Trump lanza campaña para su reeleccion en el 2020
Con un largo discurso de una hora y diez minutos y ante una multitud entusiasta de sus seguidores, el presidente oficializó una campaña a la reelección que en realidad empezó desde el mismo día que llegó a la Casa Blanca. El muro que aún no se contruye, su ataque a los medios y hasta los correos electrónicos de Hillary Clinton se repitieron en su mensaje plagado de falsedades.
Donald Trump conoce a su audiencia y a ella le habló en este lanzamiento oficial de su campaña para la reelección en el 2020, que hizo este martes bajo el techo del Amway Center de Orlando, Florida. Pero contrario a la expectativa generada, no lanzó ninguna bomba en un largo discurso en el que no dejó ninguna sorpresa.
Durante más de una hora y diez minutos, el presidente y aspirante a la reelección repitió los mismos temas de su anterior campaña y de todos los eventos políticos que ha hecho desde que llegó a la Casa Blanca: construcción del muro en la frontera con México, el lamento por la supuesta persecución con la investigación sobre la ingerencia rusa, las críticas a su excontrincante de 2016, Hillary Clinton, y las crí´ticas a los medios calificándolo una vez más de «fake news».
Ya en los primeros minutos de discurso se dedicó a decir que había «muchísima, muchísima prensa falsa esta noche allá atrás (…) Las noticias falsas dirán que no llenamos este sitio».
Sus seguidores respondieron como se esperaba a los picos del discurso. Se lamentó de lo que denomina cacería de brujas en su contra con la investigación del llamado ‘Rusiagate’, también del trato injusto que considera que se le dio al juez de la Corte Suprema Brett Kavanaugh. Recordó que Clinton cometió un grave error al llamarlos «deplorables» en 2016 e insistió en su promesa de la primera campaña: construir un muro.
Como ya había hecho el vicepresidente Mike Pence al hacer la presentación del aspirante a la reeleección Trump desestimó los análisis de comentaristas y encuestólogos que indican que el presidente no tiene garantizado un segundo período en la Casa Blanca y dijo a sus seguidores: «Lo hicimos una vez y ahora lo haremos de nuevo y esta vez vamos a terminar lo empezado». El coro le respondió con un sonoro «¡Cuatro años más».
Trump dedicó buena parte de su intervención a despotricar del Partido Demócrata al que llamó «extremista de izquierda», una estrategia que aadoptó desde principios de año para geenerar temor entre muchos estadounidenses que no consideran al socialismo como una buena cosa.
«Los Estados Unidos nunca será un país socialista», repitió y definitivamente es una de las frases con las que más se identifican sus seguidores. Trump lo sabe. Trump conoce a su audiencia.
“En ningún tema son los demócratas más extremistas y depravados que cuando se trata de seguridad fronteriza. La agenda demócrata de fronteras abiertas es moralmente reprensible. Es la mayor traición a la clase media estadounidense y nuestro país como un todo”, dijo Trump enfatizando en el tema migratorio, uno de los temas favoritos de sus discursos.
«¡Construye el muro!», gritaron eufóricos sus seguidores, en alusión a la barrera para impedir que entren inmigrantes por la frontera sur, con México.
El mandatario republicano solo sorprendió con un detalle anecdótico: cuando llamó a la tarima a Sarah Huckabee Sanders, la saliente vocera de la Casa Blanca. Y como hizo la semana pasada cuando anunció el retiro de Sanders, Trump sugirió que esta podría lanzarse a la gobernación de Arkansas, su estado natal.
Sanders tomó el micrófono por unos minutos para pronunciar su agradecimiento emocionado por «los mejores años» de su vida trabajando a su lado. No dijo nada de planes políticos a los asistentes al Amway Center. Por ahora, la portavoz dice que se dedicará a su familia.
Trump no dejó de lado el tema que conecta con los votantes hispanos: Cuba y Venezuela. «Estamos colocando en primer lugar a Latinoamérica, nuesto país está en contra de los regímenes… respaldamos los pueblos de Cuba y Venezuela en favor de su lucha por la libertad». Seguidamente dio las gracias a senadores republicanos de la comunidad cubanoamericana que lideran esas causas: «Gracias, Marco (Rubio) y Rick (Scott)».
Trumpistas a sol y lluvia
Un público mayoritariamente adulto, en promedio mayor de 40 años, blanco y entusiasmado, rompió la tranquilidad del centro de Orlando y particularmente los accesos del Amway Center, para respaldar a Trump.
El mensaje en camisetas, gorras y pancartas de MAGA (Make America Great Again, Hacer a Estados Unidos Grandioso) se modificó en algunos lugares por el verbo “mantener” al país grandioso.
De hecho, en un momento del discurso, el presidente hizo una ‘votación’ para decidir entre el viejo slogan y una adaptación: «Keeping America Great» (Mantener a Estados Unidos Grandioso)
“Cuatro años más” y simplemente “¡Trump, Trump, Trump!” eran los preferidos de la jornada, junto a los de “contruye el muro”. Algunas mujeres dejaban escapar un “Lo amo, es que lo amamos”, con cierta complicidad y coquetería con otras que asentían y repetían.
