Historia de la relación de Estados Unidos y la república china

Las primeras décadas

Después de la Revolución de Xinhai en 1911, el gobierno estadounidense reconoció a la república de China (ROC) como el único y legítimo gobierno de China, a pesar de la existencia de varios tipos de gobierno en diferentes partes de China. China fue unificada en un solo gobierno, la república de China, dirigida por el Kuomintang en 1928. La primera ganadora del Premio Nobel de Literatura por escribir sobre China, Pearl S. Buck, fue una escritora estadounidense nacida en territorio americano, pero criada en China, quien ganó el premio en 1938 por su obra titulada La ovela china.

Segunda Guerra Mundial

El estallido de la Segunda guerra sino-japonesa en 1937 condujo al flujo de apoyo hacia la república de China, en ese entonces bajo el mando de Chian Kai-Shek, por parte de los Estados Unidos, bajo la presidencia de Franklin D. Roosevelt. Una serie de Leyes de Neutralidad habían sido aprobadas en los EE.UU. con el apoyo de los aislacionistas, quienes se oponían a la ayuda estadounidense hacia los países en guerra. Debido a que la Segunda guerra sino-japonesa aún no había sido declarada, Franklin D. Roosevelt negó que existiese el estado de guerra en China y procedió a enviar ayuda a Chiang Kai-Shek. La simpatía del público estadounidense por los chinos fue despertado por los informes de los misioneros, novelas como la de Pearl S. Buck, la edición de Time sobre la brutalidad de los japoneses en China, incluyendo los reportes sobre la Masacre de Nankín, también conocida como la «violación de Nankín». Las relaciones japonesas-estadounidenses fueron después afectadas por el Incidente del Panay, ocurrido durante el bombardeo a Nanking, donde un buque de guerra de la armada estadounidense fue hundido, presuntamente como un accidente, por aviones japoneses (el hecho de si fue o no intencional sigue en disputa).Roosevelt exigió una disculpa junto con una compensación por parte de los japoneses, la cual fue recibida, aunque las relaciones entre ambos países continuaron deteriorándose. El libro de Edgar Snow, Una estrella roja sobre China, publicado en 1937, relata que el partido comunista chino de Mao Zedong realizó de manera eficaz diferentes reformas y guerrillas en su combate contra los japoneses. Cuando la guerra estalló durante el verano de 1937, los Estados Unidos ofrecieron apoyo moral, aunque no tomaron ninguna medida efectiva durante ésta. Los Estados Unidos le declararon formalmente la guerra a Japón en 1941, después del inesperado ataque japonés sobre la base naval Pearl Harbor, suceso que marcó la entrada de los estadounidenses en la Segunda Guerra Mundial. La administración de Roosevelt suministró cantidades masivas de apoyo al gobierno asediado de Chiang Kai-Shek, ahora centralizado en Chongqing. Soong May-ling, mejor conocida como Madame Chiang Kai-shek, quien había sido educada en territorio estadounidense, tuvo asambleas con el congreso estadounidense y recorrió el país con el fin de reunir apoyo para China. El gobierno enmendó la Ley de exclusión de China y el presidente Roosevelt se trasladó con el fin de terminar los tratados desiguales entre ambos países. Sin embargo, la percepción de que el gobierno chino era incapaz de resistir los ataques japoneses o de que prefería centrarse más en la derrota de los comunistas crecieron, acrecentando la tensión interna y externa sobre el país. Miembros de las manos de China, como Joseph Stilwell -quien hablaba de manera fluida el chino mandarín- dijo que era parte del interés estadounidense el establecer la comunicación con los comunistas para preparar una invasión terrestre hacia Japón, a manera de contraofensiva durante el conflicto. La Misión Dixie, iniciada en 1943, fue el primer contacto oficial de Estados Unidos con los comunistas. Otros personajes estadounidenses, como Claire Chennault, abogaron por el uso de la fuerza aérea en el conflicto. En 1944, el generalísimo Chiang Kai-Shek accedió a la propuesta de Roosevelt de que un general estadounidense tomara el mando de todas las fuerzas militares en el área, pero demandó que Stilwell también asumiera un cargo oficial. El general Albert Coady Wedemeyer remplazó a Stilwell, y Patrick J. Hurley fue nombrado embajador.

