La dispar realidad entre los manifestantes blancos y de color en Estados Unidos

Los medios y el público han apoyado a los estudiantes de Parkland, Florida, y también a otras comunidades mayoritariamente blancas. Pero para los jóvenes de grupos minoritarios, el panorama ha sido otro.

Durante la primavera de 2016, estudiantes afroestadounidenses –algunos de hasta 11 años de edad– marcharon para protestar contra la violencia con armas en el vecindario de Liberty City, en Miami. Hasta ese momento del año, el barrio de bajos ingresos había perdido 13 adolescentes y niños debido a las armas. Los niños demandaron el derecho de jugar al aire libre seguramente; sostuvieron letreros y corearon eslóganes como “Queremos vivir” y “Queremos ver otro día”. Philip Agnew –líder de Dream Defenders o Defensores de Sueños, un grupo floridano encabezado por jóvenes y que lucha por la justicia racial– dijo que la manifestación no recibió mucha atención de los medios nacionales en ese momento.

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Liberty City queda a unas 40 millas, aproximadamente, de Parkland, Florida, el lugar donde ocurrió el tiroteo mortal en la escuela secundaria de Marjory Stoneman Douglas unas semanas atrás. Pero ha sido difícil no observar la diferencia entre las maneras en que se recibieron las manifestaciones encabezadas por jóvenes en estas dos comunidades. Desde la tragedia en Parkland, las noticias nacionales se han llenado de los estudiantes sobrevivientes de la escuela, quienes surgieron para protestar los tiroteos en las escuelas y exigir –en términos elocuentes y desafiantes– una legislación más estricta para las armas de fuego. A lo largo del país, l os adolescentes han estado saliendo de las clases en solidaridad, a menudo parándose juntos en silencio durante 17 minutos, uno por cada víctima de Parkland. Se están planeando más abandonos de protesta a nivel nacional para el 14 de marzo –el aniversario de un mes del tiroteo– y en el 20 de abril, el aniversario de 19 años de la masacre en la escuela secundaria Columbine.

Si bien algunas de las respuestas que han recibido los activistas jóvenes han sido hostiles –varios estudiantes de Parkland han recibido amenazas de muerte en línea y los conspiracionistas de la derecha los han acusado de ser unos falsos “actores de crisis”– muchos otros artículos de opinión y ensayos analíticos han celebrado el movimiento encabezado por estudiantes como un momento heroico de rendir cuentas morales para una generación. Famosos como George Clooney y Oprah Winfrey han prometido respaldar a los manifestantes: cada uno donó $500,000 para ayudar a pagar por la protesta March for Our Lives —Marcha para Nuestras Vidas—, la cual es encabezada por estudiantes y tomará lugar en Washington DC el 24 de marzo.

Estudiantes en una manifestación en contra de las armas de fuego en Missoula, Montana. Winter Ramos/CityLab mMuchos distritos escolares también han apoyado a los esfuerzos de los estudiantes: en la escuela secundaria Hellgate en Missoula, Montana, su director Judson Miller sí le dijo a su personal que usara la manifestación como un “momento de enseñanza”. En el Condado Wake en Carolina del Norte –en donde varias escuelas secundarias han tenido abandonos de protesta por parte de los estudiantes– Lisa Luten, directora de comunicaciones para la escuela, le dijo a CityLab: “Respetamos el derecho de estudiantes de protestar. Nuestra prioridad es apoyarlos y asegurar que estén seguros”.mY para esas escuelas que están amenazando con castigar a los estudiantes manifestantes, abogados como Jay Urban de Milwaukee están ofreciendo sus servicios de forma gratuita. “A lo mejor los abogados pueden ser presión en los distritos escolares para que hagan lo correcto”, dijo.

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En cambio, los adolescentes y adultos de color con frecuencia han enfrentado respuestas muy diferentes al protestar la violencia de armas. De hecho, mientras que los jóvenes de grupos minoritarios se han estado enfrentando el asunto durante años, a menudo se han criminalizado las protestas y acciones relacionadas con el Movement for Black Lives (Movimiento para las Vidas Afroestadounidenses), además de que tales protestas han sido recibidas con represión policial y desprecio público… o simplemente han sido ignoradas.

Por ejemplo, Rick Scott –el gobernador de Florida– menospreció las llamadas de los Dream Defenders de tener una sesión especial sobre la ley “stand your ground” (defiende tu posición) en 2013. La ley remueve el deber de retirarse antes de usar la fuerza en la defensa personal y formó parte del juicio de George Zimmerman, un voluntario en un programa de vigilancia de vecindarios que fue absuelto del cargo de matar a tiros a Trayvon Martin, de 17 años, en Sanford, Florida, en 2012. Un grupo de Dream Defenders pacíficamente ocupó la capital estatal en Tallahassee durante 31 días para presionar al gobernador para reunirse con ellos, pero fue en vano.

“Los adolescentes negros no han podido hablar porque no ha habido nadie que los escuche”.

En cambio, hace poco los estudiantes de Parkland viajaron a Tallahassee para reunirse con legisladores de la Florida –entre ellos el gobernador Scott– y para participar en una rueda de prensa en la capital estatal. También interactuaron con Marco Rubio, senador de la Florida, en una “reunión municipal” que fue emitida por CNN. Aunque la legislatura estatal de Florida recientemente rechazó una prohibición de los rifles de asalto y avanzaron una legislación que armaría a los maestros –a pesar de las apelaciones de los estudiantes de Parkland–, también avanzó con imponer un período de espera de tres días para las compras de armas y con incrementar la edad para comprar un arma de 18 a 21 años de edad.

Muchos estudiosos afroestadounidenses y activistas están resaltando este marcado contraste en comparación a los estudiantes de Parkland… y viendo el auge de su movimiento como una oportunidad. Por ejemplo, Dream Defenders ha entregado una propuesta para reunir a los jóvenes de Liberty City y Parkland en una reunión municipal para que hablen de su trauma. Ambas comunidades tienen algo que ganar de la colaboración. “Los adolescentes afroestadounidenses no han podido hablar porque no ha habido nadie que los escuche”, dijo Agnew. “Y los estudiantes de Parkland no han podido hacer el luto porque el público quiere que sean portavoces”.

Tal como reportó Brentin Mock de CityLab en 2015, esta no es la primera vez que se haya explorado la “alianza natural” entre los grupos mayormente blancos que están a favor del control de armas de fuego y la comunidad activista de Black Lives Matter. Para Agnew, la idea es crear un movimiento más grande y formidable y también compartir con los adolescentes de Parkland y los otros aliados jóvenes lo que los jóvenes de color han aprendido a través de su propio activismo.

“Dream Defenders capacita a los jóvenes para que puedan organizarse”, dijo. “Les queremos enseñar cómo hacerlo en mayor escala y de manera más efectiva”.

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