Trump, le coquetea a los hispanos y afroamericanos

Desafiando una vez más los manuales de campaña, el candidato republicano se dirigió este martes en Wisconsin a una audiencia ausente a la que ha ignorado durante toda su campaña. Algunos periodistas presentes casi se frotaban los ojos. El candidato presidencial republicano Donald Trump hizo este martes algo probablemente inédito: se vendió como el adalid de la comunidad afroamericana ante un público homogéneamente blanco. Trump subió al escenario ante aproximadamante 2,000 personas en West Bend, Wisconsin, en el condado de Washington, donde los blancos representan un 96% de la población. Pero su mensaje iba teledirigido a la comunidad pobre afroamericana del norte de Milwaukee, unas 30 millas al sur, donde el fin de semana se produjeron disturbios tras la muerte de un negro por disparos de otro policía negro. «Pido el voto de cada ciudadano afroamericano que lucha en nuestro país y quiere un futuro diferente», dijo el magnate a sus seguidores blancos que asentían convencidos sin aparente asombro. «El crimen y la violencia son un ataque a los pobres y nunca serán aceptados en una administración Trump». «El Partido Demócrata le falló y traicionó a la comunidad afroamericana», aseguró. «Las políticas de crimen de los demócratas, sus políticas de educación y sus políticas económicas solo han creado más crimen, más hogares rotos y más pobreza», añadió prometiéndoles empleo, seguridad y oportunidad. Acto seguido el candidato dirigió sus palabras contra Hillary Clinton, de quien dijo que es condescendiente con las comunidades de color a quienes «ve solo como votos y no como seres humanos individuales merecedores de un futuro mejor». Trump dijo que reconstruirá las comunidades afroamericanas  El ataque a su odiada rival, más previsible y esperado por la audiencia, encontró mejor recepción que en varias ocasiones: grito de guerra «¡enciérrenla!». Trump presentó a Hillary Clinton como cómplice de una atmósfera antipolicial que es una falta de respeto para las comunidades afroamericanas. Su discurso leído de un teleprompter se llamaba ‘Creando un nuevo y mejor futuro para las áreas pobres de las ciudades estadounidenses’. Trump señaló que lo que las comunidades afroamericanas necesitan son más policías y prometió aumentar su número, siguiendo el ejemplo de Ruddy Giuliani, el exalcalde de Nueva York, que le precedió este martes en el podio. Trump no ha hecho un solo evento de campaña ante la comunidad afroamericana, ni siquiera eventos en iglesias como otros republicanos en el pasado. En julio rechazó una invitación para hablar en la conferencia anual de la NAACP, un influyente grupo de derechos civiles afroamericano. Su impopularidad entre esos votantes llega a niveles récord y una encuesta de Quinnipac de junio le daba solo un 1% del voto negro. Antes de que lanzara su campaña, Trump ya era enormemente impopular entre ese grupo racial. En los 70, el magnate y su familia fueron demandados por no rentar apartamentos a esta minoría en un pleito iniciado por la administración federal. En 1989, Trump pidió la pena de muerte en anuncios de prensa contra cuatro negros y un hispano que fueron acusados de violar a una mujer blanca en el neoyorquino Central Park. Años más tarde se demostraría su inocencia y serían liberados de la cárcel. Y en años recientes, trató de deslegitimar al primer presidente negro amplificando las voces de quienes alegan sin pruebas que Barack Obama no es ciudadano estadounidense. A los afroamericanos ausentes les dijo que sus políticas contra los indocumentados les beneficiarán porque estos «se quedan con los trabajos, incluidos los de los afroamericanos de bajos ingresos». También les prometió reconstruir los barrios de las comunidades negras. No fue el único gesto sorprendente del candidato republicano este martes. Un par de horas antes del evento colgó en su página de Facebook un mensaje que llamó «promesa al pueblo estadounidense», en la que dijo que rechazará la intolerancia, el odio y la opresión en todas las formas. Quizás parezca de nuevo sarcasmo, como cuando Trump dijo que Barack Obama y Clinton fundaron ISIS, pero esta vez seguramente él negará que lo sea. Con su segundo discurso consecutivo leído en teleprompter, Trump buscó de nuevo promoverse como el candidato de la ley y el orden. El lunes habló en Youngstown, Ohio, sobre su estrategia contra el grupo Estado Islámico (ISIS por sus siglas en inglés), aprovechando que el miedo contra el terrorismo le ha beneficiado en las encuestas. «La guerra contra nuestra policía debe acabar y debe acabar ahora», insistió. El candidato subió en las encuestas en junio y julio gracias a una sucesión de matanzas y sobresaltos violentos en Estados Unidos y el exterior. Ahora recurre a estos temas para buscar a la desesperada una remontada frente a Hillary Clinton, quien le aventaja en 9 puntos según una encuesta nacional de este martes de NBC. En el estado del evento, Wisconsin, sus opciones son aún más sombrías. Una encuesta de la semana pasada de la Marquette University le da una ventaja de 15 puntos en este estado a su rival demócrata Hillary Clinton. El comentarista de radio con sede en Milwaukee Charles Sykes le dijo a Univision que no entiende por qué Trump insiste en pelear por Wisconsin habiendo sobradas evidencias de que no tiene posibilidades en este estado. «Está claro que este no es un estado receptivo al mensaje o al estilo de Trump», dijo Sykes. Desde luego lo que queda claro es que el candidato no es bienvenido ni entre los afroamericanos de Milwaukee ni en otras comunidades del país donde no se atreve a pisar.

