Publican nueva regla sobre revisión de redes sociales de extranjeros que viajan a EEUU

Los cambios, indica el DHS, se basan en el cumplimiento de la Orden Ejecutiva 13780 firmada por Trump en marzo de 2017 para, según la Casa Blanca, proteger a la nación de la entrada de terroristas.

El gobierno del presidente Donald Trump publicó una nueva regla en el Registro Federal (diario oficial estadounidense) que revela que las autoridades de inmigración ahora pedirán información sobre todo lo que hayan publicado en sus redes sociales en los últimos cinco años a quienes soliciten una visa o ingreso.

El nuevo protocolo indica que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) exigirá que entregue nombres de usuario, identificadores o manejadores de sus cuentas y las plataformas de los medios utilizados. Y que toda esa información, además de la recolección de datos de identificación personal -cuyos requisitos también fueron ampliados- se utilizarán para tomar la decisión de conceder o negar una visa o la entrada al país.

Los cambios, indica el DHS, se basan en el cumplimiento de la orden ejecutiva 13780 firmada por Trump en marzo de 2017 para, según la Casa Blanca, proteger a la nación de la entrada de terroristas.

“Utilizan el argumento de la seguridad nacional para prohibir la entrada de inmigrantes”, dice Jaime Barrón, un abogado de inmigración que ejerce en Dallas, Texas. “Lamentablemente bajo la política de este gobierno están buscando y utilizando todas las opciones proteccionistas para evitar la entrada de personas al país de manera legal”, agregó.

La nueva regla tiene un período de comentario público de 60 días, hasta el 4 de noviembre.

Qué tomarán en cuenta

De acuerdo con la nueva normativa, el gobierno tomará en cuenta todo lo que encuentre en las redes sociales de los extranjeros que pidan una visa o entrar al país.

El DHS define como información pública disponible en redes sociales cualquier información electrónica en estas plataformas “que ha sido publicada o transmitida para consumo público, está disponible al público, es accesible en línea para el público, está disponible para el público por suscripción o compra, o está legalmente accesible para el público”.

Agrega que “esta recopilación de información es necesaria para permitir evaluar la elegibilidad de un extranjero para viajar o ser admitido en Estados Unidos, o para recibir un beneficio relacionado con la inmigración”, como por ejemplo una visa.

Si bien el gobierno reconoce que actualmente utiliza información pública de redes sociales disponible para apoyar su investigación y adjudicación de programas, beneficios y entradas, señala que se ampliarán las indagatorias y los campos de revisión de dispositivos electrónicos.

Las redes sociales pueden ayudar a distinguir a individuos de interés cuya información corrobora su elegibilidad o argumenta un rechazo, dice el gobierno. “Las redes sociales pueden proporcionar información positiva y confirmatoria para verificar identidad y apoyar a solicitud del beneficiario o viajero, petición o reclamos”, se lee en el reglamento.

Agrega que “también se puede usar para identificar posibles engaños, fraudes y también a criminales y terroristas” que pongan en riesgo al país.

El DHS asegura además que la información de los últimos cinco años que recopile solo servirá para los fines de la investigación sobre conceder o no una visa o un ingreso.

Critican los registros

En enero de este año la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) demandó al gobierno de Trump por el monitoreo de redes sociales a los ciudadanos en el país. El recurso, entablado en contra de siete agencias federales, entre ellas las agencias federales de inmigración, plantea “serios problemas de libertad de expresión y de privacidad”.

Los demandantes alegan además que la política de revisiones se trata de una “invasión innecesaria” a la privacidad de los inmigrantes, y advierten que existen evidencias de que el gobierno está violando la ley y la Constitución.

En febrero de 2017, un mes después de la llegada de Trump a la Casa Blanca, la organización Human Rights Watch (HRW) advirtió que la revisión de las cuentas de redes sociales se trata de una exigencia “extraordinariamente invasiva que, con probabilidad, propiciará exigencias similares por parte de otros países a ciudadanos estadounidenses que viajen al extranjero”.

Las revisiones fueron sugeridas el 7 de febrero de ese año por el entonces secretario del DHS, John Kelly, quien planteó que los extranjeros que visiten o entren al país deben entregar las contraseñas para que los agentes examinen “los mensajes que envían por tweet, los teléfonos celulares, las conversaciones por teléfonos celulares o las agendas de contactos en estos teléfonos para compararlos con bases de datos, números de teléfonos y nombres de personas”.

“Esto representaría un ataque indiscriminado a la privacidad, la libertad de expresión y otros derechos”, dijo el grupo de derechos humanos. “Gran parte de lo que publicamos en un sitio como Facebook no tiene carácter público. El acceso podría revelar años de comunicaciones privadas o pertenencia a grupos privados, y afectaría a todos aquellos con quienes una persona se haya comunicado”, añadió.

Respuesta del gobierno

Ante las preocupaciones expresadas desde que se conocieron los planes del gobierno, el DHS dice en la nueva regla que “se compromete a defender los más altos estándares de conducta” durante el proceso de revisión de cuentas de redes sociales.

También dice que, de acuerdo con la política existente, “se prohíbe la consideración de raza u origen étnico en nuestra investigación, cribado y todas las actividades de aplicación”, excepto en “instancias excepcionales”.

Y asegura además que en sus investigaciones dará un trato imparcial y respetuoso “a todas las personas” que soliciten una visa o entrada al país.

Human Rights Watch ha dicho que la revisión de redes sociales impacta negativamente en la seguridad digital. Y cita una advertencia del FBI, en cuanto a que “una norma básica de la seguridad en línea es “no compartas tu contraseña”.

Añade que para implementar esta propuesta, es probable que “el gobierno cree una base de datos de cuentas y contraseñas de medios sociales, que sin duda se convertirá en un objetivo irresistible para ciberdelincuentes y servicios de inteligencia extranjeros”.

“Considerando los antecedentes de graves violaciones a la seguridad de los datos en sistemas estadounidenses, ¿qué confianza podría tener alguien de que estos datos estarán seguros?”, se preguntó al comienzo de la era Trump.

“Exigir el acceso a las contraseñas de medios sociales —que son la llave para nuestra vida digital— es sencillamente inadmisible”, respondió la organización.

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