Redes sociales deben hacer mas en prevencion de suicidios
Expertos apuntan que Twitter o Facebook deben actuar frente a este tema de salud pública. Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el suicidio fue la segunda causa principal de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años en el 2016. Cerca de 800.000 personas se quitan la vida cada año. Expertos aseguran que las redes sociales deben ser herramientas de ayuda, y no escenarios en los que el tema se agrave. La magnitud del fenómeno es tal que desde 2014, la OMS reconoce que se trata de un grave problema de salud pública que «requiere de una estrategia de prevención multisectorial en los países». Para algunas organizaciones, el impacto de las redes sociales en el fenómeno es desproporcionado. En concepto de la campaña Anti Bullying Pro del Diana Awards, “está claro que algunos de los desafíos a los que los jóvenes se enfrentan a menudo en línea pueden verse exacerbados por el hecho de que algunos no se sienten capaces de tomarse un descanso digital”. Factores como las vivencias en un contexto violento o la falta de acceso a servicios de salud mental, los jóvenes pueden presentar señales de adicción a los dispositivos y vivir inmersos en una mayor presión por la interacción digital. Con ello, pueden exponerse a un ciberacoso, que está disponible las 24 horas de los 7 días de la semana. Según cifras de organizaciones como The Trevor Project, los jóvenes gays, lesbianas y bisexuales son una población vulnerable al acoso digital y al abuso físico o verbal. Ello aumenta la probabilidad de una autolesión en unas 2.5 veces más que en sus pares heterosexuales. The Trevor Project deriva de un cortometraje ganador del Oscar acerca de un joven gay de trece años que trata de suicidarse tras recibir el rechazo de sus amigos por su homosexualidad,
Efectos en la salud mental
Para la psicóloga Lina María Saldarriaga, directora de contenidos e investigación de Red PaPaz, sin duda las redes sociales son la plataforma de interacción social para los jóvenes, como antes podía ser un bus escolar, un patio de juegos o un parque. Según Saldarriaga redes como Instagram o Snapchat, que permiten presentar aspectos particulares y casi que mostrar una vida perfecta, “pueden llegar ser una trampa para los jóvenes si no son vistas de forma crítica”, sin embargo, apunta enfáticamente que no existe una correlación directa entre el suicidio y las redes sociales. “No se desarrolla un desorden alimenticio por ver fotos de mujeres delgadas. El fenómeno de las lesiones autoinfligidas o las conductas suicidas se presenta si también existen ciertas características”. En el caso emblemático de ‘La Ballena Azul’, una serie de retos virales que promovían el suicidio, la experta cree que también influía la relación con los padres o las circunstancias en la que vivían los menores en riesgo. Los expertos coinciden en que el suicidio es un fenómeno que ocurre por múltiples causas, por ello, las personas vulnerables deben poder encontrar herramientas de ayuda en sus familias, en los entornos escolares y también en internet. “Es muy importante que las plataformas actúen. Que una persona que esté pensando en acabar su vida pueda encontrar ayuda en internet, que pueda apoyarse en sus familiares y encontrar protocolos de atención en lugares como el colegio”, puntualizó Saldarriaga.
¿Qué hacen las plataformas?