El sol ardiente del verano, la humedad y los chubascos poco le importaron a los seguidores que se mantuvieron sin techo por horas, algunos desde el día anterior y durmieron en tiendas y sillas para esperar el evento.
Las filas eran enormes y la masa roja y azul ensayó vestimentas con estrellas de la bandera en vestidos cortos y blazers, en el caso de los hombres, gorras con lentejuelas.
Un hombre de camiseta blanca en el público se paraba con un cartel rojo apoyo a Trump y se dirigía al grupo de periodistas ubicado detrás de las cámaras -y sin acceso visual directo al mandatario- con gesto de desaprobación y burla, pulgar abajo y baile de cintura incluido.
En lo alto, una inmensa pantalla mostraba algunos videos. Uno de ellos recordaba cómo comentaristas como Trevor Noah, anclas del canal NBC, CNN, el actor George Clooney, el expresidente Obama y la congresista Elizabeth Warren, entre otros, pronosticaban que Trumo no ganaría la presidencia en 2016. El público abucheaba y miraba al palco de prensa agitando sus carteles. Luego el video mostraba cómo los comentaristas y periodistas de Fox News anunciaban el triunfo de Trump y cada vez que proyectaban resultados frente a su contendora Hillary Clinton, el auditorio reventaba en aplausos y vivas.
En los altavoces sonaban canciones de Queen como “We are the champions” (“Somo los campeones”); éxitos de Village People como “Macho, macho men” y “YMCA”, y “Simpatía por el diablo”, de The Rolling Stones.
A las 5 pm estaba a un cuarto de su capacidad el espacio. La gente entraba muy lentamente y las filas eran muy largas. Poco antes de las 8 pm, más del 95% de los asientos estaban ocupados. Quedaban libres los últimos de arriba, detrás de la bandera y los VIP del medio del público. El aforo del Amway Center de Orlando es de 20,000 personas.
A las 6:08 pm y antes de entonar el Himno Nacional, una mujer dirigió una oración colectiva. Hombres y mujeres de rojo y azul se levantaron de sus asientos, se tomaron de las manos en una gran cadena, cerraron sus ojos y como si se tratara de una gran iglesia escuchaban las palabras de la mujer que pedía bendecir al presidente Trump, sus actuaciones, y a los presentes. Pidió que el mal se alejara de él y lo guiara… Al final incitó “¿y nosotros decimos?”. El público respondió con un sonoro “Amén”.
Sonó “A mi manera” en la voz de Frank Sinatra.
Un pequeño cartel se leía solitario entre la multitud “Millenials con Trump”.
Voten por mi papá
Donald Trump Jr,. el hijo del presidente se dirigió al auditorio. Hizo algunas referencias al trato de la prensa hacia Trump y recordó que en 2016 los medios decían que su padre no ganaría.
El público repetiría por lo menos cuatro abucheos, que acompañaron con pulgares hacia abajo y miraban hacia el palco de prensa. Los periodistas parecían no notarlo, sumidos en sus computadoras, teléfonos y transmisiones, aunque en ocasiones se cruzaban miradas y sonrisas de resignación ante los ataques acostumbrados.
Celebró que su padre hiciera buenos tratos comerciales y puso como ejemplo al de México, también habló de China y aprovechó la ocasión para atacar al, hasta ahora, contrincante más fuerte de su padre en esta contienda, según las encuestas: Joe Biden.
“Gracias, muchas gracias, Florida”, y se levantaron para dedspedirlo al grito de “USA”.
Destacó la diferencia entre tener algo que perder y no tenerlo y dice que ahora existe la posibilidad de perder la posibilidad de desarrollo económico si gana otro candidato que no sea su padre.
La antesala del vicepresidente
El vicepresidente Mike Pence encendió los ánimos cuando recordó la promesa de construcción del muro en la frontera con México. El público ya coreaba el “construye el muro” que luego repetirían con Trump.
Hubo abucheos generales cada vez que Pence pronunciaba las palabras “socialista” o “socialismo”.
Recordó que «el presidente Trump cree en la libertad… queremos libertad y no socialismo». Pero la frase que realmente levantó del asiento a los asistentes fue “América nunca va a ser un país socialista”.
Trajeada con un jumper amarillo vibrante, la Primera Dama, Melania Trump, presentó a su esposo, como alguien que «realmente ama a este país».
Cuando Trump llegó al podio empezaron a llenarse las sillas VIP ubicadas en el centro de las tribunas. Hombres de saco y corbata y mujeres rubias con vestidos y zapatos altos. Pero, de hecho, no llegó al 100% de su capacidad, contrario al resto del recinto con capacidad para 20.000 personas que estuvo copado desde antes de que empezara el evento..