La policía hondureña desobedeció al presidente en nombre de la democracia. ¿Influyó EEUU?

Policías hondureños fueron aclamados como héroes en las calles esta semana cuando algunas unidades se negaron a hacer cumplir el toque de queda después de las disputadas elecciones. Estados Unidos ha invertido millones en la policía comunitaria y la capacitación en derechos humanos en ese país.Miembros de la Policía Nacional de Honduras y oficiales de policía pertenecientes al comando especial antidisturbios, COBRA, se paran frente a la sede de COBRA mientras se niegan a  hacer cumplir el toque de queda contra manifestantes en Tegucigalpa, el 5 de diciembre de 2017. La negativa de la policía hondureña a imponer un toque de queda a raíz de la violencia en torno a las disputadas elecciones presidenciales sorprendió a los observadores esta semana y fue celebrada como una rara señal de moderación democrática en un país famoso por su brutalidad policial. También provocó un debate sobre si la acción policial podría atribuirse en parte a un programa multimillonario del gobierno estadounidense para capacitar a la policía hondureña para combatir mejor la violencia relacionada con drogas y pandillas que ha manchado al país con una de las tasas de homicidios más altas del mundo, además de provocar una enorme ola de migración hacia la frontera entre Estados Unidos y México. En un esfuerzo por frenar la migración, la anterior administración, la del presidente Barack Obama, creó una iniciativa regional que ha gastado cientos de millones de dólares para mejorar la capacitación policial, la prevención de la violencia, la lucha contra el narcotráfico y los sistemas judiciales en el llamado Triángulo Norte de América Central: Honduras, Guatemala y El Salvador, países asolados por la violencia. Tan solo el año pasado, el Congreso estadounidense aprobó 200 millones de dólares en fondos para Honduras en 2016, principalmente para capacitación para la policia y el sistema de justicia. Una parte de eso se destinó al entrenamiento de varias unidades de élite de la policía que estuvieron a la vanguardia de la rebelión policial de esta semana. «Queremos la paz y no cumpliremos las órdenes del gobierno; estamos cansados de esto», dijo un portavoz de la policía a los periodistas frente a la sede de la policía nacional el lunes por la noche. «No apoyamos una ideología política en especial. No podemos seguir confrontando al pueblo, y no queremos reprimir y violar los derechos del pueblo hondureño», agregó. Multitudes de manifestantes antigubernamentales recibieron el anuncio con vítores. Se emitieron escenas extraordinarias en la televisión de personas cantando, e incluso rezando, con la policía. La policía desobedeció las órdenes del gobierno del presidente, Juan Orlando Hernández, de hacer cumplir un toque de queda diseñado para sofocar las protestas antigubernamentales luego de sospechas de fraude en las elecciones presidenciales del 26 de noviembre. Un recuento inicial de votos parciales había mostrado que el candidato opositor Salvador Nasralla marchaba al frente con una ventaja de un 5%. Pero después de que el recuento de votos se detuvo brevemente por una falla informática inexplicable, Hernández sospechosamente tomó la delantera. +Irónicamente, Hernández es un aliado cercano de los Estados Unidos y su gobierno ha cooperado estrechamente con Washington en la aplicación de la ley y la política de migración. Pero su presidencia se vio empañada por acusaciones de corrupción.

