Los colombianos que brillan en la Televison

No son mayoría en esta cadena en EE. UU., pero han conquistado un espacio de respeto y admiración. ¿Qué tienen de especial los colombianos que trabajan en Univisión para que en los últimos años, con Isaac Lee a la cabeza, hasta hace unos días presidente de las divisiones de noticias, entretenimiento y plataformas digitales y ahora nuevo director general de contenidos de esta cadena y de Televisa, y su mano derecha Daniel Coronell, presidente de noticias de Univisión, se haya disparado su aceptación en la audiencia no solo hispana de Estados Unidos? Para Daniel Coronell, el prestigio del que goza el periodismo colombiano en Estados Unidos se explica en que se aprende mucho en el peligro y el sufrimiento. “Venimos de un lugar en donde ser periodista y estar amenazado es la misma cosa, en donde uno tiene que verle la cara seguido a quien puede ser su verdugo y donde hay un sector grande que está desprotegido”, dice sentado en el Centro de Noticias de Univisión, en Doral, Miami, uno de los más grandes de ese país. Su fortaleza la explica en tradiciones fuertes que fueron determinantes en el origen del periodismo nacional, “como la cubana pre-Fidel Castro; no hay que olvidarse de que los cubanos casi se inventaron el periodismo en Latinoamérica. El primer periódico que existió en Colombia se llamaba El papel periódico ilustrado de Santafé de Bogotá, y lo fundó el cubano Manuel del Socorro Rodríguez”, agrega.  Ahora bien, en esta pequeña torre de Babel que es Univisión, donde hay gente que habla varios tipos de español y varias clases de inglés y que los mezclan en la comunicación cotidiana, no es que haya una alta concentración de colombianos. “Somos apenas el seis por ciento de los periodistas. La mayoría del talento periodístico es, en su orden, mexicano, cubano, puertorriqueño, venezolano y colombiano”, precisa Coronell. Lo cierto es que su profesionalismo es respetado y admirado. Para Luz María Doria, productora ejecutiva del programa Despierta América, el plus de los colombianos es su enorme cualidad de caminar esa milla extra. “Tenemos un común denominador y es que somos luchadores, con una gran actitud frente a la vida y nos morimos de la risa en medio de las turbulencias. A donde llega un colombiano, hace la diferencia”, enfatiza. Esa entrega se comprueba en los premios periodísticos y reconocimientos internacionales que esta cadena ha conquistado con los colombianos Isaac Lee y su dupla profesional, Coronell, en los últimos seis años, apoyados en su equipo periodístico. De ahí que su mayor satisfacción sea haber puesto a este canal en el mapa de los medios de EE. UU., porque aun cuando siempre había sido importante, hoy es una fuente de información determinante. Y se confirma en hechos como que su periodista estrella y presentador del Noticiero Univisión, el mexicano Jorge Ramos, haya sido escogido por la revista Time como una de las 100 personas más influyentes del mundo en el 2015. A esto se suma que en el último lustro esta cadena ha conquistado “todos los premios de periodismo que existen en Estados Unidos y del mundo en español, como el Emmy, el Eppy Award, el Rey de España, el Ortega y Gasset, por citar solo algunos”, agrega Coronell. Otro de sus bastiones, sin duda, es que cuenta con una de las unidades de periodismo investigativo más poderosas de América Latina, creada por el cucuteño Gerardo Reyes, uno de los fundadores de la Unidad Investigativa de EL TIEMPO, en la década de los 90. Para Reyes, Univisión es la cadena que no solo informa, sino en la que los hispanos se sienten representados. Y destaca su alcance en estas audiencias. «Cuando yo escribía para The Miami Herald, en los mejores tiempos, la circulación podría estar entre 60 y 70 o 100 mil ejemplares. Un informe aquí, en cambio, puede llegar hasta dos millones de personas. El alcance y el efecto son muchísimo mayores. Somos conscientes de que trabajamos para una minoría en Estados Unidos, la hispana, pero puede ser la minoría más grande», repara. El periodismo que hacen piensa en la gente más necesitada. «Los hispanos están entre las franjas más pobres de la población en Estados Unidos. Y es curioso porque un hispano aquí tiene un ingreso per cápita que es cuatro veces más grande que el de un latinoamericano; aun así puede ser la mitad de lo que gana un ciudadano anglosajón normal en este país», agrega Coronell, quien ha trabajado en los últimos seis años en esta cadena televisiva y ha tenido un vertiginoso ascenso. Él insiste en que estar informado en Estados Unidos es difícil y que el periodismo que se hace en ese país “es muy sometido a cadenas de intermediación que en Colombia no existen. En nuestro país uno llama al ministro y pasa al teléfono, en caso extremo se demora un día en devolver la llamada; lo usual es que la devuelva el mismo día. Aquí uno tiene que meterse en una cadena de intermediarios para averiguar una cosa, entonces todo marcha en cámara lenta y es un poco frustrante. Sin embargo, cuando le pegas, también es en grande”, agrega. En ese momento de gloria que viven los colombianos en esta cadena han sido claves los ejercicios de inmersión de los hábitos de consumo de los hispanos. Coronell fue uno de los primeros en hacerlos. Confiesa que solo a los tres meses de su arribo a Univisión pudo conocer realmente a su audiencia y detectar sus diferencias respecto a la colombiana. Viajó a Los Ángeles, donde durante diez días se dedicó a acercarse «al mayor núcleo poblacional de lo que es la audiencia básica de Univisión». Usó el transporte público, almorzó en las taquerías, vio televisión con la gente y vio a la gente ver televisión y tomó nota. «Me di cuenta de lo importante que es Univisión en la presencia cotidiana de la gente y por qué era tan importante. Nosotros en Colombia, a pesar de nuestras diferencias regionales, hablamos un mismo idioma. Aquí el español es una cosa para los mexicanos, otra para los colombianos y otra para los cubanos. Entonces se tiene que llegar a mínimos comunes denominadores», dice. Los temas de interés también varían. «Para los hispanos no es tanto la noticia que esté a ocho coles en la página de The New York Times, sino cómo la van a sufrir ellos, y no hay prácticamente ningún otro medio con la capacidad de informarlos desde una perspectiva hispana como Univisión. Entonces, ese esfuerzo por seleccionar y combinar las cosas para hacer periodismo es algo que me ha servido en los últimos años, que yo creo que mal podría decir que ya lo sé, pero he podido tener esa oportunidad de aprender acá», concluye con humildad este periodista que no teme decir que «los hispanos son los dueños del futuro de este país. Ya son 55 millones de personas y en el año 2050 serán la mayoría en Estados Unidos. Entonces, en la medida que los hispanos tengan mejor acceso a la información, a la educación, el futuro de este país será mejor».

