¿Alexa, alguien más me está escuchando? Amazon contrata empleados para oír tus conversaciones

La compañía tiene todo un equipo de personas que se dedican a escuchar clips de sonido para analizar los comandos que recibe el asistente virtual y mejorar el desempeño del producto. Pero el debate sobre privacidad, hasta qué punto lo que hablas con tu parlante es información que puede ser compartida o no, es ahora la preocupación de muchos. ¿Y qué pasa si son testigos de un crimen?

Si tenías dudas acerca de la privacidad de lo que le dices a tu asistente virtual de Amazon Echo, ahora tienes razones para preocuparte. No solo Alexa, la voz de estas bocinas o parlantes te escucha, sino que la compañía contrata empleados que se dedican exclusivamente a oír horas y horas de estas conversaciones de los usuarios, según un reporte de Bloomberg.Amazon tiene un equipo global de empleados que transcribe los miles de comandos de voz que las personas le dan a sus dispositivos inteligentes en casa, que según explicaron es para «mejorar la experiencia», aunque esta práctica no aparece mencionadas de forma explícita en las condiciones de uso y venta de sus productos. Bloomberg informó que durante nueve horas al día, equipos de Amazon que trabajan en todo el mundo, de Boston a Costa Rica, pasando por India o Rumania, escuchan los audios captados por Alexa, el asistente virtual de Amazon, a través de los parlantes Echo. Esta revelación pone de nuevo sobre la mesa el tema de los datos personales en Internet y el debate de privacidad. «Solo anotamos un número extremadamente bajo de interacciones procedentes de un conjunto aleatorio de clientes con tal de mejorar la experiencia de nuestros clientes», ha explicado Amazon ante las dudas generadas con la noticia. «Los trabajadores no tienen acceso directo a informaciones que les permitirían identificar una persona o una cuenta», asegura la empresa. De hecho, estos cargos se encuentran en la plataforma de empleos de Amazon bajo el nombre «analista de datos» y en su descripción explican que es para ser «responsable de calidad» porque Alexa «escucha cada día a miles de personas hablando de diferentes temas (…) y necesita nuestra ayuda para dar sentido» a estos audios.En Europa, un reglamento sobre la protección de datos, en vigor desde mayo, limita normalmente la cantidad de datos transmitidos y da la posibilidad a los usuarios de recuperarlos y suprimirlos. Según la empresa, hay una opción para los usuarios que deseen borrar su historial y que sus audios no sean almacenados. Además, Amazon aclara que los comandos y conversaciones solo son escuchadas cuando el dispositivo es activado por la persona, es decir, cuando lo ‘despierta’ llamando al asistente de voz, Alexa, para pedirle que ejecute una acción o hacerle alguna pregunta.

En Google y Apple, que según Bloomberg también recurren a estas escuchas humanas, procesos aleatorios tienen normalmente que evitar que ninguna información personal sea transmitida en las grabaciones. Sin embago, «las condiciones generales de uso están escritas por ejércitos de juristas, tienen por objetivo proteger a la empresa jurídicamente, no informar al consumidor», advierte Caroline Lancelot-Miltgen, profesora e investigadora en Audencia, especialista en cuestiones de datos personales. «Son los consumidores los que tienen que decir basta. Pero ellos ven los beneficios inmediatos de estos objetos sin ser conscientes de los riesgos», añade.

¿Testigos de agresiones sexuales?

¿Tener un parlante conectado sería como tener un micrófono en tu casa? ¿Debemos pensar cada palabra que decimos cerca de un asistente virtual? En principio, no. Los objetos conectados están configurados para activarse –y grabar– solo cuando se les solicita. Pero el asistente virtual puede confundir ciertos sonidos con la palabra clave que lo activa. Según la investigación de Bloomberg, que pone como ejemplos una mujer que canta en la ducha o un niño que llora, estas grabaciones involuntarias no son poco habituales. Dos personas interrogadas dijeron sin embargo que habían interceptado sonidos que podían indicar una agresión sexual. «La voz es un dato biométrico. El auténtico peligro es la usurpación de la identidad a través de la copia de la huella vocal. ¡No es ciencia ficción!», asegura Rand Hindi, miembro del consejo nacional digital francés y también fundador de Snips, una empresa que propone asistentes virtuales que funcionan sin Internet. Según él, la posibilidad de constituir «una base de datos de voces que corresponden a todos los usuarios de Amazon fácil de confrontar con otra base de datos externa» es un peligro real. La polémica sobre el uso de datos personales por parte de estos gigantes digitales ha hecho surgir otro tipo de asistentes alternativos, como Snips, que intentan aprovechar la desconfianza que generan los ‘GAFA’ (Google, Apple, Facebook, Amazon). El estadounidense Winston Privacy o el holandés Scalys proponen por ejemplo sistemas que vuelven seguras las comunicaciones con los objetos conectados. La empresa Smarte ha desarrollado por su parte un módulo capaz de bloquear los micrófonos de Amazon Echo. Estas iniciativas sin embargo son todavía muy minoritarias frente a estos colosos: los asistentes vocales de Amazon y Google concentran más del 60% del mercado mundial, según el gabinete Canalys.

 

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