El escándalo «Bridgegate» sigue persiguiendo a Christie

Nuevos documentos sobre el caso de «Bridgegate» dicen que el gobernador de Nueva Jersey sabía sobre el plan para cerrar el puente más ocupado del mundo, y que mintió en una conferencia de prensa. Los fantasmas de la carrera política del gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, lo siguen persiguiendo.  El miércoles, un medio de ese estado reportó que habían salido a la luz textos de una exasistente del gobernador donde ella decía que Christie «mintió descaradamente» sobre el grado en el que sus ayudantes principales habían estado envueltos en el escándalo del puente George Washington.  «¿Estás escuchando esto? Acaba de mentir descaradamente sobre cuán involucrados estuvieron Stepien y los ayudantes principales», dijo Christina Renna, quien trabajó bajo la subjefa del gabinete de Christie, en mensajes de texto que mandó durante una conferencia de prensa sobre el escándalo en diciembre del 2013. «Mintió. Y si los emails se descubren… podría ser muy malo».  Christie había dicho que nadie de su oficina había estado involucrado con el cierre de dos carriles del puente George Washington en represalia política contra un alcalde que no quiso respaldarlo en su última elección.  Christie disputó lo que dicen los mensajes de texto en una entrevista el miércoles.  «Lo disputo absolutamente. Es ridículo y nada nuevo», dijo Christie. «No hay nada nuevo de lo que hablar».  El abogado de Bill Stepien, ex jefe de campaña de Christie, también disputó los mensajes, diciendo que la idea de que Stepien hubiese participado en el escándalo era «rotundamente falsa».  Los textos fueron entregados a la corte por abogados de Bill Baroni, ex director ejecutivo de la autoridad de puertos de Nueva York y Nueva Jersey, quien fue imputado en el caso y cuyo juicio comienza el mes que viene.  Christie y Stepien no fueron imputados por el cierre, pero no ha podido quitarse de encima el escándalo denominado como «Bridgegate». En junio de 2015, Christie se metió en la contienda republicana por la nominación presidencial. Pero en ese punto en la carrera ya había 14 participantes, y Christie había perdido apoyo dentro del partido.  Por años, el gobernador republicano de un estado típicamente demócrata había sido visto como un posible aspirante a la Casa Blanca por su partido. Saltó al escenario nacional después del huracán Sandy, cuando elogió públicamente el trabajo del presidente Barack Obama en la reconstrucción y criticó el liderazgo de la Cámara de Representantes (de mayoría republicana) por demorarse en aprobar el envío de fondos de emergencia. Sin embargo, el «Bridgegate» de 2013 le manchó bastante la imagen. El cierre del puente más ocupado del mundo en aparente represalia contra el alcalde de Fort Lee por no haberle apoyado durante su campaña de reelección, causó fuertes embotellamientos en las carreteras, y aunque no enfrentó cargos por el hecho, llegó averiado a las primarias republicanas.  No pudo ganar tracción en una contienda bastante abrumada, y suspendió su campaña después de las primarias en New Hampshire, las segundas de la temporada.  Dos semanas después, apoyó oficialmente la candidatura de Donald Trump y llegó a ser considerado como candidato a vicepresidente, aunque tampoco lo consiguió.  Christie sigue sosteniendo su inocencia, dice que nunca supo sobre el plan para cerrar el puente, pero tres años después del hecho, se le sigue vinculando con «Bridgegate», el escándalo que no puede escapar.1

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