una frontera militarizada, Panamá con una propuesta por firmar como tercer país seguro, pero en El Salvador y Honduras no tenemos certeza de cuál es la propuesta”, añadió Ríos.
Criticó que el tema de la migración irregular sea abordado como un problema de seguridad nacional y que El Salvador se haya comprometido a controlar las fronteras, ya que consideró que ello puede perjudicar, impedir el paso de aquellas familias y personas que están huyendo de la violencia y que el país no tiene la capacidad de proteger.
Esta es la tercera visita de funcionarios estadounidenses de alto nivel que recibe El Salvador en los últimos meses. El 21 de julio el secretario de Estado Mike Pompeo conversó con Bukele sobre la migración irregular, y en los primeros días de agosto la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, llegó para observar los esfuerzos para detener la migración ilegal a través de programas de prevención de la violencia, fomento del desarrollo económico y atracción de inversiones.
Bukele se ha comprometido con los funcionarios estadounidenses a trabajar para eliminar la migración no autorizada y ha prometido “arreglar nuestros problemas y los problemas comunes que tenemos Estados Unidos y nosotros, como la lucha contra las pandillas”.
El mandatario ha reconocido que los salvadoreños siguen saliendo del país en busca del llamado ‘sueño americano’ porque “hemos tenido un Estado que se ha olvidado de su población, que los ha dejado en el abandono, en la pobreza, en la marginación, la exclusión de todo tipo”. Por eso, ha asegurado que trabaja para mejorar las condiciones de vida de los salvadoreños con el fin de que la migración sea una opción y no una obligación.
Se estima que más de 2.5 millones de salvadoreños viven en Estados Unidos, de los cuales 179,000 cuentan con el llamado estatus de protección temporal, conocido como TPS por sus siglas en inglés, que los protege de ser deportados. El vencimiento del TPS está previsto para septiembre de este año y el gobierno salvadoreño hace esfuerzos para conseguir una prórroga.