La Oficina de Servicios Estratégicos estadounidense (antecesor de la CIA) mostró un interés en una posible conspiración para disminuir el control del régimen de Chiang. Como respuesta, Chiang ordenó la ejecución de los rebeldes involucrados en esto. El presidente Chiang no sentía ninguna simpatía hacia los Estados Unidos, y vio éstos movimientos como un intento de imponer el imperialismo en China. Chiang no quería ser un subordinado ni de los Estados Unidos, ni de la Unión Soviética, pero competían por ocupar un espacio entre ambas para tener los mayores beneficios por parte de la Unión Soviética y de los Estados Unidos, sin asumir directamente una posición.26 Incidentes violentos se habían producido cuando un general estadounidense, en estado de ebriedad, había hecho comentarios sobre el régimen de Chiang, y sobre la violación de dos estudiantes chinas por marines estadounidenses. Chiang predijo que la guerra llegaría entre los estadounidenses y los soviéticos y que ambos bandos se interesarían en una alianza con China, situación que el país asiático vio como una ventaja. Chiang también difería con el país americano en cuanto a su ideología; él organizó el Kuomintang como un partido con influencia leninista, con las prohibiciones sobre la disidencia y la democracia, afirmando que éstas eran imposibles para China.

Relaciones durante la guerra fría

Después de que estalló la Guerra de Corea, la administración de Harry S. Truman reanudó el apoyo militar y económico hacia la república de China; además, mantuvo paralizado el Estrecho de Taiwán al colocar a la Séptima Flota de los Estados Unidos con el fin de prevenir una invasión comunista hacia Formosa. Hasta que los Estados Unidos reconocieran oficialmente a la república popular china en 1979, el estado de Washington había seguido aprobando el apoyo dado a la república de China, basada en la ley de ayuda exterior, la ley de seguridad mutua y en la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, promulgadas por el congreso estadounidense. Un tratado de defensa mutua entre China y América fue firmado de manera independiente entre ambos gobiernos en 1954 y duró hasta 1979.

El final de las relaciones diplomáticas entre la República de China y EE.UU.

El 1 de enero de 1979, los Estados Unidos cambiaron su reconocimiento diplomático del gobierno chino oficial de la República de China hacia la República Popular China. En el comunicado estadounidense donde se anuncia el cambio, se establece que los EE.UU. reconocían al gobierno de la RPC como el único gobierno legal en el país asiático y apoyarían la postura de éste sobre la existencia de una única China, de la cual la isla de Taiwán formaba parte. Éste mismo comunicado también señalo que dentro de éste mismo contexto, los Estados Unidos mantendrían las relaciones culturales, comerciales y extraoficiales con Taiwán. Desde entonces, el gobierno estadounidense se ha referido a la república de China como ‘Taiwán‘ Poco antes de la terminación de las relaciones diplomáticas, el 28 y 29 de diciembre de 1978, antes del telegrama del presidente Carter a China, un representante estadounidense fue enviado a la república de China para realizar negociaciones con el presidente Chiang Ching-kuo; el tema de éstas negociaciones se centraron principalmente en el estado diplomático entre EE.UU. y la república de China, después de que se estableciera el reconocimiento oficial de la república popular China. A la llegada del representativo a Taipei, la capital de la ROC, hubo una gran molestia en el país debido a la presencia de americanos en la capital asiática, debido a la percepción de una «traición» por parte del gobierno americano. Varias protestas ocurrieron y los estadounidenses, tomando rigurosas precauciones y medidas de seguridad, fueron capaces de desplazarse por la ciudad para atender a las reuniones. El representante estadounidense, siguiendo las instrucciones del presidente, intentó realizar la negociación de cuatro objetivos que, con suerte, lograrían facilitar el establecimiento de un compromiso entre ambas naciones.