NATALIA CRUZ

A los 17 años empezó a trabajar en la presentación de CV Noticias de Telecaribe. Hija de periodistas, esta barranquillera reconoce que es tímida a la hora de enfrentar al público, pero se transforma cuando le ponen una cámara al frente. En Colombia presentó el programa Extra, dirigido por Manuel Teodoro. Hace 17 años vive en Estados Unidos a donde viajó por amor, pues se fue detrás de su hoy esposo, el ingeniero industrial Jairo Cruz. Ella, que es una mujer de retos, al poco tiempo empezó a trabajar como todera (periodista, productora y presentadora) de HITN, un canal educativo en Nueva York. A los seis meses la contrataron como corresponsal de Despierta América, y un año más tarde se convirtió en la reportera de madrugada de Telemundo, donde hacía transmisiones en vivo. “Fui de las primeras que llegaron al lugar de la tragedia de las Torres Gemelas», recuerda. Al año le ofrecieron la presentación del noticiero estelar de Telemundo 47, en Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut y luego dio el salto a Univisión como corresponsal de Primer Impacto, en Nueva York. Ahora está afincada en Miami, donde es la reportera y presentadora de la edición dominical de Primer Impacto a nivel internacional y presentadora de noticias invitada en Despierta América. Madre de cuatro hijos, esta ganadora de tres Emmys en las categorías Mejor Noticiero, Mejor Presentadora y Mejor Reportaje completa 10 años en Univisión. Frente a estos logros profesionales ella insiste en que el amor de su esposo y su familia es lo que le da la tranquilidad de hacer muy bien su trabajo y sentirse realizada como mujer.

