Odebrecht, el escándalo de corrupción que sacude a América Latina

Obras de gran envergadura paralizadas, indignación popular y detenciones en serie: el escándalo de los sobornos pagados por el gigante brasileño de la construcción Odebrecht para obtener contratos en varios países extiende sus repercusiones en América Latina.  Una investigación tentacular sobre el sistema de corrupción de Petrobras en Brasil permitió echar luz sobre las prácticas de la mayor constructora de la región.  Desatada en 2014, la operación “Lavajato” reveló que las empresas brasileñas de la construcción, en primera fila de las cuales se halla Odebrecht, habían montado un cártel para alterar los jugosos mercados de subcontratación del grupo petrolero Petrobras sobornando a dirigentes de todo el espectro político. La justicia de una decena de países, desde México a Argentina, pasando por Perú, Panamá y Uruguay, solicitó informaciones a los fiscales brasileños para investigar localmente sobre los contratos del grupo.  Durante más de una década, la empresa mantuvo este “esquema de corrupción masiva”, pagando alrededor de $800 millones en sobornos a funcionarios gubernamentales de “tres continentes”, según el Departamento de Justicia de Estados Unidos.  En Brasil se esperan nuevas revelaciones explosivas a la brevedad: Odebrecht acordó con la justicia brindar informaciones a cambio de una reducción de las penas para 77 ejecutivos de la firma, entre ellos su expresidente Marcelo Odebrecht, actualmente encarcelado. La investigación condujo al Banco Nacional de Desarrollo de Brasil (BNDES) a suspender el pago de $3,600 millones para 16 proyectos en Argentina, Venezuela, República Dominicana, Cuba, Honduras y Guatemala.  Los países más afectados son aquellos que recibieron más fondos del BNDES: en Venezuela (3,100 millones de dólares) están comprometidos seis grandes proyectos, entre ellos la ampliación del metro de Caracas. Venezuela fue el país, luego de Brasil, en el que más sobornos se pagaron: unos 98 millones de dólares. En República Dominicana, que recibió 2,500 millones de dólares del BNDES, están en juego obras de infraestructura vial y la construcción de una usina termoeléctrica.  En Perú, donde Odebrecht admitió haber pagado 29 millones de dólares entre 2005 y 2014, el gobierno le retiró a la empresa la concesión de la construcción de un gasoducto cotizado en 7,000 millones de dólares. Hasta ahora, apenas 30% de la obra, de una extensión de 1,100 kms en el sur del país, se ha concretado.  Las detenciones de exministros y altos funcionarios se multiplican en todo el continente.  Hay incluso dirigentes allegados a algún presidente de la república que temen por su futuro. Es el caso de Argentina, donde el jefe de los servicios de inteligencia, Gustavo Arribas, está siendo investigado. En Perú, una comisión parlamentaria convocó a los expresidentes Ollanta Humala (y su esposa Nadine Heredia) y Alejandro Toledo y al actual jefe de Estado Pedro Pablo Kuczynski, en tanto exprimer ministro de Toledo. En Panamá, el hermano y el hijo del expresidente Ricardo Martinelli, así como una decena de empresarios, están en la mira de la justicia.  En Colombia, el exministro adjunto de Transporte Gabriel García y el exsenador Otto Bula fueron detenidos. Hubo además allanamientos a locales del grupo en varios países. Tras dos semanas de violentas manifestaciones, en Perú fue suprimido un peaje en una autopista del norte de Lima construida por Odebrecht. Decenas de miles de personas marcharon a su vez por calles de Santo Domingo para reclamar el fin de la impunidad de funcionarios de gobierno y dirigentes locales de esta megaempresa.  Autoridades de Ecuador, Panamá y República Dominicana decidieron no tener en cuenta a esta constructora en futuros llamados a licitación y prohibir que se le adjudiquen de manera directa obras públicas y contratos.  La compañía aceptó pagar una multa de 3,500 millones de dólares en Brasil, Estados Unidos y Suiza y se comprometió a abonar otras fuertes sumas (59 millones de dólares en Panamá, 189 millones en República Dominicana) por concepto de indemnizaciones.  Odebrecht registró un volumen de negocios de 39,119 millones de dólares en 2015, según los últimos resultados publicados.

 

Odebrecht: Claves del caso de corrupción más grande de América Latina

Considerada durante mucho tiempo como la mayor empresa de infraestructuras de América Latina, la constructora brasileña Odebrecht tiene ahora su reputación hecha añicos por revelaciones de que montó una red de pago de sobornos a políticos y funcionarios en una decena de países de la región. El Departamento de Justicia de Estados Unidos acusó en diciembre a la constructora de expandir sus negocios latinoamericanos gracias a un «departamento de sobornos» que operaba de forma sistemática, usando para los pagos también bancos estadounidenses y europeos. Odebrecht se declaró entonces culpable ante la Justicia de Estados Unidos, Suiza y Brasil del pago de 788 millones de dólares en sobornos desde 2001. Éstos son algunos de los países más afectados o amenazados por las denuncias:

VENEZUELA: Según la Justicia estadounidense, Odebrecht pagó en ese país sobornos por 98 millones de dólares entre 2006 y 2015, el monto más alto citado en los documentos después de los pagados en Brasil. Los contratos asignados a la empresa sin licitación durante el Gobierno de Hugo Chávez incluyen entre otros la construcción de la línea 5 del Metro de Caracas, el Metrocable (teleférico) de Mariches, el tramo ferroviario Guarenas-Guatire y la línea 2 del Metro de Los Teques, ciudad vecina a Caracas. Además de la construcción de puentes y de la central hidroeléctrica Tocoma, Odebrecht tiene a su cargo la optimización de la infraestructura del Aeropuerto Internacional Simón Bolívar, en Maiquetía. La mayoría de obras está atrasada o paralizada.