Destacados republicanos hispanos firman una carta en contra de la campaña de Donald Trump  Los firmantes pidieron al Comité Nacional del Partido Republicano que deje de financiar la campaña de Trump y se centre en asegurar los escaños republicanos en el Congreso y el Senado, donde tienen mayoría. Sharon Castillo que trabajó como asesora en las campañas presidenciales republicanas de George W. Bush en 2004 y Mitt Romney en 2012 es una de las firmantes de la carta a la que se han sumado más de un centenar de republicanos para pedir a su partido que no ayude a financiar la campaña de Donald Trump. «Cada dólar gastado por el Comité Nacional Republicano en la campaña de Donald Trump es un dólar de un donante malgastado en un esfuerzo perdido de una candidatura que ha menoscabado activamente al Partido Republicano en todo momento», dice la carta publicada este martes. En total, 123 republicanos suscribieron la misiva de la que la semana pasada se filtró un borrador que entonces ya contaba con 75 apoyos de exrepresentantes de la Cámara y otros cargos del partido que rechazan la dialéctica encendida de Trump y temen que la campaña de su candidato, que dan por perdida, derive en una arrolladora victoria de los demócratas. Según afirmó Castillo en declaraciones a Efe la campaña de Trump «se está hundiendo» y «puede causar una debacle» en su camino. «Creemos que la división, imprudencia, impericia y el riesgo de que Donald Trump pierda popularidad convertirá estas elecciones en una avalancha demócrata», señala la carta dirigida al presidente del partido, Reince Priebus. Junto a Castillo, también firman la carta otros destacados hispanos como Rosario Marín, extesorera de EEUU durante la presidencia de George W. Bush, así como Rudy Fernández, que fue asistente en la Oficina de Asuntos Intergubernamentales en ese mismo periodo. Se suman además, el expresidente de la Asamblea Hispana Nacional Republicana, Danny Vargas; y Ricardo Reyes, exfuncionario del gobierno de Bush y presidente de la organización Republicanos por Clinton (R4C16). Castillo explicó que la misiva es un «pedido respetuoso» a Priebus, para que reasigne los fondos disponibles a «contiendas congresionales en peligro» y advirtió que, de no hacerlo, la responsabilidad de perder el control de las cámaras recaerá sobre la dirección republicana.

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