Dos alemanes con coronavirus se fugan del hospital en Cuba

“Los estaban esperando desde por la mañana”, dijo una fuente en exclusiva Un lector de Periódico Cubano radicado en La Habana informó de manera exclusiva a nuestra redacción sobre la “fuga” de dos turistas alemanes que se encontraban ingresados en el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK) con coronavirus.

Según la fuente, los dos europeos pretendían tomar el avión de la aerolínea Edelweiss Air WK 33 con destino a Zurich, que salió ayer miércoles a las 21:35 hora local desde la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional José Martí.

“Los estaban esperando desde por la mañana, pero en vez de esperarlos afuera los entraron por donde entran a trabajar la gente y te revisan con rayos X”, contó el lector, que por miedo a la represión de las autoridades cubanas prefirió estar en el anonimato.

Como bien afirma la propia fuente, este hecho es una prueba fehaciente de la inseguridad a la que se exponen los cubanos en la Isla y el temor latente al contagio por COVID -19.

Las autoridades cubanas no están tomando medidas drásticas, y obvian la escasez de medicamentos, productos de aseos, así como las precarias situaciones de los hospitales, policlínicos, consultorios médicos de la familia. El país mantiene sus fronteras abiertas para que lleguen turistas de todo el mundo y continúa vendiendo la imagen Cuba como el paradigma de la medicina mundial y la más solidaria.

La terminal 2 es el el lugar estratégico de la contrainteligencia cubana, por ser el mayor punto de entrada de los cubanos americanos con servicio charter desde Miami al país. También allí arriban las aerolíneas comerciales South West y Jet Blue desde Fort Lauderle.

Esta terminal aérea es una de las fuentes económicas que más inyecta dinero a las arcas del Estado y, además, uno de los sitios de mayor afluencia en la capital. Una zona de riesgo inminente, un foco de contagio seguro que lejos de ser el centro de atención para salvaguardar la vida de viajeros y trabajadores, de cubanos en general, se convierte en el epicentro de interés para que la divisa siga entrando al país y la pandemia se expanda como pólvora dentro y fuera de la nación.