Estado comunista en China continental

Los Estados Unidos no reconocieron a la oficialmente a la República Popular China (RPC) durante 30 años después de su fundación. En cambio, los EE.UU. mantuvieron relaciones diplomáticas con el gobierno chino establecido en Taiwán, reconociéndolo como el único gobierno legítimo de China. Sin embargo, el gobierno chino de Taiwán no confiaba enteramente en los Estados Unidos. Un enemigo de la familia Chiang, Wu Kuo-Chen, fue destituido de su cargo como gobernador de Taiwán por Chiang Ching-kuo, y huyó más tarde hacia Estados Unidos en 1953. Chiang Kai-Shek, presidente de la república de China, sospechó que la CIA estaba planeando un golpe de estado con Li-jen Sun, un hombre chino educado en Estados Unidos, quien asistió a la academia militar de Virginia con el fin de hacer de Taiwán un estado independiente. Chiang colocó en 1955 a Sun bajo arresto domiciliario en 1955.  Chiang Ching-kuo, educado en la Unión Soviética, inició una organización militar de estilo soviético dentro del ejército de la república de China, reorganizando y «sovietizando» a los oficiales políticos y de vigilancia. Las actividades del partido Kuomintang se propagaron por todo el ejército más tarde, aunque Li-jen Sun se opuso a éstas acciones.40 Mientras el Ejército Popular de Liberación se movía al sur para completar la conquista comunista de China continental en 1949, la embajada americana seguía al gobierno de la ROC hacia Taipei, y mientras los consulares estadounidenses se mantenían en China continental. Sin embargo, el nuevo gobierno de la RPC era hostil ante la presencia estadounidense, y todo el personal de Estados Unidos fue retirado de China continental a principios de 1950. En diciembre de 1950, la RPC se apoderó de todas las propiedades estadounidenses en el país, con un valor de $196.8 millones, después de que los estadounidenses habían congelado las propiedades del gobierno chino después de la entrada de éste en la Guerra de Corea en noviembre.

El estancamiento de las relaciones

Estados Unidos continuó realizando esfuerzos para evitar que la RPC ocupara el lugar de China en la ONU y alentando a sus aliados de evitar relacionarse con ésta. También, impuso un embargo sobre el comercio con la RPC, y alentaba a los aliados a seguir éste también. Por otra parte, la RPC comenzó el desarrollo de armas nucleares en 1964, y como lo revelaron varios documentos desclasificados más tarde, el presidente Lyndon B. Johnson consideró ataques preventivos para frenar el programa nuclear asiático, aunque finalmente se decidió que la medida llevaba consigo demasiado riesgo, por lo que fue abandonada. A pesar de la falta de reconocimiento oficial, los Estados Unidos y la república popular de China realizaron 136 reuniones al nivel de los embajadores a partir de 1954 y hasta 1970, primero en Ginebra y más tarde en Varsovia. A partir de 1967, la Comisión de solución de reclamaciones extranjeras estableció un programa de Alegaciones en China, en la que los ciudadanos estadounidenses podrían denominar la suma total de sus activos y propiedades perdidas en 1950. Dentro de los objetivos del programa se encontraban: «(1) las pérdidas resultantes de la nacionalización, expropiación, intervención, toma de posesión, u otras medidas especiales dirigidas en contra de, propiedades o ciudadanos de los Estados Unidos, y (2) discapacidad o muerte, resultante de las acciones tomadas por o bajo la autoridad del régimen comunista chino». Cualquier ciudadano americano que haya perdido alguna propiedad en China después de la Declaración de la República Popular de China, promulgada el 1 de octubre de 1949, tenía el derecho de presentar un reclamo ante la comisión. Entre los reclamantes se incluían a la Junta Médica de China en Nueva York, la cual operaba el Peking Union Medical College, Esso Standard (el predecesor de ExxonMobil), la cual era propietaria de la Shanghai Power Company y American Express, y que escapó de China en septiembre de 1949 en medio de la guerra civil y la inflación. En represalia por las cuentas pendientes con los ciudadanos chinos, la República Popular China se negó a conceder un visado de salida a un empleado de American Express, quien se quedó en China durante cinco años más. Debido a la expropiación de sus activos, las compañías estadounidenses permanecerían dudosos en cuanto a la inversión en China, a pesar de las garantías de Deng Xiaoping sobre un ambiente estable de negocios.