Gerardo Reyes

“A la gente no la recuerdan por sus primicias, sino por sus investigaciones”, suele decir este periodista cucuteño, todo un sabueso para destapar los casos más insospechados de corrupción y un maestro del periodismo de investigación. Reyes trabajó durante más de 24 años en El Nuevo Herald y The Miami Herald, dos de los periódicos más importantes del sur de la Florida, a donde había llegado después de estar una década en la Unidad Investigativa de EL TIEMPO, el primer equipo de investigación que existió en América Latina, fundado por Daniel Samper Pizano y Alberto Donadío. Hace cinco años creó la unidad investigativa de Univisión, que la integran cuatro personas con base en Miami y cuenta con un reportero en esta misma ciudad, otro en Nueva York, uno más en Houston y otro en Los Ángeles. Un equipo de ocho guerreros que más parece un ejército por los golpes de opinión que han dado con sus revelaciones y que les han reportado premios como el Peabody Award por el especial ‘Rápido y furioso, armando al enemigo’, que devela el tráfico de armas de una operación encubierta del gobierno federal de EE. UU. y cómo estas resultan involucradas en masacres en México. Reyes insiste en que el periodismo de investigación no es fácil y “puede parecer costoso porque no producimos a diario, aunque a veces nos toca, pero, sobre todo, porque es incómodo: produce premios y dolores de cabeza”, dice. Desde que recuerda, este abogado de profesión quiso ser periodista. La influencia de su primo, Alberto Donadío, y sus ganas de escribir lo llevaron a ejercer el periodismo de más largo alcance. Por eso insiste en que quien quiera integrar una unidad investigativa periodística debe tener una capacidad de indignación alta, manejar bases de datos básicas y sobre todo entusiasmo y dedicación. «Este no es un oficio de ocho diarias para las personas que quieren timbrar tarjeta. Y es un oficio solitario y muchas veces ingrato», remata Reyes.

Ilia Calderón

En unas vacaciones fue a visitar las instalaciones de Telemundo y alguien le preguntó por qué cuando hicieron casting de presentadores en Colombia ella no estuvo presente. Ilia no tenía ni idea. “No me llamaron nunca”, respondió. “Yo creo que tienes el perfil de la persona que están buscando hace más de ocho meses para el noticiero de fin de semana y han buscado por varios países de América Latina y no la han encontrado. ¿Quieres hacer un casting?”, a lo que enseguida Ilia dijo sí. Ella misma se maquilló, presentó la prueba y dos horas más tarde estaba sentada con el presidente de Telemundo, Jim McNamara. Le ofreció trabajo. Y un mes después ya estaba viviendo en Estados Unidos. Casi sin tiempo para reaccionar. “El que piensa mucho, pierde”, insiste Ilia. Y así es ella. Tiene olfato para las buenas oportunidades. Y no las desaprovecha. Llegó a Estados Unidos en el 2001 contratada por Telemundo para presentar la edición del noticiero nacional del fin de semana. En el 2007 comenzó con Primer Impacto, de Univisión, y desde el 2010, Daniel Coronell e Isaac Lee le dieron la oportunidad de presentar la edición nocturna del noticiero, a las 11:30 p. m. “Es difícil, pero una oportunidad muy grande porque el noticiero es de emisión nacional y el segundo programa de noticias más importante de la cadena”, apunta la chocoana. Comenzó en Teleantioquia y trabajó con Yamid Amat en CM& La Noticia. Para Ilia, la mayor enseñanza del periodismo que se hace en Colombia es nunca permitir que le digan que no. Algo que le enseñó Yamid Amat. “Él consigue lo que quiere”, dice la presentadora. Y es la misma premisa que le refuerza Daniel Coronell. “Para él no existe un no por respuesta. Le dice a uno: ‘Tienes que hacer todo lo posible y cuando las posibilidades se salen de tus manos, síguelo intentando otro poquito más. Hay que ingeniárselas’”.

Daniel Coronell

Como una mente brillante califican a este periodista sus más cercanos colaboradores. Eso y su humildad, tranquilidad y sinceridad para reconocer cuándo no sabe de algo son algunas de las virtudes que le atribuyen al presidente de noticias de Univisión y columnista de la revista Semana. Consagrado, disciplinado y riguroso en su trabajo, es buen madrugador. Se levanta a las 5 de la mañana a leer periódicos de Colombia y el mundo sin importar el día ni el lugar donde esté. Esa ronda la termina a las 6:45 a. m. Aunque vive hace seis años en Estados Unidos, está permanentemente conectado con Colombia, por eso justo a esa hora, todos los días, siempre habla con un colega o una fuente nacional, y a las 7 a. m., con su equipo de Univisión. A las 7:45 a. m. comienza su consejo de redacción y en su día a día está pendiente de los noticieros y de todos los programas periodísticos de la cadena. Ganador de varios premios de periodismo Simón Bolívar, es un defensor a ultranza del periodismo investigativo y, por ende, de que se fortalezcan las unidades de investigación que les ganen la carrera a la inmediatez y lo aparente y superficial. «La única manera de tener historias propias, que se salgan del común, es haciendo este tipo de esfuerzos, y desde luego a veces cuesta trabajo defenderlas frente a los números, pero si uno se pregunta cuánto significa para The Washington Post haber publicado el Watergate, simplemente, no tiene precio. Es el alma del periódico», remata Coronell.

