Trump quiere negar la ciudadania a hijos de indocumentados

«EEUU, país de inmigrantes definido por ideales y no por linaje de sangre»: una explicación de la Enmienda 14 que Trump quiere cambiar

La enmienda es el estandarte del espíritu con el que se fundó EEUU y con el que se reunificó tras la Guerra Civil. Ahora el presidente Trump vuelve a amenazar con modificarla para negar la ciudadanía a los hijos de extranjeros que nacen en EEUU. Te contamos la historia de esta enmienda y si el mandatario puede cambiarla.

El presidente Donald Trump volvió a reflotar este miércoles la idea de acabar con el derecho a la ciudadanía por nacimiento para los hijos de extranjeros. Sus palabras se enmarcan nuevamente en su cruzada contra la migración.

«Estamos contemplando el derecho a la nacionalidad por nacimiento muy seriamente», dijo Trump ante los periodistas en la Casa Blanca, justo poco después de que su gobierno anunciara que va a terminar con el límite legal de 20 días de prisión para las familias con niños que cruzan la frontera.

No es la primera vez que el mandatario lanza esta idea. Ya lo hizo en octubre del pasado año cuando anunció que buscaría modificar mediante una acción ejecutiva la Enmienda 14 de la Contitución que data de 1868, para negar la ciudadanía estadounidense por nacimiento a los hijos de padres indocumentados. La pregunta es: ¿puede hacerlo?

No es posible cambiar la Constitución de EEUU mediante decreto. Se debe contar con el acuerdo del Congreso y la ratificación de tres cuartos de los estados. Pero el presidente puede comenzar una lucha en las cortes para que su cuestionamiento llegue a la Corte Suprema.

«Si acaso el presidente emite una orden ejecutiva, seguramente no dirá que quiere cambiar la Constitución. Pienso que podría decir que la Constitución no requiere derecho a ciudadanía por nacimiento y que por ello ordena a las autoridades no reconocer ese derecho. Y trataría de decir que el decreto es consistente con la Constitución», señala a Univision Noticias Sheldon Gilbert, vicepresidente de contenidos y desarrollo del National Constitution Center, institución fundada por el Congreso para informar sobre la Constitución de modo no partidista.

¿Qué dice la sección 1 de la Enmienda en cuestión?

«Todas las personas nacidas o naturalizadas en EEUU, y sujetas a su jurisdicción, son ciudadanos de EEUU y del estado en que residen. Ningún estado deberá hacer o hacer cumplir ninguna ley que restrinja los privilegios o inmunidades de los ciudadanos de EEUU; ningún estado privará a ninguna persona de la vida, la libertad o la propiedad sin el debido proceso legal; ni negar a nadie dentro de su jurisdicción la igual protección de las leyes».

La pregunta constitucional, señala Gilbert, es «si los nacidos en EEUU de padres que no llegaron aquí legalmente serían considerados ciudadanos. Entonces es donde tenemos que interpretar la Enmienda 14».

«Con la palabra ‘persona’ hace que el alcance sea bien amplio», detalla el experto. «Pero una de las frases claves allí es ‘y sujetas a su jurisdicción’ y aquí hay argumentos de los dos lados».

Los expertos señalan que este, el de ‘sujetos a jurisdicción’, es el punto que Trump puede querer cuestionar.

Stephen Yale Loehr, profesor de ley e inmigration de Cornell International Law, señala otra clave para la discusión. «Si bien la decisión sobre Wong Kim Ark no discutió específicamente ciudadanía de hijos de inmigrantes no autorizados tampoco podría haberlo hecho (…) porque el concepto de inmigración no autorizada no existía entonces», explica, recordando que en ese entonces no existían leyes que regularan el flujo de inmigrantes.

«Pero en 1982, en Plyler v. Doe, el tribunal dictaminó que los niños indocumentados tenían derecho a la educación pública gratuita (…) y se basó en otra parte de la Enmienda 14, su cláusula de igual protección (…). El tribunal señaló que ‘no se puede establecer una distinción plausible con respecto a la ‘jurisdicción’ de la Enmienda 14 entre extranjeros residentes cuya entrada a los Estados Unidos fue legal, y los extranjeros residentes cuya entrada fue ilegal».