El acercamiento

El final de los años 60s trajo un período de transformación; para China, cuando el presidente Johnson decidió calmar la tensión de la Guerra de Vietnam en 1968 al dar la impresión de que los EE.UU. no tenían ningún interés de seguir su expansión en Asia, mientras que la URSS se convirtió en una amenaza mayor, después de intervenir en Checoslovaquia para desplazar un gobierno comunista, dando la impresión de la posibilidad de intervención en China también.47 Esto se convirtió en una preocupación importante para la República Popular de China, después del Conflicto fronterizo sino-soviético 1969. La república Popular China se aisló de manera diplomática y el gobierno llegó a creer que una mejora en las relaciones con los Estados Unidos sería un contrapeso útil contra la creciente amenaza soviética. Zhou Enlai, el ministro de relaciones exteriores de China, estuvo al frente de estos esfuerzos, siendo apoyado por Mao Zedong. En los Estados Unidos, varios académicos como John K. Fairbank y A. Doak Barnett señalaron la necesidad de tratar de una manera realista con el gobierno de Pekín, mientras varias organizaciones como el Comité nacional de relaciones Estados Unidos-China(NCUSCR) facilitaron la realización de varios debates para promover la conciencia pública. Muchos vieron al «espectro» de la China comunista detrás de los movimientos comunistas en Vietnam, Camboya y Laos, pero un número creciente de simpatizantes llegó a la conclusión de que si la República Popular China se alineara con los EE.UU. significaría una mayor distribución del poder global en contra de los soviéticos. El mercado de China continental de casi mil millones de consumidores hizo un llamado a las empresas estadounidenses. El senador J. William Fulbright, presidente del Comité de Relaciones exteriores del senado estadounidense, realizó una serie de audencias acerca de el asunto.  Como mencionó el presidente Richard Nixon en su investidura inaugural, los Estados Unidos estaban entrando a una era de negociación después de una era de confrontación. Nixon tenía la reputación de ser un fuerte anti-comunista, pero tenía una visión de ir más allá de la contención y la distensión de las relaciones amistosas, dado que trabajó de manera estrecha con su principal asesor Henry Kissinger para reorientar la diplomacia estadounidense.  Nixon creía que era necesario el forjar una relación con China, a pesar de la existencia de enormes diferencias entre los dos países. Él fue asistido por su Consejero de Seguridad Nacional Henry Kissinger. Varias preocupaciones políticas internas también tuvieron relevancia en el pensamiento de Nixon, dado el impulso que le podría dar el tener una relación exitosa con la República Popular China durante las elecciones presidenciales estadounidenses en 1972. También estaba inmensamente preocupado que uno de los demócratas se le adelantaría e hiciera una visita a la RPC antes de que él tuviera la oportunidad. La comunicación entre los líderes chinos y americanos fue mediada por Pakistán y Polonia. En 1969, los Estados Unidos iniciaron medidas para flexibilizar las restricciones comerciales y otros impedimentos para el contacto bilateral, a las cuales respondió China. Sin embargo, este proceso de acercamiento se estancó por la guerra de Vietnam en la que China apoyaba a los enemigos de los EE.UU. En 1971, un inesperado encuentro amistoso de ping pong estadounidense y chino abrió el camino para las pláticas y negociaciones. En abril de 1971, los atletas se convirtieron en los primeros estadounidenses en visitar China desde la toma de poder comunista. En julio de ese mismo año, Henry Kissinger fingió una enfermedad durante un viaje a Pakistán y no apareció en público durante un día. Realmente, él se encontraba en una misión secreta en Pekín para abrir las relaciones con el gobierno de la República Popular China. El 15 de julio de 1971, el presidente Richard Nixon reveló ésta misión al mundo y anunció que había aceptado una invitación para visitar la República Popular China. Éste anuncio causó una conmoción inmediata en todo el mundo. En los Estados Unidos, muchos de los anti-comunistas extremistas denunciaron ésta decisión, pero la opinión pública apoyo ésta decisión y Nixon vio el apoyo en los resultados de las encuestas, lo cual había estado esperando. Como Nixon tenía una reputación anti-comunista, era propenso a ser declarado como «blando contra el comunismo», debido a ésta decisión. Nixon y sus asesores querían asegurarse de que la cobertura de éste viaje enfatizaran la audaz iniciativa del gobierno y ofrecieran una imagen dramática de ésta. (Véase «Getting to know you: The US and China shake the world» y «The Week that Changed the World» para grabaciones, documentos y entrevistas sobre el tema). Nixon estaba particularmente entusiasmado por una amplia cobertura periodística del viaje. El presidente Nixon y la primera dama Pat Nixon caminan con la delegación americana y sus anfitriones chinos sobre la Gran Muralla China. Dentro de la RPC también existió la oposición por parte de los simpatizantes izquierdistas. Ésta oposición fue presuntamente dirigida por Lin Biao, jefe del ejército, quien murió en un misterioso accidente aéreo sobre Mongolia al intentar desertar hacia la Unión Soviética. Su muerte silenció a la gran mayoría de la disidencia acerca de la visita. En el contexto internacional, las reacciones fueron variadas. Los soviéticos estaban preocupados de que sus dos mayores enemigos hayan resuelto sus diferencias, y que la nueva alineación que tendría el mundo contribuirían de manera importante a la política de Détente.

