Congresista Sires Condena Actividades Desestabilizadoras de Rusia en América Latina
(Washington, D.C.) – Hoy, el congresista Albio Sires (D-NJ), presidente del Subcomité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes sobre el Hemisferio Occidental, Seguridad Civil, Migración y Política Económica Internacional, dio a conocer la siguiente declaración sobre la influencia maligna de Rusia en América Latina: “Me preocupa profundamente que Rusia esté ampliando su influencia maligna en América Latina, incluso aumentando su apoyo a la dictadura de Maduro en Venezuela y llevando a cabo operaciones de interferencia extranjera en Colombia. En los últimos años, hemos visto a Rusia proporcionar equipo militar para ayudar a Maduro a reprimir a sus propios ciudadanos y llevar a cabo operaciones encubiertas dirigidas a infraestructura crítica en Colombia. Sabemos que Vladimir Putin es un tirano que envenena a sus oponentes políticos, pero la impunidad de la que ha disfrutado en Rusia no debe extenderse al hemisferio occidental. “Según mi discusión con el Secretario de Estado Blinken en la audiencia de ayer de la Comisión de Asuntos Exteriores, Colombia es uno de los aliados más fuertes de Estados Unidos y debemos presionar en contra de los esfuerzos de Vladimir Putin y sus compinches por desestabilizar a Colombia y a otras democracias en el hemisferio occidental. Me animó que el Secretario de Estado Blinken compartiera mis preocupaciones acerca de la participación maligna de Rusia en el hemisferio occidental y espero trabajar con la administración Biden para profundizar el apoyo a nuestros aliados y contrarrestar agresivamente la injerencia extranjera de Rusia». El secretario de Estado del país norteamericano, Antony Blinken, se refirió al episodio de los diplomáticos rusos expulsados del territorio nacional a finales de 2020. Por ello, buscarán generar mayor sinergia en la región.
U.S. Secretary of State Antony Blinken testifies before the House Committee on Foreign Affairs on The Biden Administration’s Priorities for U.S. Foreign Policy on Capitol Hill in Washington, DC, U.S., March 10, 2021. Ken Cedeno/Pool via REUTEl secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, confirmó, este miércoles 10 de marzo, que una de las prioridades del nuevo presidente de ese país, Joe Biden, es contrarrestar la presencia de agentes del Kremlin en territorio latinoamericano, comenzando por Colombia.
De acuerdo con declaraciones ofrecidas por el funcionario norteamericano durante el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Estados Unidos, su país va a “dedicar más atención, más tiempo y más recursos para contrarrestar la creciente influencia rusa en América Latina”. Las declaraciones se presentaron como respuesta a la intervención del representante demócrata y presidente del subcomité del Hemisferio Occidental de esa entidad, Albio Sires, quien señaló que el país euroasiático estaría intentando desestabilizar el ambiente político en países como Colombia a través de Venezuela, uno de sus principales aliados en la región. “Mi preocupación con Venezuela es que Rusia parece estar más y más comprometido con Venezuela, y creo que están tratando… No, no lo creo: sé que están tratando de desestabilizar la región. Hablé con el embajador de Colombia. En 2019, Rusia hizo que unas 6.000 personas pasaran hacia Colombia, que expulsó a tres rusos”, señaló Sires, de origen cubano. Dicho comentario revivió el tema de los dos diplomáticos rusos expulsados del país por espionaje el 8 de diciembre de 2020. Se trataba de Aleksandr Nikolayevich y Aleksandr Paristov, quienes de acuerdo con el Gobierno de Iván Duque reclutaban fuentes de información del sector minero energético y hasta ofrecían armamento moderno. Según un reporte del diario El Tiempo, Paristov ofrecía hasta 10.000 dólares en efectivo por información que pudiera dar cuenta de recursos minerales, redes eléctricas e infraestructura petrolera, así como de los planes de ‘fracking’ que adelanta Colombia. Dicho dinero era entregado en sobres sellados. Adicionalmente, se acercaban a asistentes de Expomilitar para ofrecerles armamento de alta gama, entregando tarjetas en las que figuraba su rango en el Ejército ruso. De ahí que el representante del estado de Nueva Jersey insistiera en que “están usando a Venezuela para desestabilizar a Colombia, para involucrarse en otras elecciones en Sudamérica y espero que la administración se concentre en los esfuerzos de Rusia para tratar de desestabilizar a nuestros vecinos en el hemisferio occidental”. intercambio entre ambos funcionarios estadounidenses generó críticas por parte de organizaciones como Win Without War, que señaló que más que enfocarse por las intenciones de Rusia en Colombia, el Gobierno de EE.UU. debería prestar atención a las sanciones que le ha impuesto a Venezuela y la forma en la que estas impulsan la crisis de ese país, aportando a la desestabilización de Latinoamérica. Las denuncias en el Congreso estadounidense llegan a la par que se conocen detalles sobre una conversación telefónica entre el ministro de Defensa de Colombia, Diego Molano, y el asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan. En la llamada, en la que también estuvo presente la jefa del gabinete, María Paula Correa, los funcionarios habrían llegado a compromisos para promover resultados pacíficos que ayuden a solucionar la crisis humanitaria en Política de Venezuela. De igual manera, se discutió sobre la implementación del acuerdo de paz de 2016 entre el Gobierno colombiano y las extintas Farc; así como la importancia de la defensa de los derechos humanos. No hay que olvidar que Estados Unidos había expresado en las últimas semanas su preocupación por ese último tema. “Estamos preocupados por la violencia en curso contra los defensores de los derechos humanos, quienes desempeñan un papel vital en la construcción de una paz justa y duradera en Colombia. La reducción de esta violencia y el procesamiento de estos crímenes, es una de las principales prioridades tanto para Estados Unidos como para Colombia. Es un tema que hemos trasladado al Gobierno colombiano”, dijo el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, durante una rueda de prensa.