Alexandria Ocasio-Cortez se convierte en la mujer más joven que llega a la Cámara de Representantes
Lo que empezó como una declaración de principios de una activista de uno d elos distritos más demócratas del país terminó este martes como el inicio de una de las carreras más prometedoras de la nueva generación de políticos que comienza a asumir roles de poder en Washington DC.
Alexandria Ocasio-Cortez se impuso este martes -como ya se predecía- en el distrito 14 de Nueva York, para convertirse a sus 29 años en la mujer más joven en ser electa a la Cámara de Representantes. Ocasio-Cortez sumó más del 70% de los votos frente a 14% que acumulaba su principal contendor, el republicano Anthony Pappas. En sus primeras palabras cuando todas las proyecciones la daban ganadora, la demócrata señaló que lo que ocurrió este martes «es un movimiento que se va a ver por todo Estados Unidos. Pienso en lo que se siente en el país al ver que poco a poco el partido va ganando contiendas. Estamos haciendo historia». «Nos damos cuenta de que muchos de los problemas no tienen que ver con el partido al que pertenecemos… tenemos que enfocarnos en limpiar nuestra casa y no solo acusar a los vecinos de lo que nos ocurra», agregó, al insistir en que las desigualdades deben ser reducidas. La joven latina sigue así acumulando victorias en una corta carrera política. En las primarias de su partido, sacó del puesto a Joseph Crowley, uno de los representantes demócratas más reconocidos en el Congreso. Si las mujeres como Ocasio-Cortez no se supone que se presenten a elecciones, como decía ella misma en su video promocional de campaña, tampoco se supone que las ganen y aún menos que lo hagan acabando con la carrera de uno de los congresistas para importantes de su partido. Lo que empezó como una declaración de principios, terminó sacando de la escena al poderoso número cuatro en la jerarquía demócrata en el Congreso, quien era visto por muchos como posible sucesor de la líder del partido en la Cámara Baja Nancy Pelosi.
“No estaba en los planes”
Alexandria Ocasio-Cortez no tenía nada que ver con la política, al menos no con la política partidista. Era una joven activista que promovió causas comunitarias y que fue voluntaria de campañas. Ajustada al perfil de “ciudadana normal” que promovió en su campaña, Ocasio-Cortez está pagando su deuda estudiantil por la carrera de economía y relaciones internacionales que estudió en la Universidad de Bosto Su familia padeció el problema de la deuda hipotecaria que afectó a millones de estadounidenses durante la crisis financiera de 2008 y ella tuvo que trabajar como mesera para ayudar con el ingreso familiar, golpeado por la muerte de su padre en ese mismo año. En medio del laberinto legal que tuvieron que atravesar para solucionar asuntos de herencia, finalmente en 2012 lograron saldar las deudas y escapar de la amenaza de desalojo.
“Entrar en la política no estaba en los planes”, dice en su video promocional esta joven de 28 años, quien nunca ha ejercicio un cargo público y que se define como “niuyorrican”, hija de madre puertorriqueña y su padre nació en El Bronx. No es que la joven no tuviera instinto o preocupación política. En sus años estudiantiles trabajó en la oficina del emblemático senador demócrata Ted Kennedy asistiendo en asuntos migratorios. En 2016 fue parte del voluntariado que asistió al senador de Vermont Bernie Sanders en su intento por lograr la candidatura presidencial demócrata para las elecciones de 2016. El momento transformacional para ella fueron las protestas en la reserva indígena de Standing Rock, en Dakota del Sur, contra la construcción de un oleoducto que atravesaría territorios considerados sagrados por las tribus locales y que, pese a la orden de profundizar los estudios ambientales que ordenó Obama, recibió luz verde por parte del recién investido presidente Donald Trump apenas lllegara al Casa Blanca. Tras participar en esas manifestaciones al lado de líderes indígenas, Ocasio-Cortez fue contactada por Brand New Congress (Congreso Renovado) Por su trabajo con Sanders, y con el recuerdo de la experiencia de Barack Obama en 2008, la candidata optó por una campaña que no dependiera de Comités Políticos o grandes donantes, sino motorizada por de comunicación directa con los electores del distrito y trabajo de base. De acuerdo con datos de su campaña, el 70% de sus fondos provenían de aportes menores a 200 dólares. Pero el dinero no parece haber sido lo central en su éxito, a juzgar porque Crowley recaudó unas 18 veces más que su oponente.