Oficina de enlace, 1973–1978

 

En mayo de 1973, en un esfuerzo por construir relaciones diplomáticas formales, los EE.UU. y la RPC establecieron la Oficina de enlace de Estados Unidos (USLO) en Pekín y una oficina homóloga enWashington, DC. En los años entre 1973 y 1978, personajes distinguidos como David K. E. Bruce, George H. W. Bush, Thomas S. Gates, yLeonard Woodcock fungieron como jefes de la USLO con el rango de «embajador». El presidente Gerald Ford visitó la RPC en 1975 y reafirmó el interés estadounidense en la relajación de las relaciones con Pekín. Poco después de asumir su cargo en 1977, el presidente Jimmy Carter volvió a reafirmar los objetivos del Comunicado de Shanghái. El Consejero de Seguridad Nacional de Carter Zbigniew Brzezinski y el alto funcionario del consejo de seguridad nacional Michel Oksenberg animaron a Carter hacia la búsqueda de relaciones comerciales y diplomáticas con China. Brzezinski y Oksenberg viajaron hacia Pekín a principios de 1978 para trabajar con Leonard Woodcock, entonces jefe de la oficina de enlace, para sentar las bases para realizar esta iniciativa. Los Estados Unidos y la República Popular China anunciaron el 15 de diciembre de 1978 que los dos gobiernos establecerían relaciones diplomáticas el 1 de enero de 1979.

La normalización hacia Pekín

Después del anuncio acerca de la creación de relaciones con la RPC el 15 de diciembre de 1978, el presidente de la República de China, Chiang Ching-kuo condenó inmediatamente esta acción por parte de los EE.UU. Esto se vio seguido por varias protestas en ambos países (Estados Unidos y la ROC); sin embargo, el presidente Carter siguió intensificando las relaciones con la República Popular China. En el comunicado conjunto sobre el establecimiento de relaciones diplomáticas, publicado el 1 de enero de 1979, el reconocimiento diplomático estadounidense fue transferido de Taipéi hacia Pekín. También, EE.UU. reiteró el reconocimiento del comunicado de Shangai, donde se defiende la postura china acerca de la existencia de un sólo gran país llamado «China», del cual Taiwán forma parte; por otra parte, Pekín también reconoció la intención del pueblo estadounidense por continuar realizando contactos y estableciendo relaciones comerciales, culturales y extraoficiales con Taiwan. La ley de relaciones con Taiwan(text) facilitó los cambios en la legislación nacional estadounidense para promover el crecimiento de las relaciones internacionales entre los EE.UU. y Taiwan.

La visita del viceprimer ministro Deng Xiaoping a Washington D. C. en enero de 1979 marcó el inicio de una serie de importantes cambios en las relaciones de ambos países, las cuales duraron hasta 1989. Éste evento dio lugar a varios acuerdos bilaterales, especialmente en los ámbitos de intercambio tecnológico, científico y cultural, así también como en las relaciones comerciales. Desde principios de 1979, los Estados Unidos y la República Popular China ya habían iniciado varios proyectos conjuntos de investigación, bajo el marco del acuerdo de cooperación científica y tecnológica, el programa bilateral más grande en ese entonces.55

El 1 de marzo de 1979, los Estados Unidos y la RPC establecieron formalmente las embajadas de ambos países en Pekín y en Washington, D.C. En ese mismo año, las cuentas privadas anteriormente pendientes fueron resueltas y el acuerdo de comercio bilateral fue completado. El vicepresidente Walter Mondale correspondió la visita del viceprimer ministro Deng Xiaoping con un viaje a China en agosto de 1979, suceso que dio lugar a la realización de varios acuerdos en septiembre de 1980, sobre enlaces de aviación civil, asuntos marítimos y asuntos textiles, así también como la realización de una convención consular entre ambos países.