BRASIL: Odebrecht admitió ante la Justicia estadounidense haber pagado al menos 349 millones de dólares en sobornos entre 2003 y 2016. La compañía es la principal acusada en la operación «Lava Jato» («Lavado de autos», bautizada así por las instalaciones de una gasolinera donde empezó la investigación en 2014), que investiga una red de pagos de sobornos a políticos para obtener millonarios contratos con la petrolera estatal Petrobras. Por las denuncias contra la constructora está preso desde junio de 2015 su presidente, Marcelo Odebrecht, y las investigaciones amenazan con llegar incluso a alto círculos del poder económico y político: el país está actualmente en vilo por el alcance que puedan tener las denuncias hechas por 77 ejecutivos de Odebrecht en cooperación con la Justicia, conocidas como «la delación del fin del mundo» por el explosivo potencial que se les supone.

COLOMBIA: El pedido de la Fiscalía colombiana de investigar la posible llegada de sobornos de Odebrecht a la campaña para la reelección del presidente Juan Manuel Santos en 2014 causó esta semana un terremoto político en el país. A falta de pruebas, la acusación se basa por ahora en el testimonio del ex senador Otto Bula, detenido por haber recibido presuntamente 4,6 millones de dólares de Odebrecht. Bula sostiene que parte de ese dinero fue a parar a la campaña electoral de Santos. Pero también la campaña del rival del último Nobel de la Paz en los comicios de 2014, Óscar Iván Zuluaga, está bajo sospecha de haber recibido fondos de Odebrecht. La Justicia estadounidense sostienen que la brasileños pagaron 11 millones de dólares en sobornos en Colombia entre 2009 y 2014, tiempo en el que la compañía tuvo tres contratos: dos para construir carreteras y otro para la navegabilidad del río Magdalena, el principal del país. El proceso penal por las dádivas de la brasileña en Colombia condujo hasta ahora a la detención de Bula y del ex viceministro de Transporte Gabriel García Morales.

PERÚ: La acusaciones de que Odebrecht pagó sobornos por 29 millones de dólares en Perú entre 2005 y 2014 sacudieron en los últimos días los cimientos políticos del país. La Justicia peruana acusa al ex presidente Alejandro Toledo (2001-2006) de haber recibido un soborno de 20 millones y se espera que en cualquier momento emita una orden de captura internacional contra Toledo, que está actualmente en Francia. Pero el periodo citado también abarca a los Gobiernos de Alan García y Ollanta Humala (2006-2011 y 2011-2016). Durante ese tiempo Odebrecht ejecutó obras como la línea 1 del Metro de Lima, un gasoducto en el sur del país, vías nuevas en Lima y en la provincia Callao y en Cusco, y la carretera Interoceánica Sur. Ésta última une a Perú y Brasil y es la obra por la que se acusa a Toledo.

MÉXICO: Según la Justicia estadounidense, el monto de los sobornos pagados en México es de 10,5 millones de dólares para obtener beneficios por 39 millones entre 2010 y 2014, período que abarca los dos últimos años de Gobierno de Felipe Calderón y los dos primeros de Enrique Peña Nieto. Junto con la petroquímica brasileña Braskem, también acusada por la Justicia estadounidense, Odebrecht tiene principalmente proyectos en el sector energético con la empresa estatal Pemex. El documento de la Justicia norteamericana no especifica qué contratos se obtuvieron mediante sobornos. Sólo señala que en octubre de 2013 «Odebrecht acordó pagar un soborno a un funcionario de alto nivel de una empresa mexicana de propiedad y control estatal a cambio de ayudar a Odebrecht a ganar un proyecto». El soborno fue de seis millones de dólares. En febrero de 2014 Odebrecht obtuvo por adjudicación directa de Pemex un contrato de acondicionamiento para un proyecto de aprovechamiento de residuales en la refinería Miguel Hidalgo por unos 100 millones de dólares, que se amplió en noviembre de ese año.

ARGENTINA: Odebrecht reconoció haber pagado sobornos por 35 millones de dólares en Argentina entre 2007 y 2014, durante los gobiernos de los peronistas Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015). En ese periodo obtuvo contratos en el país sudamericano para la ampliación de gasoductos, la construcción de una planta de potabilización de agua, una refinería de la petrolera estatal YPF y una línea ferroviaria, entre otros proyectos de obra pública. La constructora brasileña es investigada en cuatro causas judiciales en Argentina y se estima que las declaraciones a la Justicia de Marcelo Odebrecht podrían servir de prueba en esos procesos.

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