Sera Trump un depravado sexual, o serán calumnias políticas

La avalancha de acusaciones por acoso sexual contra Donald Trump en la recta final de la campaña El trato denigrante hacia las mujeres por décadas le pasa factura al magnate durante la peor crisis de su candidatura. Trump se encuentra bajo intenso escrutinio después de que surgiera un video de 2005 en el que alardea de asaltar sexualmente a mujeres. La campaña niega las acusaciones. La campaña de Donald Trump está pasando por uno de sus momentos más oscuros en el día en que varias mujeres han denunciado al candidato republicano de haberlas acosado sexualmente. Este miércoles el diario The New York Times reportó que dos mujeres alegan que el candidato las tocó de manera inapropiada, una hace tres décadas y otra hace 11 años. Pero no son las únicas, y su testimonio ha desatado una avalancha de incriminaciones que dejan en una difícil posición al candidato republicano en la recta final de la campaña. Además de insultar a la reportera del Times, prometer una demanda, y enviar una carta de sus abogados al editor ejecutivo del periódico demandando una retracción, así respondió Trump vía Twitter: «La historia ficticia del fallido @nytimes es una FABRICACIÓN TOTAL. Escrito por la misma gente que la última historia desacreditada de las mujeres. ¡VEAN!» Las acusaciones llegan tras la publicación de una grabación de 2005 en la que Trump alardeaba de tocar los genitales a mujeres sin preguntar, lo que desató una tormenta en los medios y ha dejado al magnate aislado de su partido y de muchos de sus seguidores, en particular las mujeres. Uno de los testimonios que salió a la luz este miércoles es el de Jessica Leeds, de 74 años, quien asegura que hace más de tres decadas Trump le tocó los senos y trató de subir su mano por su falda durante un vuelo. Leeds contó al diario que el incidente se produjo durante un viaje de vuelta a Nueva York cuando inesperadamente la azafata le invitó a pasar a primera clase y se sentó junto a un joven Donald Trump, al que no reconoció. Según explicó hablaron durante un rato y después de que la azafata se llevara las bandejas de la comida Trump comenzó a manosearla. «Era como un pulpo», dijo al diario neoyorquino. Su primera esposa acusó al magnate en una declaración judicial de haberla violado durante una discusión como recogió en el libro Lost Tycoon el periodista Harry Hurt. Según su testimoio, Trump estaba enfadado porque le había recomendado un cirujano para un implante de pelo sin buenos resultados, le sujetó los brazos, le arrancó varios pelos, le rasgó la ropa y la forzó a tener sexo con él. Posteriormente los abogados de Trump obligaron a los editores del libro en 1993 a incluir esta nota de su primera mujer: “Durante una declaración en relación con mi divorcio, dije que mi marido me había violado. En una ocasión en 1989, Trump y yo tuvimos relaciones sexuales en las que se comportó de una forma muy distinta conmigo. Como mujer, me sentí violada porque no percibí el amor y la ternura habitual que mi marido solía mostrar hacia mí. Me referí a esto como una violación pero no quiero que mis palabras se interpreten en un sentido literal o criminal”. Revelan nueva grabación de Donald Trump con comentarios inadecuados de 1992  Jill Harth conoció a Trump como organizadora de un concurso de belleza, asegura que la acosaba y acabó denunciándole por un incidente durante una fiesta en su finca de Mar-a-Lago en el que la manoseó y la sujetó empujándola contra una pared en lo que la afectada calificó como un “intento de violación”. No obstante, la denuncia terminó en un acuerdo extrajudicial que incluyó una cláusula de confidencialidad. La ex Miss Utah Temple Taggart también acusó al candidato de haberla besado contra su voluntad. «Me besó directamente en los labios. Pensé, ‘Dios mío, qué asco’. Estaba casado con Marla Maples en ese momento. Creo que hubo otras chicas que besó en la boca. Yo pensé, ‘Wow, eso es inapropiado'», le dijo Taggart a The New York Times. Dijo que hizo lo mismo un par de meses después en la Torre Trump cuando la invitó a discutir su carrera. Entre las voces que se han levantado para denunciar la actitud de Trump está una de las concursantes de Miss USA, la ex Miss Arizona Tasha Dixon, quien detalló cómo Trump en 2001 entró a los vestidores donde se encontraban las modelos sin anunciarse ni darles tiempo