A raíz de la represión violenta de los manifestantes en junio de 1989, los Estados Unidos y otros gobiernos publicaron una serie de medidas con el fin de expresar su desacuerdo y condenar las violaciones a los derechos humanos ocurridas en la República Popular China en ese año. Los Estados Unidos suspendieron los intercambios de alto nivel, así también como el comercio de armas hacia la RPC; también impuso una serie de sanciones económicas hacia el país asiático. En el verano de 1990, durante la cumbre del G7 en Houston, las naciones occidentales hicieron un llamado a la realización de reformas políticas y económicas para ser aplicadas en China continental, en materia de Derechos Humanos. Las relaciones entre los E.U y la República Popular China fueron severamente tensas después del Bombardeo de la OTAN a la embajada china en Belgrado en mayo de 1999, el cual, aunque fue atribuido a un error de inteligencia, fue juzgado por algunos chinos de ser deliberado. A finales de 1999, las relaciones comenzaron a mejorar poco a poco; en octubre, ambas partes llegaron a un acuerdo sobre los pagos de asistencia humanitaria para las familias de aquellos que hayan resultado heridos o muertos en los atentados, así como los pagos por daños a propiedades diplomáticas en Belgrado y China.

La administración de Bush

Las relaciones sino-estadounidenses cambiaron radicalmente después de los Atentados del 11 de septiembre de 2001. Dos ciudadanos de la República Popular China murieron en los ataques, y varias empresas y ciudadanos de la China continental enviaron sus expresiones de condolencia a sus contra partes estadounidenses. La República Popular China ofreció un fuerte apoyo público en la guerra contra el terrorismo, además de haber votado a favor de la resolución 1373, mostrar su apoyo a la campaña de coalición en Afganistán59 y haber contribuido con $150 millones de dólares para la reconstrucción de Afganistán tras la derrota de los talibanes. Poco después del 9/11, los E.U y la República Popular China también iniciaron el diálogo para tomar medidas contra las acciones terroristas. La tercera ronda de éstos diálogos se llevaron a cabo en Pekín en febrero del 2003. En los Estados Unidos, los ataques terroristas cambiaron en gran medida el rumbo de la administración. Por ejemplo, ya no era plausible el argumento, a manera que el equipo azul había anteriormente afirmado, que la República Popular China era la amenaza de seguridad más grande de los E.U y que la necesidad de enfocarse en el oriente medio y la guerra contra el terrorismo hicieron de la evasión de distracciones en el este de Asia una prioridad para el gobierno americano. Existía el temor inicial entre el gobierno de la República Popular China de que la guerra contra el terrorismo podría conducir a un esfuerzo estadounidense contra los chinos, especialmente porque los Estados Unidos comenzaron a establecer bases en países de Asia Central, como Uzbekistán y Tajikistan. Debido a las dificultades en la campaña estadounidense contra Irak, esos temores desaparecieron en gran medida más tarde. La aplicación del poder estadounidense en Irak y los esfuerzos continuos de Estados Unidos para buscar la cooperación con la República Popular China redujeron significativamente el antiamericanismo que surgió a mediados de la década de 1990. La República Popular China y los E.U también han trabajado estrechamente en cuestiones regionales, incluyendo aquellas relativas a Corea del Norte y su programa nuclear. También, la RPC ha extenuado su oposición a la decisión de Corea del Norte de retirarse del Tratado de No Proliferación Nuclear, sus preocupaciones sobre sus capacidades nucleares, y sobre su deseo de una península coreana libre de amenazas nucleares. China también voto a favor de señalar el incumplimiento de Corea del Norte de sus obligaciones con el Organismo Internacional de Energía Atómica. Taiwán sigue siendo un tema sensible, aunque se ha mantenido bajo control. La política de Estados Unidos hacia Taiwán ha ido haciendo hincapié en la política de los cuatro noes y un si. EN ocasiones los Estados Unidos han reprendido al presidente chino Chen Shui-bian por sus provocativa retórica independentista. Sin embargo, en 2005, la República Popular China aprobó una ley anti-secesión que afirmaba que la RPC estaría dispuesta a recurrir a «medios no pacíficos» en caso de que Taiwán declarase su independencia. Muchos críticos de la RPC, como el equipo azul han argumentado que la RPC ha estado tratando de sacar provecho de la guerra entre Estados Unidos e Irak para hacer valer sus pretensiones sobre el territorio chino. En el 2008, los votantes de Taiwán eligieron a Ma Ying-jeou. Ma, representante del Kuomintang, realizó una campaña sobre una plataforma que incluye un acercamiento con China continental. Su elección tiene ciertas consecuencias importantes referentes al futuro de la relación entre Taiwán y China continental. El presidente chino Hu Jintao visitó los Estados Unidos en abril del 2006. Clark Randt, el embajador estadounidense en China del 2001 al 2008 examinó el «estado de la relación Estados Unidos-China» en una conferencia del 2008, en el USC E.U-China.

