Los lácteos enteros reducen la tasa de enfermedad cardiovascular, según estudio

Una nueva investigación relaciona el consumo de tres raciones al día de productos lácteos sin desnatar como leche, queso o yogur con índices más bajos de problemas cardiovasculares y mortalidad.

Hasta ahora, la ingesta de lácteos enteros se consideraba desaconsejable para las personas que sufren enfermedades cardiovasculares, la principal causa de mortalidad en el mundo. Pero una nueva investigación que toma en cuenta los datos de más de 130.000 personas en 21 países podría cambiar esto.

De acuerdo con este trabajo, liderado por científicos de la Universidad McMaster, en Canadá, y publicado en la revista médica The Lancet, las personas que consumen tres dosis de lácteos no desnatados al día tienen las tasas más bajas de mortalidad y enfermedad cardiovascular, un hallazgo que contrasta con las pautas dietéticas actuales más extendidas que apuestan por el consumo de lácteos descremados o semidesnatados y minimizan el consumo de leche, quesos o yogures enteros.

De acuerdo con Mahshid Dehghan, investigadora de la Universidad McMaster que lideró el trabajo, “los resultados muestran que los lácteos enteros son beneficiosos para la salud cardiovascular”. Por ello, “el consumo de estos productos no debería desaconsejarse e incluso debería fomentarse en países de bajos y medios ingresos, donde su ingesta es mucho menor que en Norteamérica o en Europa”, señaló.

En el trabajo se consideró que una porción estándar de lácteos es el equivalente a un vaso de leche, un yogur, una rebanada de queso o una cucharadita de mantequilla.

Los investigadores señalaron que se necesitan más estudios para entender por qué los lácteos se asocian con niveles más bajos de enfermedades cardiovasculares. Este trabajo muestra una correlación entre variables (consumo de leche y estado de salud), pero no una relación causal y, tampoco puede explicar los mecanismos concretos de la posible relación entre el consumo de leche entera y la protección de la salud cardiovascular.

Sin embargo, los autores destacan en su trabajo cómo se ha producido una cierta demonización de la leche, en especial la entera. «El acento en el desnatado se basa fundamentalmente en los supuestos efectos dañinos de una única categoría de macronutrientes (los ácidos grasos saturados) sobre un único marcador de riesgo cardiovascular (el colesterol LDL)». Pero esta simplificación, apuntan, deja fuera a otros muchos ingredientes presentes en la leche entera: aminoácidos, grasas saturadas de cadena media o vitaminas como la K1 y la K2 e incluso probióticos. «Por tanto, la consideración del efecto neto sobre la salud no debería basarse solamente en los efectos sobre un solo marcador», escriben.

El estudio presenta varias limitaciones. Las dietas fueron autoinformadas y las medidas se realizaron al inicio del trabajo, por lo que pudo haber cambios a lo largo de la investigación, que duró 9 años.

Las compañías farmacéuticas Boehringer Ingelheim y GlaxoSmithKline ayudaron a financiar el estudio, aunque no estuvieron involucradas en su diseño o producción, de acuerdo con la revista Time. GlaxoSmithKline es el fabricante de un suplemento nutricional líquido a base de lácteos llamado Horlicks, mientras que Boehringer Ingelheim fabrica medicamentos para las vacas.

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