Un músico enfermo, un hombre que regresó por su perro y los que no evacuaron: las víctimas del mortal incendio en California

Algunos no alcanzaron a evacuar, otros no escucharon cuando les tocaron la puerta y otros cometieron el error de decidir quedarse. Las historias de los que han muerto por el fuego más letal que ha ocurrido en este estado, el Camp Fire, van desde personas mayores que tenían dificultades para movilizarse rápido, hasta quienes querían salvar a sus mascotas y murieron en el intento. Mientras los bomberos continúan luchando contra las llamas de dos mortales incendios en el norte y sur de California, las autoridades locales ya iniciaron la difícil labor de identificar a los muertos, que hasta este jueves sumaban 59, pero advierten que podrían superar el centenar si se considera que aún hay decenas de desaparecidos. Establecieron un sistema de análisis de ADN y llevaron perros sabuesos, morgues móviles y escuadrillas de rescate compuestas por más de 450 personas para hallar e identificar a fallecidos por el incendio catalogado como el más mortal que ha ocurrido en la historia del estado: el Camp Fire, que ha consumido 140,000 acres y ha dejado más de 8,000 residencias completamente destruidas en el condado de Butte (norte) . Una semana después de que este fuego calcinó Paradise, un pueblo de 27,000 residentes, no está clara la cantidad de personas que aún no han sido localizadas. Este miércoles el Departamento del Sheriff de Butte publicó una lista de 130 desaparecidos, quienes han sido reportados por familiares o amigos para intentar ser ubicados.

Pero el total de víctimas mortales sigue en aumento y se teme que sean muchas más. Estas son las historias de algunas de ellas:

Ernest Foss

Ernest Foss era un músico que daba clases afuera de su casa cuando vivía en San Francisco. Un amplificador del tamaño de toda la pared era el sofá de la sala, que era prácticamente su estudio. Foos, de 63 años, se mudó a Paradise hace ocho años porque los altos costos de la vivienda en el Área de la Bahía lo obligaron a irse, de acuerdo con el testimonio de su hija Angela Loo a la prensa. Ella también contó que él sufría de inflamaciones en sus extremidades, y que eran tan fuertes que no podía caminar y necesitaba mantenerse conectado al oxígeno para respirar. «Me encanta que él compartió su regalo de la música conmigo y muchos otros durante su vida», aseguró Loo. Las autoridades dijeron que el cuerpo de Foss fue encontrado fuera de su casa cerca de su minivan, junto a su perra de ayuda, Bernice. Su hija asegura que él no le tenía miedo a la muerte, pues durante la última década había estado luchando con una condición médica que lo tenía postrado en la cama. Incluso tenía decidido a qué amigo quería heredarle su preciada colección de discos de vinilo, pero también quedaron reducidos a cenizas en el incendio que le quitó la vida.

Loo ha creado una campaña de GoFundMe para recaudar dinero para el funeral de su padre. Allí recordó que aunque él estaba entre las primeras víctimas del Camp Fire en ser identificada, eran muchos más los que iban a necesitar ayuda. «Hay muchas familias que todavía están esperando escuchar noticias de sus seres queridos. Hay muchas familias que lo han perdido todo. Por favor hagan lo que puedan para ayudar a los necesitados», pidió.

Jesús Fernández, ‘Zeus’

Fernández, de 48 años y residente de la localidad Concow, es otra de las víctimas del Camp Fire. Es recordado como un padre amoroso y un amigo fiel. ‘Zeuz’, como lo llamaban, fue encontrado en su propiedad, donde al parecer murió por inhalación de humo. Creen que pudo pasar cuando él intentaba rescatar de las llamas a su perro, un pastor alemán llamado King. Myrna Pascua, esposa del mejor amigo de ‘Zeus’, lo describió a la prensa local como un «proveedor incansable, un amigo leal del cual se puede depender, un buen vecino y un gran padre». Tenía un hijo que vive en Las Vegas, Zack Fernández. «Él será dolorosamente extrañado por todos los que lo conocían», aseguró la mujer, quien resaltó su solidaridad y que siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás. Concow, donde vivía este hombre con su perro, fue una de las áreas más afectadas por el Camp Fire, así como Paradise. Los habitantes de esta localidad tuvieron poco menos de 10 minutos para evacuar y salir huyendo entre las llamas por una única vía de acceso. Los familiares y amigos de ‘Zeus’ abrieron una campaña en GoFundMe para reunir dinero para trasladar su cuerpo hasta Las Vegas, donde su hijo quiere velarlo y enterrarlo.

Phyllis y Christopher Salazar

Phyllis Salazar, de 72 años, y Christopher Salazar, de 76, no pudieron escapar de las llamas en su casa en Paradise. Allí criaron a un hijo biológico, cinco adoptados y tres más adoptivos por temporadas, según datos del diario Los Angeles Times. Una de sus hijas, Anita Razo, le contó a ese periódico que su padre era generoso y comprensivo, y que su madre era la que los cuidaba y disciplinaba. También recordó que los llevaban a misa cada domingo, hacían excursiones en las montañas, y cada Navidad o fiesta era una casa llena de felicidad. Christopher estuvo en el Ejército y luego trabajó para la oficina de correos. Phyllis era contadora de la iglesia y organizaba eventos para su comunidad. Sus hijos los recordarán por cuidarse el uno al otro hasta en tiempos de enfermedades y aseguran que probablemente su deseo era morir juntos.

