La situación en la frontera amenaza con descarrilar los ambiciosos planes de Biden

Justo cuando el Congreso se dispone a debatir nuevas leyes migratorias, las imágenes desde la frontera acaparan titulares y desvían la atención de las gestiones de la Casa Blanca por promover el paquete de rescate financiero para aliviar los estragos causados por la pandemia. El gobierno del presidente Joe Biden enfrenta el difícil reto político y humanitario de lidiar con un pronunciado aumento de migrantes que están llegando a la frontera con México, un problema que amenaza con opacar su ambiciosa agenda.

Pero en momentos en que el Congreso se dispone a debatir nuevas leyes migratorias, las imágenes y las narrativas de la gente en la frontera están acaparando los titulares, desviando la atención de las gestiones de la Casa Blanca por promover el enorme paquete de rescate financiero, aprobado para aliviar los estragos económicos causados por la pandemia del coronavirus. Además, esta semana trascendió a medios que la Casa Blanca prepara un ambicioso plan de inversiones públicas, educativo y de protección del medio ambiente que implicará gastos por unos $ 3 billones (trillones en inglés) para el que deberán negociar con la minoría republicana, particularmente en el Senado. Los aportes en infraestructura incluyen un billón de dólares para la reparación y construcción de vías, puentes, trenes, puertos, mejoras en la red eléctrica así como la modernización de edificios —incluso en zonas de bajos recursos— entrenamiento avanzado para millones de trabajadores y 100,000 millones de dólares para la infraestructura de escuelas y espacios educativos. En ese componente también están contemplados 400,000 millones de dólares para el combate del cambio climático, incluyendo 60,000 millones de dólares para infraestructura que promueva el tránsito ‘verde’ o sustentable —con estaciones de carga eléctrica para carros en todo el país— y 46,000 millones de dólares para investigación y desarrollo en esta materia. Pero todos esos planes pueden correr el riesgo de perder fuelle tanto entre la opinión pública como entre la clase política, si el foco sigue puesto en la situación fronteriza. El gobierno de Biden se ha negado a calificar la situación de una “crisis”, en medio de una batalla retórica en los pasillos de Washington sobre cómo se le debe llamar a la circunstancia actual. Los asesores de Biden sostienen que éste heredó una situación imposible tras los esfuerzos sistemáticos por desmantelar las normas migratorias emprendido por el gobierno anterior de Donald Trump. El secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, apareció en cuatro entrevistas televisivas el domingo pasado para enfatizar el mensaje de que el gobierno está trabajando arduamente para controlar la situación.  “Nuestro mensaje ha sido claro: la frontera está cerrada”, declaró Mayorkas. “Estamos expulsando a familias, estamos expulsando a adultos que llegan solos, y hemos tomado la decisión de que no expulsaremos a niños pequeños vulnerables”. Una mezcla de desmontaje de las políticas de Trump (restrictivas y hasta crueles, según algunos) con la percepción de que lo peor de la crisis del coronavirus ha sido superada gracias a un acelerado proceso de vacunación contra el coronavirus ha hecho que muchos aspirantes a ingresar en EEUU hayan retomado planes que dejaron en suspenso el año pasado. Profesionales del área de inmigración habían advertido que aumentaría drásticamente el número de migrantes que llegan a la frontera después de las elecciones de noviembre, cuando se corra la voz de que las políticas de Trump, ampliamente consideradas crueles, serían revocadas. En los primeros días de su mandato, Biden buscó deshacer algunas de las medidas de Trump, lo que algunos migrantes interpretaron como luz verde para viajar a Estados Unidos. Si bien la nueva administración estaba trabajando en la legislación de inmigración para abordar problemas a largo plazo, no tenía un plan para manejar un aumento de migrantes. Bajo la presidencia de Biden ya no proliferan las imágenes de “niños en jaulas” que definieron la política de separaciones familiares bajo Trump, pero el gobierno actual brega por crear la capacidad necesaria para hacer frente al aumento. Los niños y adolescentes no acompañados detenidos por la oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (ICE)son ahora transferidos al Departamento de Salud y Servicios Humanos en un plazo de tres días, aunque algunos pasan más que eso. Sin embargo, los datos de ICE indican que muchos de esos menores están siendo mantenidos en instalaciones de la agencia por más tiempo del que estipula la ley (una crítica que se le hizo también al gobierno de Trump). Esta semana el congresista demócrata de Texas Henry Cuellar distribuyó a los medios de comunicación varias fotografías en las que se ve a a menores no acompañados en centros de detención de la Patrulla Fronteriza, muchos de ellos durmiendo en el suelo. Algunos de ellos con mascarillas y están arropados con mantas de aluminio para protegerse del frío. “Alguien me presentó estas fotos”, dijo Cuellar a la periodista Satcha Pretto durante una entrevista telefónica en vivo en el programa Despierta América. Además aseguró que fueron tomadas recientemente y que corresponden a las instalaciones del centro ubicado en Donna. La semana pasada reportes indicaban que la Patrulla Fronteriza tenía bajo custodia unos 4,000 menores no acompañados en diversos centros a lo ancho de la frontera con México. Las autoridades están tratando de desarrollar la capacidad para atender a unos 14.000 migrantes que ahora están bajo custodia federal y enfrentan la posibilidad de que lleguen muchos más. Los críticos dicen que la administración debería haber estado mejor preparada. “No he visto un plan”, dijo el representante Michael McCaul, republicano por Texas. “Han creado una crisis humanitaria aquí en esta frontera que ustedes han visto ahora. Y la razón por la que vienen es porque él dice que las palabras sí importan, y así es. El mensaje es que si quieres venir, puedes quedarte”. La administración también ha sido presionada para darle a los medios de comunicación acceso a las instalaciones en la frontera. Mayorkas dijo que el gobierno estaba “trabajando para brindar acceso para que las personas puedan ver cómo son las condiciones en una estación de la Patrulla Fronteriza”.