Triunfo de Trump crea incertidumbre en la economía mundial

La elección de Trump como presidente de EE. UU. pone a temblar a los mercados internacionales.  No hay duda que el panorama mundial está cambiando política y económicamente. Las elecciones en Estados Unidos causaron una crisis de la globalización en la que las tendencias y las marcadas preferencias históricas dieron un paso atrás. ‘The Economist’ ha señalado el temor que existe de que la idea de la globalización se esté diluyendo, afectando con esto a los mercados en el mundo. Por mucho tiempo EE. UU. fue el referente de esta idea, sin embargo, con la elección de Trump, parecería que China fuera a convertirse en ese nuevo líder.  Con el resultado de las elecciones en EE. UU. es evidente que, más allá de las campañas que parecían más de mercadeo que de propuestas económicas y sociales, existe un gran descontento con la política actual y la distribución de las riquezas. Este hecho fue aprovechado por uno de los candidatos para buscar adeptos hacia una idea de un nuevo país fortalecido y en búsqueda de su ‘grandeza perdida’.  Gústenos o no, los norteamericanos se pronunciaron. El conteo de los colegios electorales dio como ganador a Donald Trump, quien obtuvo 279 de los 270 del umbral para definir el ganador, sin embargo, en términos del voto popular, la brecha no fue tan fuerte: 47.7% por Hillary Clinton y 47.5% por Donald Trump. Aunque muchos se sorprendieron por la alta votación a favor del magnate, la verdad es que esta es una demostración del descontento de los sectores populares de la sociedad norteamericana. Trump con sus ideas de expulsar a los inmigrantes ilegales, la construcción de un muro en la frontera con México y las acusaciones de ser un hombre racista, antisemita y xenófobo que, a primera vista, parecían ser argumentos contundentes para bloquear su posible elección, no lo fueron, y lo que se vio fue el privilegio de algunos que, aunque no estaban de acuerdo con su comportamiento, si solicitaban a gritos un cambio y claramente esto no lo representaba la demócrata Clinton. La noticia de su elección tuvo efectos inmediatos en la economía mundial. El primero de ellos y talvez el más resonante, fue la caída del peso mexicano, generando una devaluación notoria en un corto tiempo e incertidumbre ante las medidas que pueda tomar el nuevo Presidente, en especial considerando que el 80% de las exportaciones de este país son a Estados Unidos, un impacto en su política comercial. Por el lado de Colombia, existe la incertidumbre en la dicotomía entre un Trump candidato y un Trump Presidente. Si bien las exportaciones de nuestro país a Estados Unidos son aproximadamente el 33%, es claro que EE. UU. es un gran socio comercial, esto unido a la incertidumbre que genera el cambio en los acuerdos del proceso de paz y la preocupación acerca del apoyo que pueda prestar Trump a su implementación. Finalmente, la espera al 20 de enero de 2017 cuando Trump tome su lugar en la Casa Blanca, también viene acompañada del papel que su vicepresidente, Mike Pence, pueda jugar en el gobierno, ya que es un republicano que, a diferencia de Trump, cuenta con amplia experiencia en el sector público como Gobernador del Estado de Indiana y conservador radical. Pence parecería ser un equilibrio, ante la actitud de Trump, por la forma como maneja su posición de funcionario público. Ahora solo hay incertidumbre. En el ámbito económico importante estar atentos a las señales de los mercados que desde el otro año serán claves para mostrar las tendencias y los resultados de las decisiones que pueda tomar un Presidente como Donald Trump en la mayor economía del planeta, y cómo sus resoluciones afectarán a América Latina en su gran reto de un mayor desarrollo y crecimiento económico. Merkel podría ser la líder del mundo libre tras la victoria de Trump Expertos hablan sobre las diferencias ideológicas y los nuevos retos de los dos mandatarios. La elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, con un discurso populista, el autoritarismo en Rusia o Turquía y una Unión Europea en crisis llevan a algunos expertos a preguntarse si Angela Merkel se convertirá en la nueva «líder del mundo libre». «La expresión ‘líder del mundo libre’ suele aplicarse al presidente de Estados Unidos, a menudo con ironía. Me atrevería a decir que a partir de ahora el líder del mundo libre es Angela Merkel», estima el historiador británico Timothy Garton Ash, profesor en Oxford, en una tribuna publicada en The Guardian. La visita de Barack Obama este jueves y viernes a Berlín aumenta, si cabe, las expectativas depositadas en la canciller alemana, a la que calificó de «probablemente la aliada internacional más cercana en los ocho últimos años». El presidente saliente no se despide de Europa en el Reino Unido, aliado tradicional de Washington, sino en Alemania, como si fuera a pasarle el testigo. «La elección de Donald Trump hace que Angela Merkel sea la última defensora de los valores humanistas de Occidente», considera el New York Times. Para el periódico alemán de izquierda Taz «la importancia de la canciller irá en aumento, debe mantener la cohesión de la UE, hacer frente a Putin y a Erdogan y controlar a Donald Trump». Y es que Trump es partidario del principio «America first» (Estados Unidos primero), incluso en las relaciones transatlánticas. Las alternativas de liderazgo en Europa, debilitada por la subida del populismo, no son muchas. El Reino Unido estará ocupado durante años con el Brexit y Francia e Italia atrabreviesan crisis económicas internas. En semejante contexto, los alemanes dan por sentado que Merkel será candidata a un cuarto mandato en las legislativas de 2017. «Se presentará, actuará como una lideresa responsable», declaró un miembro de su partido, Norbert Röttgen, a la CNN. De hecho la popularidad de la canciller ha subido desde las elecciones estadounidenses y podría anunciar sus intenciones este mismo domingo. «A la vista de las repercusiones de la victoria electoral de Trump en Europa, pensará sin duda que su tarea no está terminada y que debe seguir conduciendo a Europa», estima Daniela Schwarzer, directora del instituto de investigaciones alemán DGAP. En su mensaje de felicitaciones a Donald Trump, Angela Merkel fue muy clara y le recordó la importancia de los valores democráticos. «Las expectativas (puestas en Alemania) para que nos opongamos a las tendencias antidemocráticas son una responsabilidad histórica y espero que estemos a la altura», resume a la AFP Stefani Weiss, experta de la fundación alemana Bertelsmann. Con Donald Trump, la canciller tendrá que afrontar una tendencia al repliegue de Washington. «Bajo la era de Obama ya se ha visto una distensión en la relación transatlántica, y que Estados Unidos no quiere y no puede ser más el gendarme del mundo», recalca la analista. Queda por ver cuál será el margen de maniobra de Merkel, cuyo país no forma parte del Consejo de Seguridad de la ONU y que, pese al envío reciente de soldados a Malí para luchar contra los islamistas o a Lituania frente a la amenaza rusa, no es muy partidaria de las intervenciones militares. Ante las intenciones de Donald Trump de mejorar las relaciones con el presidente ruso Vladimir Putin, «la política prooccidental de Merkel respecto a Rusia podría acabar en un desastre», estima el diario alemán Die Welt. Trump choca con otros pilares de Merkel, como su política migratoria generosa, la defensa del libre comercio a nivel mundial o la necesidad de luchar contra el cambio climático. «La tarea de Merkel se ha complicado infinitamente», advierte Constanze Stelzenmüller, analista de la Fundación Robert Bosch, en una tribuna en el Washington Post.

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