Casa Blanca exige el muro fronterizo como condición para ayudar a los ‘dreamers’
Así son los muros ‘impenetrables’ de Trump: visitamos los 8 prototipos ya construidos en la frontera Ocho imponentes propuestas de muro, uno de los cuales podría convertirse en la barrera que divida a Estados Unidos y México definitivamente, ya han sido levantados en un paraje desértico en San Diego, California. La Patrulla Fronteriza considera que cualquiera de estos funcionará, pero la Casa Blanca tiene la última palabra. En un remoto paraje en el sureste de San Diego, California, donde termina un corredor de 13.6 millas con doble barda y empieza la frustración de los agentes de la Patrulla Fronteriza, ya se han erigido ocho imponentes paredes de concreto y metal, una de las cuales se extendería definitivamente a lo largo de la zona limítrofe entre Estados Unidos y México. Se trata de la muralla prometida por el presidente Donald Trump. Seis compañías las han edificado con sus mejores trabajadores y maquinaria para que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) evalúe su efectividad para evitar la inmigración indocumentada y el tráfico de droga. Los ocho prototipos miden 30 pies, el triple que la valla ahora oxidada y perforada que se colocó a principios de la década de 1990. Cuatro son de concreto, dos de metal y dos más combinan ambos materiales. Ninguno de estos gigantes tiene un ángulo amable, ni siquiera si se le ve desde el lado estadounidense. Cuadrillas de constructores trabajaban este fin de semana en los últimos dos modelos: uno que tiene barras metálicas bajo una sección sólida y con un tubo de gran diámetro en la parte superior; y otro que consiste de una pared de concreto con una pieza metálica arriba. Un equipo soldaba y taladraba los últimos detalles de su proyecto, mientras el otro escarbaba y aplanaba el terreno alrededor del suyo. Bajo un cielo nublado y triste, finalmente se observaban las ocho propuestas del muro fronterizo en pie, inertes, alineados, mostrando sus músculos y su fealdad, como concursantes que esperan el veredicto de los jueces. Estos son los ocho modelos del muro fronterizo construidos en San Diego, California. Uno será elegido por el gobierno de Trump. Esa zona, ubicada entre industrias y deshuesaderos de autos en Tijuana (México) y las peligrosas montañas del sureste de San Diego (California), no está abierta al público y es vigilada las 24 horas por policías y agentes migratorios. Pero desde que se iniciaron las obras el pasado 26 de septiembre (el plazo de los contratistas concluye este 26 de octubre) no se han presentado manifestantes, según las autoridades. Los activistas dicen que es reflejo de que no les interesa este plan y confían en que esas vallas no se multiplicarán. Los que sí han llegado durante las obras han sido al menos seis indocumentados; todos fueron arrestados. Un mexicano fue detenido incluso minutos antes de que se anunciara la edificación de estos modelos. La Patrulla Fronteriza dice que ha redoblado la vigilancia en ese sitio, anticipando que los ‘coyotes’ intentarían escabullirse entre decenas de constructores, la maquinaria y el ruido constante. «Todos los prototipos funcionarían de alguna manera. Tienen sus pros y sus contras. Pero gracias a la infraestructura colocada ves lugares como San Ysidro donde ahora está el enorme centro comercial ‘Las Américas’ y también hay casas que se venden a más de medio millón de dólares», dijo Vincent Pirro, vocero de la Patrulla Fronteriza, durante un recorrido en la zona donde se erigen los prototipos. Para llegar a ese sitio hay que pasar una verificación de documentos realizada por la Patrulla Fronteriza, ser escoltado por oficiales migratorios, atravesar un punto de control de agentes federales y recorrer un par de millas a lo largo del último tramo con doble barda en Otay Mesa. Mientras la primera y más antigua valla es burlada con facilidad por los inmigrantes y narcos; la segunda, instalada en 1997, se ha convertido en una colección de remaches. «La pueden cortar con un hacha o con una herramienta eléctrica en uno o dos minutos: hubo más de 500 cortes el año pasado. Así es que los nuevos prototipos tratan de ser más eficientes», señaló el agente fronterizo. Lo cierto es que los arrestos en ese sector continúan a la baja. Del 1 de octubre de 2016 al pasado 30 de septiembre, en esa jurisdicción se realizaron más de 26,000 detenciones, muy lejos de las más de 600,000 que ocurrían dos décadas atrás. Este descenso, indicó Pirro, es el resultado de tener más oficiales, mejor tecnología y barreras en esa frontera.