Campaña anticorrupción

Educado en Chile, Nasralla, de 64 años, es un popular presentador de programas televisivos y presentador deportivo de ascendencia palestina, parte de una gran y rica comunidad comercial hondureño-árabe. Este político novel está presentándose por primera vez a una contienda por un cargo público apoyado en una vaga plataforma anticorrupción. Considerado un showman y artista, los críticos cuestionan sus inclinaciones izquierdistas y su falta de políticas coherentes. «Hay mucha ira reprimida contra Hernández, la corrupción y su concentración de poder», dijo Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano, un grupo de expertos de Washington DC, refiriéndose a la forma en que Hernández cambió la constitución para permitirle buscar la reelección. Antes de las elecciones, la revista The Economist obtuvo una grabación de lo que parece ser una sesión de capacitación para los trabajadores electorales con el Partido Nacional de Hernández, en el que reciben instrucciones sobre diversas técnicas de fraude. Las autoridades electorales anunciaron el martes que el conteo final de votos tenía a Hernández con una ventaja de en un 1.5%, pero se rehusó a declarar un ganador debido a un recuento de boletas disputadas. «Hay mucho terreno para la sospecha. No huele bien la forma en que se hizo», dijo Shifter. Hernández intentó evitar el descontento policial al ordenar el pago de las horas extra trabajadas durante las elecciones el miércoles y al comprometerse a aumentar los salarios básicos. La policía regresó a sus obligaciones normales el martes por la noche, aunque el toque de queda se acortó. Sin duda, las condiciones de pago y trabajo (especialmente el agotamiento después de días de protestas) fueron un factor en la decisión de la policía de negarse a cumplir órdenes. Pero no estaba claro si las inquietudes financieras fueron el motivo de la huelga policial. En declaraciones a la puerta de entrada de una base de las fuerzas especiales de la policía, Javier Díaz, de la policía nacional, le dijo a la AFP que «el único interés de la policía de bajo rango era el respeto a los derechos de todos los ciudadanos hondureños«. Y añadió: «No vamos a reprimir a la gente. Vamos a evitar que Honduras caiga en el caos». Anteriormente, un miembro del escuadrón antidisturbios Cobras les dijo a los periodistas: «Esto no es una huelga, esto no se trata de salarios o dinero. Es que tenemos familia. Estamos cansados. Y nuestro trabajo es darle paz y seguridad al pueblo hondureño, no reprimirlo. Queremos que todos los hondureños estén a salvo». La policía también dijo que los agentes estaban enojados por las heridas sufridas por sus colegas a causa de disparos mientras aplicaban el toque de queda el domingo por la noche. «Hemos entrenado mucho a esas unidades para reforzar sus capacidades y su consideración por los derechos humanos», dijo Frank Mora, director del Centro Latinoamericano y del Caribe de la Universidad Internacional de Florida (FIU) y ex subsecretario adjunto del Pentágono en la primera administración Obama de 2009 a 2013. » Quisiera pensar que toda esa capacitación surtió efecto. Parece que están actuando en defensa de la gente». El entrenamiento incluyó los derechos humanos, la gestión de la escena del crimen, la vigilancia comunitaria y el entrenamiento de combate policial, dijo. Aunque fue financiada a través de la Sección de Asuntos Internacionales contra el Narcotráfico y Aplicación de la Ley (INL, por sus siglas en inglés) del Departamento de Estado, la capacitación fue realizada por los comandos antidrogas de la policía de Colombia, conocidos como ‘Junglas’. La revuelta de la policía hondureña comenzó con más de 200 miembros de la policía élite antidisturbios entrenados por Estados Unidos. Una declaración emitida a nombre de la Policía Nacional dijo que los oficiales estaban molestos con el gobierno por una crisis política a la que no deseaban ser arrastrados. «Nuestro pueblo es soberano», dijo un miembro de Cobras a Reuters, leyendo el comunicado. «No podemos confrontar ni reprimir sus derechos». El alcance de la acción policial aún no estaba claro, dijo Adriana Beltrán, de la Oficina de Washington para América Latina (WOLA), quien supervisa la reforma judicial y la vigilancia policial. «Hay informes no confirmados de que algunas unidades han atacado con gases lacrimógenos a otras unidades», dijo. Honduras ha estado implementando una purga para limpiar las fuerzas policiales y algunos de los que se unieron a la huelga eran jóvenes oficiales recién graduados que hubieran pasado por el programa de capacitación financiado por Estados Unidos, dijo. «También ha habido quejas de bajos salarios», agregó. Entre las unidades que no se declararon en huelga estaba el escuadrón antidisturbios conocido como Tigres, uno de los grupos que mas ha recibido entrenamiento financiado por los EEUU.

Recuento

La acción policial potencialmente cambió la situación para Hernández y se produjo poco después de que los observadores internacionales hicieran un llamado a las autoridades electorales hondureñas para que llevaran a cabo un recuento. Un informe preliminar del equipo de observadores de 82 miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) reveló una serie de anomalías en la elección, desde datos de votación incompletos hasta el incumplimiento de los protocolos correctos para garantizar los resultados de las elecciones. «El estrecho margen de los resultados, así como las irregularidades, errores y problemas sistémicos en torno a esta elección, no le permiten a la Misión tener certeza sobre los resultados», anunció la OEA el martes. Los miembros del Congreso de Estados Unidos también comenzaron a intervenir esta semana. «El proceso ha carecido de transparencia, ha estado plagado de irregularidades y de retrasos inexplicables, y se ha sumado a informes sobre el uso excesivo de la fuerza por parte de la policía y el ejército hondureños contra los manifestantes pacíficos … Hay demasiadas sospechas de fraude y demasiada desconfianza», dijo el senador por Vermont, Patrick Leahy, quien mantiene una viligancia estrecha sobre Latinoamérica. También cuestionó si Estados Unidos podría seguir proporcionando fondos a Honduras si la crisis política no se resuelve. Los derechos humanos informan que hasta 12 hondureños murieron en las protestas. La mayoría de esas muertes son atribuidas por grupos de derechos humanos a una fuerza de policía militar creada por Hernández, que Estados Unidos ha boicoteado para su programa de ayuda. Honduras enfrenta un momento decisivo en su historia moderna. La forma en que el gobierno resuelva esta crisis determinará la ruta del país en el futuro previsible. También determinará el alcance de la validez y el apoyo que el próximo gobierno recibirá de Estados Unidos», dijo. «Pone a Estados Unidos en un verdadero aprieto», dijo Shifter. «Lo último que quieren es que Nasralla gane, pero de lo único que habla es de luchar contra la corrupción». La administración Trump no ha dicho poco sobre la crisis y actualmente no tiene embajador allí. Su principal funcionaria diplomática, Heide Fulton, emitió un comunicado diciendo que la embajada estaba monitoreando de cerca la situación e instó a la «transparencia». A pesar del aparente éxito de la capacitación de la policía bajo Hernández, los críticos dicen que Estados Unidos había sido miope sobre sus fallas y debería distanciarse de él. «Él gobernó como cualquier otro caudillo. Llenó la Corte Suprema y manipuló el Tribunal Electoral, al igual que (Daniel) Ortega (en Nicaragua) y (Evo) Morales en Bolivia», dijo Mora. «Deberíamos decir lo mismo sobre Hernández. La administración Trump ha demostrado un doble estándar».

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