En 2012, el mundo se conmocionó con el testimonio de Amanda Todd, una adolescente canadiense que antes de acabar con su vida subió a YouTube un video explicando su decisión de suicidarse por ser víctima de ciberacoso. El video de Amanda, de 16 años, fue dejado en la plataforma, por decisión de su madre, para generar un recordatorio sobre la gravedad de las violencias digitales y la problemática del suicidio. También existieron publicaciones de videos en vivo, en el que se transmitían actos suicidas, que llegaron a miles de reproducciones en cuestión de segundos. Para hacer frente al tema, las redes sociales han buscado actuar de forma preventiva. Facebook utiliza técnicas de aprendizaje automático para identificar patrones de riesgo en los usuarios., como publicaciones con imágenes alusivas al suicidio o frases como ‘quisiera morir’, ‘ya no puedo más’ o ‘quiero desaparecer’. Los usuarios que quieran ayudar a otro pueden reportar los contenidos y recibirán -según el caso- una serie de sugerencias personalizadas. Por su parte, el usuario en el que se identificó el riesgo de suicido recibirá, la próxima vez que inicie sesión en Facebook, una serie de recursos de ayuda para que pueda comunicarse con un experto. Facebook también ofrece un Centro de Prevención del Bullying, que fue creado en colaboración con el Yale Center for Emotional Intelligence, para brindar información a padres, educadores y adolescentes con recursos específicos para enfrentar el ciberacoso. Al igual que el Centro de Prevención del Bullying, Facebook tiene una Página de Prevención del Suicidio en el Centro de Seguridad de Facebook. Este segmento, desarrollado en conjunto con expertos y especialistas en salud mental desde 2006, contiene información para las personas en búsqueda de apoyo, para quienes quieren ayudar a familiares, amigos o conocidos, y otros recursos. La idea es brindar recursos con los que apoyar a las personas en situación de estrés emocional, en riesgo de suicidarse o de autolesionarse.
Instagram, propiedad de Facebook, cuenta con un recurso similar. En julio de este año, la red social actualizó su algoritmo y fortaleció sus filtros de comentarios ofensivos. De esta forma, los comentarios que ataquen directamente la apariencia o el carácter de una persona o las amenazas para su bienestar son bloqueados automáticamente. En principio, este sistema funciona para las cuentas y comentarios en inglés. Los comentarios que ataquen directamente la apariencia o el carácter de una persona o las amenazas para su bienestar son bloqueados automáticamente En su página de ayuda, la red también despliega una serie de sugerencias dirigidas tanto a las personas con deseos suicidas como para los usuarios que quieren ayudar a otros. Los usuarios pueden reportar el contenido para ayudar a la red social a identificar esas tendencias, pero también ofrece opciones de líneas de ayuda o sitios web aliados con opciones que pueden ser tan específicas como ayuda para la población LBGTI discriminada o para soldados o veteranos retirados. YouTube, la plataforma de video de Google, tiene un apartado de seguridad especializado en suicidio y autolesión. La plataforma invita a ‘marcar’ contenido en el que alguien muestre tendencias suicidas o se esté autolesionando. Dentro de los recursos de seguridad de la firma, existe un apartado profundo con recomendaciones para padres de familia para llevar hábitos de navegación saludable y promover entornos más seguros. YouTube salió recientemente de un episodio polémico después de que el youtuber Logan Paul, que cuenta con más de 15 millones de seguidores, grabó un video en Japón en el que se reía junto al cuerpo de una persona que se había suicidado en el Bosque de Aokigahara, en la base del Monte Fuji. El influencer fue expulsado del programa ‘Google Preferred’. Por su parte Twitter, desde su equipo de seguridad trabaja en un modelo de alianzas con organizaciones de la sociedad civil para ofrecer información de centros locales que pueden atender casos de intento de suicidio. Además de alentar a los usuarios a buscar ayuda con agencias especializadas pide realizar la notificación en la plataforma. Después de que analizan la denuncia de amenaza de suicidio o daño autoinfligido, Twitter se comunica con el usuario para informarle que alguien que se preocupa por él y considera que podrían estar en riesgo, y entrega recursos en línea y números de teléfono a donde se puede comunicar.
Un modelo similar utiliza Snapchat, que es una de las redes sociales más populares entre los menores de edad. Dentro de su página de atención, la red invita a los usuarios que se preocupan por un ‘Snapchatter’ a que le motiven a “buscar ayuda”, enumerando ejemplos como consultar servicios profesionales con terapeuta, llamar a una línea de ayuda de crisis, o “simplemente conversar en confianza con algún familiar o amigo cercano”. Además muestra un listado de países con los enlaces a organizaciones aliadas que trabajan el tema. Aparecen países como Finlandia, Canadá, Argentina, India y México entre otros. Colombia no está incluido en ese listado.