Esto se explica porque, según expertos, cualquier persona independientemente de la nacionalidad o el estatus de sus padres pueden ser acusados de delitos si desobedecen la ley en EEUU, algo que no sería posible si no fueran sujetos a jurisdicción.

Si bien hay discusión y no hay consenso, Gilbert asegura a Univision Noticias que la opinión de «la abrumadora mayoría de los académicos legales e historiadores, conservadores y liberales, coincide mayoritariamente en que la enmienda otorga ciudadanía a cualquier persona nacida en el país».

El espíritu de la Enmienda 14

La Enmienda 14 nació con un espíritu noble, el de proteger a los negros que habían sido liberados.

Cuando en 1865 la Guerra Civil terminó en EEUU, habían pasado cuatro años sangrientos. Tras la victoria de los estados del Norte que buscaban abolir la esclavitud, el final del conflito vino con la tarea de legislar para reconstruir al país incorporando a los estados vencidos del Sur y dar garantías de libertad a hombres y mujeres que habían sido esclavos.

A pesar de haber perdido la guerra, y de la aprobación en 1865 de la Enmienda 13 que abolió la esclavitud, los estados sureños esclavistas en sus legislaturas aprobaban leyes segregacionistas que sesgaban derechos a los negros. Por ello, el Congreso avanzó para transformar este país dividido en uno completamente libre y entendió que dar ciudadanía por nacimiento e igualdad ante la ley a todos era algo que tenía que tener fuerza constitucional.

En las décadas previas a la Guerra Civil, la Constitución guardaba silencio en gran medida sobre quién era ciudadano estadounidense y quién no.

«Mucho antes de que la Guerra Civil comenzara hubo extensos debates sobre quién era ciudadano y quien no y qué significaba serlo», dice Gilbert.

En 1857 la Corte Suprema se expresó en un caso de ciudadanía cuando decidió sobre Dread Scott vs Sandford, caso presentado por un hombre negro, Scott, reclamaba que él no debía ser más esclavo porque su dueño lo había llevado hacia territorios libres.

«Él invocó el principio de ‘una vez libre, siempre libre’ y decía ‘a pesar de que yo haya sido esclavo, una vez que mi dueño me llevó a tierra libre en EEUU y luego otra vez me llevó a territorio esclavo ya no puede tenerme más como esclavo porque estuve ya en territorio libre'», explica Gilbert.

«Su caso escaló hasta la Corte Suprema que dijo que Dread Scott ni siquiera debería haber llevado su caso porque él no era ciudadano de EEUU. Y dijo que por su color de su piel, porque era un descendiente de africanos, nunca podría ser ciudadano estadounidense bajo la Constitución», explica Gilbert.

Fue un momento impactante en la historia de la Constitución porque significaba que no importaba si los negros eran esclavos en el Sur o libres en el Norte, jamás podrían ser ciudadanos debido al color de su piel.

Luego vino la Guerra Civil y con su final el país estaba tratando de buscar cómo reunificarse y encontrar cuál sería el status de los afroestadounidenses liberados, cómo serían considerados ellos.

«Y fue por aquella decisión de la Corte (en el caso de Scott) que ellos (los legisladores) querían asegurar que la Constitución clarificara que esos individuos eran ciudadanos y que lo eran en virtud de haber nacido en EEUU».

La historia detrás de la Enmienda habla del país que esperaban construir, una tierra de libertad e igualdad que no estuviera ligada a linajes, como lo estaba el Viejo Mundo.

Trump deslizó en los últimos días que EEUU debería copiar el modelo de ciudadanía de ciertos países europeos que la entregan por lazos de sangre y no por nacimiento porque «este es el único país del mundo en dar ciudadanía por nacimiento», algo que además de no ser cierto (hay al menos 30 naciones que lo hacen) parece atentar contra el corazón mismo de la fundación de este país.

«Creo que EEUU siempre ha sido un país de inmigrantes, un país definido por ideas en lugar de linaje de sangre. Esa es una de las principales rupturas con el Viejo Mundo que EEUU hizo, no solo una declaración de independencia, sino una Constitución que muestra que tenemos ideales y que estamos juntos con el compromiso de libertad y democracia», señala Gilbert.

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