John Digby

«Él era realmente amable, un hombre de voz suave que me dio mi sentido del humor. Te amo papá», escribió en su Facebook Roman Digby tras enterarse que su padre había fallecido por el incendio Camp Fire. Roman vive en Minnesota y le contó a los medios que estaba hablando por teléfono con su papá cuando alguien tocó la puerta, pero este no quiso abrir. Por sus problemas de salud se le dificultaba trasladarse rápidamente de un lugar a otro. Era un vecino dando la alerta de evacuación por las llamas que se acercaban a la comunidad de casas móviles donde vivía en Paradise.

Al parecer este veterano de la Fuerza Áerea que se retiró en 2008 en esta localidad del norte californiano perdió la oportunidad de salvarse por no atender la puerta. Cuando su hijo llamó nuevamente en un par de horas ya nadie le contestó. Entonces se preocupó y buscó en Google la palabra «Paradise». Fue así como se enteró de que su padre estaba en peligro por los incendios. Al día siguiente las autoridades lo llamaron para confirmarle su muerte. «Fue amado y será extrañado», aseguró Roman al diario Los Angeles Times. «Era un hombre de muy buen corazón».

Lolene Ríos

Aunque Lolene Ríos, de 58 años, continúa en la lista oficial de desaparecidos, su hijastra María Ríos le dijo con tristeza al diario The San Francisco Chronicle que la familia cree que ella murió atrapada dentro de su casa, que quedó reducida a cenizas por el Camp Fire. «Hasta donde sabíamos, ella estaba todavía en la casa», señaló. Su esposo, Rick Ríos, de 69 años, se recupera en el hospital de graves heridas por quemaduras que sufrió en las manos y en la cara escapando de las llamas. «Mi papá está con mucho dolor, solo sigue diciendo ‘no tengo piel, no tengo piel'», contó su hija al mismo medio. Esta pareja de retirados de Paradise, que llevaban casados 36 años, ya lo había perdido todo en un incendio en 1990, pero sobrevivieron. Esta vez al parecer no corrieron con la misma suerte. Se dieron cuenta de que estaban en peligro cuando vieron la propiedad del vecino en llamas. Rick se subió al techo para intentar apagar cualquier fuego que llegara y poder salvar la casa. Al mismo tiempo, su esposa Lolene fue a reunir a sus cinco perros y se metió al sótano. El fuego llegó pronto y envolvió ferozmente la propiedad. Cuando los bomberos llegaron, solo pudieron rescatar al hombre del techo y trasladarlo al hospital. «No había realmente tiempo. Ellos vieron el fuego venir y eso fue todo. Se movía muy rápido y fue algo que no pudieron manejar», aseguró su hija, quien vive en Texas.

Carl Wiley

James Wiley aseguró a la agencia AP y a la cadena CBS de Sacramento que las autoridades le informaron que su padre, Carl, estaba entre los fallecidos por el incendio en el norte de California. Carl Wiley tenía 77 años, vivía en Magalia y reparaba neumáticos. Este veterano y su familia vivieron en Alaska por muchos años antes de mudarse al condado de Butte hace varias décadas. Su hijo lamenta que lo perdió hace mucho años, pues no hablaba con él desde hace seis.

Debbe Morningstar

Debbe Morningstar, de 65 años, decidió no evacuar su casa en Paradise aunque le advirtieron que se acercaba un peligroso fuego. Su hermana Becki Nelson, quien vivía a cinco minutos, sí lo hizo y logró salvarse, de acuerdo con el diario Los Angeles Times. La tarde del lunes las autoridades del condado de Butte llamaron a la familia de Morningstar para avisarles que esta no había sobrevivido. Era una secretaria retirada que vivía con sus gatos. La recuerdan como alguien a quien le encantaba cantar con sus tres hermanas y tocar el piano en las reuniones familiares, que muchas veces se realizaban en su casa, ahora reducida en cenizas.

Bill Godbout

Bill Godbout, de 79 años, era un figura influyente en los principios de Silicon Valley, donde tenía una popular tienda de electrónicos, según el periódico The New York Times. Era conocido en la comunidad de hackers y es recordado por sus excentricidades, como su permiso para volar aeronaves dirigibles. Su nieto, Robert Tuck, señaló que mientras su esposa y otros familiares sí lograron huir del incendio, su abuelo se quedó seguramente intentando rescatar a sus tres gatos. Cuando su familia conducía para alejarse del lugar, miraron hacia atrás y «podían ver el fuego llegando a la casa», dijo llorando Tuck. «Él estaba escuchando el reporte (del avance de las llamas) en la radio y pensó que tenía un poco más de tiempo», contó el nieto.

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