«Una pérdida de tiempo y dinero»
De los ocho modelos de muro fronterizo, que han costado alrededor de 20 millones de dólares, el CBP elegirá solo uno: que sea «impenetrable», difícil de escalar y que complique excavar debajo de este (para prevenir la construcción de túneles por donde se trafique droga). «No tenemos preferencias sobre el tipo de muro, porque sabemos que la infraestructura funciona. La principal razón de tener los prototipos es evaluar esas cosas; por supuesto que también ver por la seguridad de los agentes y detener la inmigración indocumentada y a los traficantes de droga», explicó el vocero de la Patrulla Fronteriza. Las constructoras que compiten por este millonario contrato son Caddell Construction Co. de Alabama, W.G. Yates & Sons Construction Co. de Mississippi, Fisher Sand & Gravel Co. de Arizona, Texas Sterling Construction Co. de dicho estado, KWR Construction Inc. de Arizona y ELTA North America Inc. de Maryland. Un constructor hispano trabaja en uno de los prototipos del muro fronterizo erigidos en San Diego, California. Isaias Alvarado Sin embargo, la materialización de este proyecto se encuentra en el limbo aún por la falta de fondos y por varias demandas que tratan de frenarlo, entre estas una interpuesta por la Fiscalía General de California que alega violaciones a leyes ambientalistas. En tanto, un plan de 1,600 millones de dólares que edificaría 74 millas de barda en San Diego, California, y en el Valle del Rio Grande, Texas, fue rechazado por legisladores demócratas. «Es una pérdida de tiempo y de dinero, en cinco años el flujo migratorio ha bajado un 40%, incluso antes de Trump», afirma Enrique Morones, dirigente de la organización Ángeles de la Frontera. «(Trump) quiere cumplir su promesa de construir un muro, pero nadie le hace caso, no hay gente protestando», agrega. A decir de Pedro Ríos, director del Comité de Amigos Americanos, las bardas de Trump son propaganda política: «En algún momento va a llegar el presidente a tomarse la foto para poder calmar su base y decir: ‘se está construyendo un muro fronterizo grande y bonito’, como a él le gusta decir». Entre tanto, en una zona industrial en Tijuana, México, el único lugar desde el cual se pueden observar de cerca los muros que quiere construir Trump, los prototipos se han convertido en una atracción. Dos personas se levantan por encima de la vieja valla (quizás subiéndose a un vehículo) para tomarles fotos. Mientras, en el lado estadounidense, dos hispanos soldan sin distracciones una enorme valla de metal. La
La Casa Blanca entregó este domingo al congreso una larga lista de medidas migratorias que el presidente Donald Trump demanda que sean cumplidas a cambio de avalar cualquier acuerdo para proteger a los jóvenes indocumentados conocidos como dreamers después de que fueran revocadas sus protecciones anteriores. Esto podría poner en peligro una solución legislativa en ciernes para remplazar la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, o DACA.
Antes de acordar proveerle un estatus legal a los 800.000 inmigrantes que llegaron a Estados Unidos de manera ilegal cuando eran niños, Trump insistirá en que se construya un muro en la frontera con México, se contrate a 10.000 agentes migratorios, se establezcan leyes más estrictas para regular el asilo y se le nieguen fondos federales a las llamadas ciudades santuario, que no cooperan con autoridades migratorias.
La Casa Blanca también demanda que se utilice el programa E-verify en empresas, que sirve para filtrar a quienes son migrantes sin documentos, así como que se restrinja la posibilidad de patrocinar a familiares que no sean directos para que también lleguen a Estados unidos, y que se endurezcan las políticas de paso para los miles de menores no acompañados que huyen de la violencia en Centroamérica. Con esto, ya no sería posible que esos niños de Guatemala, El Salvador y Honduras lleguen a Estados Unidos y terminen por sentirse parte de las comunidades del país que quieren estudiar y vivir ahí pero no tienen los documentos legales, como ya sucede con los dreamers. En cambio recibirían un tratamiento similar al que reciben los menores mexicanos, que pueden ser repatriados más rápidamente y con menos derecho de acceder a audiencias con jueces. Los líderes demócratas en el congreso reaccionaron con alarma e indicaron que las exigencias socavan las declaraciones anteriores del mismo presidente, quien dijo que trabajaría con ambos partidos para proteger a los jóvenes indocumentados a través de la legislación. “Trump no puede estar hablando en serio si dice que habrá compromisos y ayuda para los dreamers si todo empieza con una lista que es execrable para los dreamers, para la comunidad migrante y para la mayoría de los estadounidenses”, sentenciaron el senador por Nueva York Chuck Schumer y la representante por California Nancy Pelosi, líderes del Partido Demócrata en las cámaras alta y baja, respectivamente. Ambos denunciaron las demandas de la Casa Blanca como asuntos que fracasan en representar “algún intento de comprometerse”. Dijeron que era poco más que un esfuerzo para descartar las negociaciones antes de que siquiera hubieran comenzado. “Si el presidente hablaba en serio sobre proteger a los dreamers, su personal no está haciendo esfuerzo alguno por asumir esa postura”, dijeron Schumer y Pelosi en un comunicado conjunto. Trump puso fin a DACA de manera sorpresiva el 5 de septiembre pasado; el expresidente Barack Obama había utilizado su poder de decreto para proteger de la deportación a los aproximadamente 800.000 jóvenes migrantes que obtuvieron con ese programa permisos renovables de dos años de duración para seguir trabajando o estudiando en el país. Aunque Trump mantuvo su promesa de campaña de poner fin a lo que describió como “una de las acciones más inconstitucionales emprendidas por un presidente”, añadió que trabajaría junto con los demócratas en el congreso para hallar un remplazo a la acción ejecutiva con una medida legislativa, que debería consolidarse en un plazo de seis meses pues DACA quedará completamente desmantelado en marzo de 2018. Sin embargo, un funcionario de la Casa Blanca declaró el domingo que Trump no aceptará un pacto que permita eventualmente que los dreamers accedan a la ciudadanía. Los activistas migratorios probablemente ejercerán presión para que los líderes demócratas no accedan a un acuerdo que incluya las demandas que se han dado a conocer del presidente. Pero los defensores de migrantes y activistas por los derechos humanos también están bajo presión de hacer algo en pos de los dreamers, que comenzarán a perder sus permisos de manera escalonada a partir de marzo.