La administración de Obama

El vicepresidente chino Wang Qishan, al centro, sostiene un balón de baloncesto, el cual fue un regalo del presidente estadounidense Barack Obama después de su reunión el despacho oval el martes 28 de julio del 2009, con el fin de discutir los resultados del primer diálogo estratégico. A la izquierda se encuentra el consejero de estado chino Dai Bingguo.  Las Elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2008 se centraron en problemas ligados con la guerra y la recesión económica, pero los candidatos Barack Obama y John McCain también discutieron de manera extensa las políticas estadounidenses sobre China.64 Ambos estuvieron de acuerdo que la cooperación entre ambos países significa un asunto importante, pero tuvieron puntos de vista diferente en cuanto a las políticas del comercio. Obama expresó la preocupación de que el valor de la moneda china, el cual estaba siendo establecido bajo deliberadamente, significaba un beneficio desigual a favor de los exportadores chinos. McCain expresó que el libre comercio estaba teniendo un efecto crucial y transformador en la economía China; aunque también señalo que aunque China puede tener intereses compartidos con los Estados Unidos, no comparten los valores americanos de manera completa.  La presidencia de Barack Obama ha fomentado las esperanzas sobre un incremento en la cooperación y los lazos entre ambas naciones. El 8 de noviembre de 2008 Hu Jintao y Barack Obama compartieron una conversación telefónica, en la cual el presidente chino felicitaba a Obama por su victoria en las elecciones. Durante esa conversación, ambas partes estuvieron de acuerdo en que el fortalecimiento de las relaciones entre Estados Unidos y China no sólo significaba un interés compartido, sino también un interés de carácter mundial.  Otras organizaciones dentro de China también tuvieron reacciones positivas ante la elección de Barack Obama, y más particularmente con su compromiso en la revisión de la política americana de cambio climático. [Greenpeace]] publicó un artículo detallando como la victoria de Obama significaría un cambio positivo sobre la inversión en el sector ambiental, a manera de respuesta contra la crisis financiera al momento de su toma de protesta.69 Varias organizaciones, incluyendo al departamento de energía y al departamento de comercio, organizaciones no gubernamentales (tales como el consejo de relaciones exteriores y la Institución Brookings) y varias universidades han trabajado con sus homólogos en China con el fin de discutir nuevas maneras de responder al cambio climático. Ambos gobiernos han respondido a la crisis económica con estímulos de inversión masiva (programas de estímulo económico interno). Sin embargo, el gobierno chino ha expresado que el componente «Compra americano» del plan de recuperación económica de E.U realiza una discriminación hacia los productores extranjeros, incluyendo a China.  Al ser dos de los países más influyentes y poderosos del mundo, ha habido fuertes sugerencias dentro del gobierno americano de la creación del G-2 o Chimérica, una relación entre ambos países que buscaría la solución conjunta de varios problemas globales actuales.  El diálogo económico y estratégico, iniciado por el entonces presidente Bush y el presidente Hu, lideradas por el secretario del tesoroHenry Paulson y la vicepresidenta china Wu Yi en el 2006 se ha visto reforzada por la Administración de Obama. Actualmente, el diálogo económico y estratégico es dirigido por la secretaria de estadoHillary Clinton y por el secretario del tesoro Timothy Geithner por parte de los Estados Unidos; por parte de China, el diálogo es dirigido por el vicepresidente Wang Qishan y por el canciller de estado chino Dai Bingguo. El propósito de las primeras reuniones llevadas a cabo en julio del 2009 fue la crisis económica, así como la búsqueda de maneras para cooperar para frenar el calentamiento global; además se abordaron otros temas como la proliferación con armas nucleares y las crisis humanitarias.  