Luz María Doria

Acababa de tener a su hija Dominique cuando la presentadora cubana Cristina Saralegui, su jefa en la revista Cristina, la llamó para que entrevistara a la ‘niña’ que se ganó el casting para interpretar a la cantante Selena. Se trataba de la también cantante y actriz Jennifer Lopez. Fue precisamente J.Lo, en ese entonces una desconocida, la que llamó a Doria, y no la encontró en su casa porque había salido a comprar los pañales para su bebé. La mamá de esta periodista colombiana es quien más disfruta contando la anécdota: “A Luz María la llamó una tal Jennifer Lopez”, recuerda. Mucho ha cambiado desde que esta cartagenera de 51 años le preguntó a la naciente estrella que vivía en el Bronx qué haría con su primer millón de dólares. Jennifer Lopez, la bailarina, se convirtió en una diva y hace un año visitó a Doria en su show matutino Despierta América. “Cuando yo estuve al frente de su casa en el Bronx me dije ’¡cualquiera puede!’” Y eso también es lo que Luz María intenta mostrar en La mujer de mis sueños, libro que lanzó en el 2016 y en el que comparte sus fórmulas, logros y avatares para llegar a donde está hoy. Hace cuatro años es productora ejecutiva de Despierta América. Supervisa las 20 horas de su contenido, de lunes a viernes, con cuatro horas diarias de emisión, y además está a cargo de la parte financiera y de un equipo de 62 personas con corresponsales en Nueva York, Los Ángeles y México. Su carrera empezó en EE. UU. cuando comenzó a trabajar al lado de Cristina Saralegui. Estaba feliz como profesional y se desenvolvía en un ambiente que le parecía del otro mundo. A la oficina de su jefa llegaban personajes como los cantantes Julio Iglesias o Luis Miguel. “ Y yo tenía la enorme fortuna de hacer las portadas”, dice Doria. Saralegui se va del show, y le promete regresar por ella. Crea la revista Cristina, de la que Doria fue su directora por 10 años. De ahí dio el salto a la televisión y hace 14 años está en Univisión. De esta etapa declara sentirse dichosa de trabajar con Daniel Coronell. “La primera vez que estuve en un meeting en la misma mesa con él, yo no lo podía creer, sobre todo porque hemos vivido dos Colombias diferentes –agrega Doria–. Admiro que aun cuando lleva aquí menos tiempo que nosotros conoce exactamente nuestro mercado y ha creado una excelencia en el mundo de las noticias en EE. UU. Daniel puso a competir a Univisión al mismo nivel de las cadenas americanas. Eso para mí como colombiana representa un orgullo inmenso”.

Tanya Charry

Considerada una de las mejores reporteras de entretenimiento de la televisión hispana, esta barranquillera estuvo nominada a un Emmy como Talento Sobresaliente en el 2015, por una entrevista que le hizo a Shakira. Apasionada por su trabajo, tiene un gran poder de convicción para conseguir que los personajes del espectáculo desnuden su alma frente a las cámaras. Aplaudida en una entrevista que le hizo al cantante Farruko en el segmento ‘En Confianza’ del show El Gordo y la Flaca, en la que él confesó que a los 16 años vendía cocaína en las calles de Puerto Rico y robaba motos y que se fue de la isla en busca de una nueva vida. “Decidió contarlo como una forma de liberación y porque no quería que sus hijos se enteraran por otra vía”, recuerda la periodista barranquillera, que hace énfasis en la necesidad de hacer periodismo de farándula serio, honesto y con profundidad. Con 18 años en esta profesión, Tanya empezó en Caracol Televisión en Colombia. Hace 13 años trabaja en Univisión y hoy es la reportera investigativa de El Gordo y la Flaca. Del periodismo de farándula en Estados Unidos dice que es muy diferente porque “en el mercado americano este tipo de periodismo se respeta mucho, y en Colombia es demasiado light, se muestra siempre el lado bueno de los artistas, los periodistas son muy benévolos –repara ella–. Aquí los periódicos que entrevistan a políticos terminan entrevistando a artistas y cubriendo espectáculos porque cuando se hace con objetividad, honestidad y profundidad es carnoso y vende muchísimo”. “El periodismo de farándula no se puede limitar a ser repetidor de redes sociales como el Instagram, y se debe entender que no es lo mismo ser periodista que el relacionista público de un artista. Sé de historias de personajes colombianos que no se publican quizá por temor a que no den la entrevista”.

 

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