de cubrirse y habló de que nadie podía quejarse porque él era el dueño. La noche de este miércoles, después de que se publicara la historia , Mindy McGillivray le aseguró al Palm Beach Post que Trump la había tocado de manera inapropiada en contra de su voluntad en su hotel Mar-a-Lago en Palm Beach hace 13 años, cuando ella tenía 23 años. McGillivray no denunció el incidente a las autoridades pero, según el relato, su acompañante ese día el fotógrafo Ken Davidoff recuerda cómo la joven le contó que Trump le había tocado el trasero. Este periódico de Florida habló con Hope Hicks, secretaria de prensa de la campaña, quien le dijo: «No hay nada de cierto en esto para nada. Esta alegación no tiene nada de mérito o veracidad». Rachel Crooks también contó al New York Times que el candidato la besó en la boca sin su permiso cuando trabajaba como recepcionista en la Torre Trump en Nueva York. Según Crooks, que entonces tenía 22 años, se acercó a saludarle mientras esperaba el ascensor, se dieron la mano y acto seguido la besó en las mejillas y luego directamente en la boca, lo que le hizo sentir «insignificante». La periodista de la revista People Natasha Stoynoff reveló también su propia experiencia cuando Trump la besó agresivamente sin su consentimiento durante una entrevista en su vivienda de Mar-o-Largo en 2005. La reportera, que solía cubrir los asuntos de la familia Trump, acudió para realizar un reportaje por el primer aniversario de boda del magnate con su actual esposa Melania Knauss. Cuando Melania – embarazada de su hijo Baron – subió a cambiarse de ropa para el reportaje, Trump invitó a la periodista a mostrarle otros cuartos de la lujosa vivienda y en una de ellas la acorraló empujándola contra la pared y comenzó a besarla sin su consentimiento. Otra periodista, la presentadora de la CNN Erin Burnett, denunció el viernes pasado que una amiga -a la que no identificó- le contó que en 2010 el empresario la besó sin su consentimiento «casi en los labios» cuando estaba desprevenida. Según su versión, el empresario la invitó a su oficina, le dijo que era «especial» y tras el fallido intento le dio su teléfono para que le llamara. Miss Washington 2013 Cassandra Searles también denunció a Trump de «continuamente agarrarme el trasero»  La concursante, que se refiere a Trump como un “misógino” asegura que trataba a las participantes en el certamen de belleza como “ganado“. El periódico afirma que habló por teléfono con el magnate, quien negó enfáticamente las acusaciones. Según el Times, Trump le gritó a la reportera, llamándola «un ser humano asqueroso» y prometió demandar al medio si publicaba las aseveraciones de estas mujeres. En un comunicado a la prensa vía email el consejero senior de la campaña, Jason Miller, agregó: “Este artículo entero es ficción, y que The New York Times lance un ataque al carácter del sr. Trump sobre un tema como este es peligroso. Devolverse en el tiempo décadas tratando de manchar al sr. Trump trivializa el asalto sexual y rebaja los estándares de hasta donde está dispuesta a llegar la prensa en sus intentos por determinar esta elección». En respuesta, Trump amenazó con demandar al New York Times si no retira el artículo y pide una disculpa, según se lo hicieron saber sus abogados al editor del diario, Dean Baquet. El candidato también ha alardeado en el pasado de usar su posición como dueño de los concursos de Miss Universo, Miss USA y Miss Teen USA para entrar tras bastidores a ver desnudas y semidesnudas a las concursantes. Esta semana resurgió una grabación en el programa de radio de Howard Stern en el que Trump detallaba cómo podía hacer esto pretendiendo «inspeccionar» su negocio. No obstate, durante el segundo debate presidencial Trump negó que hubiera abusado de ninguna mujer cuando el moderador le preguntó, tres veces, si alguna vez había tocado o besado a mujeres sin su consentimiento. Jennifer Palmieri, la directora de comunicaciones de la campaña de la contrincante de Trump, la demócrata Hillary Clinton, respondió también a través de un comunicado: «Esta historia perturbadora tristemente encaja con todo lo que sabemos de cómo Donald Trump trata a las mujeres. Estos reportes sugieren que mintió durante el debate y que el asqueroso comportamiento del que alardeó en esa grabación fueron más que palabras».a

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