Trump no se contiene ni hablando por teléfono con sus colegas

El presidente aparentemente tuvo una tensa conversación con Malcolm Turnbull, quien le habló sobre «el peor acuerdo de la historia» al referirse al pacto para acoger refugiados de este país en Estados Unidos, un trato hecho por Obama del que admite no entender mucho. La expectativa generada por la llamada entre el presidente Donald Trump y su homólogo ruso, Vladimir Putin, el pasado sábado protagonizó los titulares; pero esa no fue la única conversación que tuvo el mandatario ese día. Este miércoles la polémica se encendió primero cuando varias fuentes aseguraron que se filtró un fragmento de la charla telefónica entre Trump y su par mexicano, Enrique Peña Nieto, en la que el republicano supuestamente habla de enviar tropas al país vecino, versión que este jueves la Casa Blanca suavizó, luego de que una fuente anónima indicó que se trató de un comentario jocoso. Horas después, se conoce sobre otra llamada que habría generado tensión: la del primer ministro australiano, Malcolm Turnbull, que la parecer terminó de manera abrupta. «Esta es la peor llamada hasta ahora», dijo Trump en algún momento del sábado cuando había conversado con cuatro líderes de otros países. Se refería al intercambio con Turnbull, que no fue en los mejores términos y además resultó ser más corto de lo que tenían pactado. Este jueves, según una fuente anónima de la Casa Blanca consultada por la agencia de noticias AP indicó que Trump fue «bastante fuerte» con el primer ministro australiano. Incluso el propio Trump aseguró en un evento este jueves que los estadounidenses no deben preocuparse por las llamadas telefónicas «fuertes» que ha tenido con otros mandatarios del mundo.»Tenemos que ser duros», agregó Trump. También este jueves, el jefe de prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, dijo que en caso de que el pacto siga adelante el proceso de verificación de los antecedentes de los solicitantes de asilo será muy riguroso. Spicer también recalcó el hecho de que Trump está «muy molesto» con este pacto que Obama y el primer ministro australiano firmaron. El punto álgido de la conversación entre Trump y el premier australiano fue un acuerdo pactado con el gobierno de Barack Obama que permitiría reubicar en Estados Unidos a unos 1,200 refugiados -en su mayoría musulmanes- que Australia ha rechazado recibir. Trump calificó este como «el peor acuerdo de la historia» y acusó a Australia de buscar exportar «a los próximos atacantes de Boston», de acuerdo con el diario The Washington Post, una afirmación que el canal ABC dice haber confirmado con fuentes australianas. Sin embargo, no tardó mucho tiempo en crecer la polémica durante la noche de este miércoles para que el propio Trump entrara en escena y confirmara su posición, no sin antes dejar claro que no sabe nada de este pacto que tanto critica. Como acostumbra, a través de un tuit desde su cuenta personal, el presidente reaccionó diciendo: «¿Pueden creerlo? La administración Obama acordó recibir miles de inmigrantes ilegales de Australia. ¿ Por qué? ¡Revisaré este acuerdo tonto!», escribió. En todo caso, Trump reconoció no saber mucho del pacto que se remonta a noviembre de 2016 y donde EEUU se comprometió a aceptar a hasta 1,250 solicitantes de asilo que se encuentran varados en el Pacífico en las islas de Naurú y Papúa Nueva Guinea, la mayoría procedentes de Irán, Irak y Afganistán. Por ello el premier australiano quería hacerle seguimiento a este compromiso, especialmente después de la orden ejecutiva de Trump que suspende por varios meses el ingreso de refugiados en EEUU. Debido a que la historia de The Washington Post se volvió rápidamente tendencia en Twitter en Australia, apareció en los principales sitios web de noticias del país y las cadenas transmitieron extensos comentarios sobre ella, Turnbull fue interrogado sobre lo ocurrido. Horas antes del tuit de Trump, el primer ministro de Australia dijo que la relación de su país con Estados Unidos sigue siendo «muy fuerte» y se negó a comentar sobre el reporte del Post. Tampoco quiso confirmar si el mandatario estadounidense cortó de manera inesperada la conversación que se planeaba que fuera de una hora. «Es mejor que estas cosas (estas conversaciones) se conduzcan de manera honesta, franca y privada», dijo a reporteros. Horas después el premier australiano negó que la llamada hubiese terminado abrúptamente. «El hecho de que recibimos garantías, el hecho de que fueron confirmadas, el compromiso muy extenso que tenemos con el nuevo gobierno subraya la cercanía de la alianza. Pero como los australianos saben muy bien de mí: yo defiendo los intereses de Australia en cada foro, público o privado», puntualizó.

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