El caso de Yoselyn Ortega, la niñera que mató a cuchilladas a los niños que cuidaba

Este miércoles, la niñera de origen doiminicano, fue declarada culpable del crimen de Lucia y Leo Krim, dos pequeños de 6 y 2 años que cuidó por años. Su defensa argumentó que tenía problemas mentales y que no sabía lo que hacía, pero la justicia determinó algo más escalofriante. Yoselyn Ortega mató a puñaladas a los dos niños que estaban bajo cuidado una tarde de octubre de 2012 en Nueva York. Ella nunca negó haberlos matado, pero dijo poco después que había seguido órdenes del Diablo. Su defensa trató de mostrarla como una enferma mental que no sabía lo que hacía, pero el jurado concluyó que ella sabía las consecuencias de sus actos y este miércoles fue hallada culpable de asesinato. El caso estremeció a la opinión pública. Era 25 de octubre, a las 5:30 pm, y Marina Krim regresó acompañada de su hija Nessie de 3 años a su apartamento en Manhattan. Había llevado a la pequeña a una clase de natación. Sus otros dos hijos, Lucia de 6 años y Leo de 2, habían quedado al cuidado de Ortega, quien era niñera de la familia desde hacía casi tres años. Cuando Marina ingresó al apartamento ubicado a una cuadra del Central Park, estaba completamente a oscuras. Las crónicas de ese día señalan que Marina se regresó hasta el lobby del edificio a preguntarle al portero si había visto a la niñera y a sus hijos salir. Cuando el hombre le indicó que no habían salido del edificio, ella regresó a su apartamento, recorrió las habitaciones sin ver a nadie hasta que llegó al baño. Encendió las luces y vio a sus dos pequeños en la bañera cubiertos de sangre. Yoselyn Ortega estaba parada allí, y cuando Marina la vio, ella se cortó su propia garganta con el cuchillo. A la terrorífica escena le siguieron gritos, llantos y llamadas al 911 por parte de vecinos y personal del edificio. Marina no podía controlarse ni hablar y fue sacada en ambulancia de la escena. Kevin Krim, el papá de los niños, estaba en un viaje de trabajo y fue llamado para que volviera de urgencia. Se enteró del horror cuando la policía lo recibió en el aeropuerto. Ortega fue hospitalizada y se recuperó de sus heridas. Las autopsias de los pequeños revelaron que Lucia fue la primera en morir y trató de defenderse del ataque. Ambos niños murieron por efecto de numerosas puñaladas. Este caso golpeó a todo el vecindario, no solo por la brutalidad sino porque es precisamente un sitio en donde abundan las niñeras de tiempo completo. La zona de Upper West Side está poblada de familias adineradas en las que las niñeras son, en muchos casos, parte integral de la familia. Llevan y traen a los pequeños de la escuela, los duermen, les cocinan e incluso acompañan a las familias en sus vacaciones. De hecho, Marina Krim llevaba un blog en donde contaba su vida familiar y describió un viaje que habían realizado a República Dominicana, país de origen de Ortega, y que habían pasado algunos días en contacto con la familia de la niñera. Meses después de la masacre, Yoselyn Ortega hizo una declaración en la que aseguraba que «el Diablo» la había impulsado a matar a los niños. Pero en un interrogatorio de julio de 2016, ella declaró en video que no había escuchado voces y dijo que no «recordaba» haber sido poseida. Por estas contradicciones, el caso giró en torno a la salud mental de Ortega. Ahora, tras cinco años de audiencias, debates y decenas de testimonios sobre sobre su estado mental, Ortega fue juzgada y hallada culpable por la masacre de los hermanos Krim. te miércoles un jurado de seis hombres y seis mujeres, dio su veredicto: culpable de de asesinato en primer y segundo grado. Yoselyn Ortega, que ahora tiene 55 años, se espera que enfrente una cadena perpetua, la mayor pena del estado por esos cargos. Los fiscales argumentaron que la niñera tenía la intención de matar a los niños y luego suicidarse, porque estaba deprimida y enojada con la madre de los pequeños por temas laborales. También mostraron evidencia que sugiere que Ortega había planeado el crimen y su posterior sucidio porque ella había dejado un bolso con cosas de valor y sobres con documentos para sus familiares y le había pedido a su hermana Delci que cuidara de su hijo.El psicólogo forense Ali Khadivi testificó por la parte acusadora que efectivamente Ortega sufría de ansiedad y depresión, pero no era psicótica y que no sufría delirios cuando mató a los niños. Kevin y Marina, padres de los niños, también declararon y dijeron que la mujer les había mentido sobre sus calificaciones y antecedentes, y que semanas antes de la masacre habían notado que la niñera estaba molesta, pero no notaron signos de locura. La historia de la sonrisa de Isabel Martínez, la mujer que asesinó a cuchilladas a 4 de sus hijos y su esposo Pero la abogada de Ortega intentó mostrarla como una enferma mental. Dos psiquiátras de la defensa dijeron que la mujer oía voces y no entendía lo que hacía. La defensa mostró pruebas de que la niñera había sufrido delirios cuando era joven y que nunca fue tratada. Familiares de Ortega testificaron y, a falta de antecedentes de registros médicos de enfermedades mentales pasadas, ellos declararon que en 1978 y en 2008 había recibido tratamiento médico por depresiones severas luego de dos muertes cercanas. Su hermana Delci dijo que días antes del crimen se despertó y comenzó a arrojar cosas, y luego no recordaba. Tras escuchar todos esos argumentos, el jurado por unanimidad, tras debatir por 48 horas, rechazó el argumento de que ella estaba demasiado enferma mentalmente para entender la gravedad de lo que había hecho.

 

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