Quisieron usar al pequeño Joshua Trump con fines políticos y él simplemente se durmió
La primera dama lo invitó porque al tener el apellido del presidente ha sido víctima de bullying en el colegio. El presidente prefirió no mencionarlo y él hizo lo que los niños hacen ante un discurso en la noche, simplemente se durmió. Era inevitable no notarlo. Las cámaras enfocaban una y otra vez a la primera dama que en su traje negro parecía perder protagonismo ante un invitado que capturaba más eficazmente la atención de los televidentes: a su lado, un niño desmadejado en la silla había hecho lo que cualquier niño habría hecho oyendo el discurso de un hombre de 72 años a las 10:00 de la noche: dormir. La razón por la que los presidentes no suelen invitar a sus hijos pequeños es justamente esa, mantener a los menores al margen de un evento de carácter estrictamente político, de adultos, aburrido y que ocurre tarde en la noche. Por eso Barron Trump, hijo del presidente, no estuvo invitado anoche, como tampoco lo estuvieron en su momento, cuando eran niña, ni Malia ni Sasha Obama. Pero el niño que dormitaba al lado de Melania Trump estaba ahí por razones políticas. La primera dama lo había elegido como invitado para el segundo discurso de los Estados de la Unión al conocer su historia. Su nombre es Joshua Trump, estudia sexto grado en la escuela de Wilmington, Delaware y justamente por llevar el apellido del presidente se ha convertido en víctima de burlas y acoso en su escuela, según denunció su madre. A pesar de estar casada con un hombre que parece encarnar el epítome de un bully lidera la campaña ‘Be Best’ contra el acoso y matoneo infantil, Melania Trump no pudo encontrar mejor candidato: aunque los casos de acoso en menores son múltiples y complejos, ella decidió elegir uno que era relevante solo porque refería al presidente. ¿Podía mostrar Trump empatía con una persona víctima de buylling solo porque su nombre estaba involucrado en el caso? Aunque Trump hizo un reconocimiento a la mayoría de sus invitados, a Joshua Trump prefirió no nombrarlo y lo dejó dormir. Al final, su sueño capturado por cientos de cámaras era la mejor respuesta a los intentos de usar un niño con fines de propaganda política. No sabemos, sin embargo, qué futuro le depare a Joshua que sin querer, hoy se ve protagonizando titulares en todo el país.