El presidente estadounidense visitó china del 15 al 18 de noviembre del 2009 para discutir asuntos económicos, las preocupaciones sobre la proliferación con armas nucleares, y las necesidades de acciones contra el cambio climático. El instituto E.U-China realizó un resumen sobre los comentarios de la prensa acerca de ésta visita y sobre visitas presidenciales pasadas. Obama se reúne con Wen Jiabao y miembros de la delegación china después de una reunión bilateral en la ciudad de Nueva York. En enero del 2010, los Estados Unidos propusieron una venta de $6.4 billones de dólares en armas hacia la República de China. En respuesta a este hecho, la República Popular China amenazó con imponer sanciones hacia las compañías americanas que abastecieran a Taiwán con armamento y con suspender la cooperación en la solución de ciertos problemas regionales e internacionales. El 19 de febrero del 2010, el presidente Obama se reunió con el Dalái Lama, después de las acusaciones de China hacia Estados Unidos por «alterar la calma en el Tíbet«. Después de la reunión, China convocó al embajador estadounidense Jon Huntsman,  pero la revista Time describió la reacción china como»silenciosa», suponiendo que pudo haber sido porque «la reunión se dio durante el año nuevo chino… cuando la mayoría de los oficiales se encuentran en descanso». Varios activistas criticaron a Obama por el perfil relativamente bajo de su visita. En el 2012, China criticó la nueva estrategia de defensa de Obama, la cual estaba vista como un intento por aislar a China en la región de Asia oriental, por haber asumido una postura provocadora y amenazante en el pacífico, fortaleciendo la estrategia de contención estadounidense. Obama planea incrementar la presencia militar estadounidense en el área, con una rotación de fuerzas conjunta con los países aliados. En marzo del 2012, China comenzó a reducir repentinamente las compras de petróleo que hacia de Irán; además, las señales de la sensibilidad en problemas de seguridad con Siria y Corea del Norte mostraron cierta coordinación con los objetivos de la administración de Obama. Un grupo de piratas informáticos afiliado al EPL con base en las afueras de Shanghai se vio responsable de más de 100 ataques hacia los departamentos del gobierno estadounidense, varias compañías americanas y un sitio de prensa, de acuerdo a un reporte de la compañía de seguridad informática, Mandiant. Un estimado realizado por diversas compañías americanas de inteligencia concuerdan con el reporte. Un oficial de la casa blanca dijo que los Estados Unidos serían «más agresivos» en la respuesta de los ataques y el espionaje informático, llevado a cabo por el gobierno chino. Además, el espionaje informático proveniente de China también fue reportado por compañías ubicadas en Francia y Alemania. El gobierno chino respondió diciendo que las acusaciones son malintencionadas y poco confiables, y acusaron al gobierno estadounidense de ser el origen de los ataques hacia las páginas oficiales del ejército chino.  En marzo del 2013, Estados Unidos y China accedieron en imponer sanciones más estrictas para Corea del Norte por llevar a cabo pruebas nucleares, hecho que abrió el espacio para el voto del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Éste hecho significaría un nuevo nivel de cooperación entre Estados Unidos y China.  En un esfuerzo para construir un «nuevo modelo» de la relación entre ambas naciones, el presidente Obama se reunió con el presidente Xi Jinping durante dos días, entre el 6 y el 8 de junio del 2013, en la ciudad de Rancho Mirage, en el estado de California. La reunión fue considerada como «la reunión más importante entre un presidente americano y un líder chino en 40 años, desde Richard Nixon y Mao Zedong«, de acuerdo a Joseph Nye, un politólogo de la Universidad de Harvard. Los líderes estuvieron de acuerdo en combatir el cambio climático y también mostraron un fuerte interés en mermar el programa nuclear de Corea del Norte. Sin embargo, los líderes se mantuvieron seriamente divididos acerca del espionaje informático y la venta de armas estadounidenses a Taiwán. Xi no prestó atención a las quejas de Estados Unidos sobre la seguridad informática. Tom Donilan, el Consejero de Seguridad Nacional saliente dijo que la seguridad informática «está al centro de la relación entre ambos países, y si los líderes chinos no estaban al tanto del problema, ahora lo están». Las relaciones del liderazgo militar de ambas naciones mejoró en el 2013. El general Qi dijo que a largo plazo, los intereses compartidos de ambas naciones superarían a las diferencias de éstas. Sin embargo, estableció la vigilancia contra la «infiltración y subversión» del occidente y contra la «interferencia de poderes externos» en la región del Mar de la China Meridional.

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