Las mujeres son más adictas al celular

Un estudio afirmó que pasan más tiempo buscando información acerca de familiares en redes sociales. El uso excesivo de teléfonos celulares inteligentes genera problemas en la vida personal y laboral de las personas, y las mujeres son mucho más propensas a este tipo de adicción que los hombres. Así lo confirmó un estudio de la Universidad Estatal de Nueva York (Estados Unidos), en el que los investigadores vieron que el uso constante de estos dispositivos provoca una sensación de recompensa –y un síndrome de abstinencia si no se tienen cerca o se descargan– muy similar a la que sucede con las drogas. Sin embargo, como su uso está socialmente «respaldado» y son muchos los individuos que los emplean de manera intensiva por motivos de trabajo, este tipo de adicción suele pasar desapercibida. «Nuestros ‘smartphones’ se han convertido en una herramienta que provee una satisfacción inmediata y rápida, lo que es muy atractivo», señaló en un comunicado de prensa Isaac Vaghefi, autor del reporte. «Nuestras neuronas se estimulan y la dopamina se libera, y con el pasar del tiempo esto nos hace desear esta respuesta rápida para obtener satisfacción inmediata. Esto también ha contribuido a tener lapsos de atención más cortos y a aburrirse de forma más fácil», añadió. El investigador aclaró que aún se desconocen las razones por las cuales las mujeres son más propensas a este tipo de adicción, pues es algo que el estudio no buscó responder específicamente. No obstante, se presume que esto se debe a que las redes sociales y sistemas de mensajería trabajan directamente con las emociones y la sensibilidad e informan acerca de las actividades de los seres queridos, y esto resulta muy atrayente para muchas mujeres. El estudio en síntesis. Los investigadores entrevistaron a 182 personas y les pidieron que reportaran cuánto usaban sus dispositivos celulares y cómo se sentían con ellos. Les pidieron que se definieran en una de las siguientes categorías: comedido, regular, usuarios altamente frecuentes, fanáticos y adictos. El 7% se identificó como adicto y el 12% como fanático. Ambos grupos dijeron tener problemas personales, sociales y laborales debido a su necesidad de estar pendientes del teléfono. Ellos reconocieron que la mayor parte del tiempo pasaban en sistemas de mensajería como Whatsapp o Telegram, seguido de redes sociales como Facebook y Twitter. Estos usuarios manifestaron síntomas de depresión, aislamiento social, ansiedad, timidez, impulsividad y baja autoestima. Aunque quienes se identificaron como adictos fueron una minoría, yo creo que. Los desarrolladores de aplicaciones, juegos y dispositivos siempre encontrarán formas para crear un ‘enamoramiento a largo plazo’ con el usuario», manifestó Vaghefi.

¿Cómo saber si se tiene una adicción?

El reporte señala que hay niveles en los que las personas ya deberían buscar ayuda profesional para atender su problema con la tecnología. Por ejemplo: Si usted utiliza su teléfono como medio para escapar de problemas, o para paliar síntomas de culpa, ansiedad o depresión. Si ignora lo que está sucediendo alrededor suyo por estar pendiente de lo que pasa en el mundo virtual. Si revisa su teléfono constantemente, aunque no suene o vibre. Si se siente paranoico cuando no tiene su teléfono con usted, se descarga o pierde conexión a Internet.

Nomofobia: la enfermedad que quizás padece y no lo sabe

La adicción al teléfono móvil es, para muchos, la enfermedad del siglo XXI. Tanto que, según los expertos, el miedo a estar sin el teléfono se puede diagnosticar ya como un trastorno para una gran parte de la población, sin que los afectados sean conscientes de ello. El mejor teléfono móvil, ya sea con internet o sin él, un smartphone o un «zapatófono» de toda la vida, es aquel que usamos sólo cuando de verdad nos es útil. Y aquel del que podemos prescindir sin que nos ocasione ningún tipo de alteración. ¿Cuántos están en condiciones, hoy en día, de poder decirlo? Que levante la mano quién es capaz de dejarse el móvil en casa y no tener un deseo irrefrenable de volver a por él. Quién se ha quedado sin batería una tarde y no ha tenido la sensación de estar ilocalizable. Quién ha salido sin teléfono y no ha albergado la sospecha de que precisamente esas horas recibirá una llamada importante que no podrá atender. Y sobre todo: quién ha salido del cine o del teatro en alguna ocasión y ha aguantado hasta la puerta de la calle sin revisar sus llamadas o mensajes perdidos. Quien no pueda responder satisfactoriamente a estas preguntas, que se quede con este nombre: nomofobia. Es el término, abreviatura de la expresión inglesa ‘no-mobile-phone phobia’, que los expertos han puesto al miedo a estar sin el teléfono móvil, y que –dicen- es la enfermedad del siglo XXI. ¿Cuántos usuarios de este dispositivo la padecen?

Adicción al teléfono móvil
El último de los estudios sobre adicción al teléfono móvil arroja, desde luego, conclusiones preocupantes: el 66% de la población británica padece nomofobia, según una encuesta que acaba de hacer pública la firma OnePoll basándose en mil entrevistas. La dependencia ha llegado a tal punto que el 41% de los usuarios del Reino Unido tiene dos teléfonos o más para estar permanentemente conectado. Hace cuatro años, una encuesta similar cifró en el 53% el porcentaje de personas adictas al móvil, trece puntos por debajo, lo que da una idea del ritmo de crecimiento de este trastorno, tanto como la frecuencia con la que se hace uso del teléfono. Por término medio, cada usuario consulta su móvil 34 veces al día. Teniendo en cuenta que muchos de ellos siguen haciéndolo solo ocasionalmente, es fácil hacerse una idea de la dependencia del teléfono móvil que tienen algunos. Y claro, ante un bien tan preciado, y como ocurre con cualquier tesoro que se convierte en obsesión, el miedo a perderlo puede llegar a ser aterrador. Según el estudio, el 70% de las mujeres reconoce tener pánico a perder su teléfono móvil, frente al 61% de los hombres.

Dependencia del móvil entre los jóvenes

Como es obvio, la dependencia del móvil es especialmente preocupante entre los más jóvenes. Francisca López Torrecilla, experta en adicciones y directora del departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Universidad de Granada (UGR) , cifra en el 8% el porcentaje de universitarios españoles que sufre ‘nomofobia’. Sin embargo, lo más interesante son las consecuencias que, a su juicio, acarrean este miedo irracional a no llevar el teléfono móvil encima, y que se resumen en que los jóvenes se aburren cada vez más con las actividades habituales de ocio. Según López Torrecilla, los adictos al móvil suelen presentar algunas características de personalidad comunes, como una baja autoestima, problemas con la aceptación del propio cuerpo y déficit en habilidades sociales y en resolución de conflictos.
Además, la nomofobia se manifiesta en síntomas como ansiedad, malestar general, enfado o inquietud, negación, ocultación y/o minimización del problema, sentimiento de culpa y disminución de la autoestima.
 

 

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